Por fin ha llegado a España el más esperado de los wearables, el Apple Watch. La nueva gran apuesta de la compañía liderada por Tim Cook abre múltiples posibilidades de desarrollo a empresas de todos los sectores, pero la industria de la salud es una de las más interesadas en el desarrollo del Apple Watch, pues abre todo un campo de posibilidades en la monitorización de constantes vitales y una nueva fase en el desarrollo de la mHealth.
Es interesante analizar dónde puede encontrar la industria farmacéutica oportunidades de negocio y mejora en torno al Apple Watch porque los laboratorios no son –ni han de serlo- ajenos al desarrollo tecnológico.
En primer lugar, Apple ya había dado un paso de gigante con la implantación de ResearchKit, una plataforma de código abierto pensada para ayudar a investigadores y agentes relacionados con el campo de la salud a recopilar datos clínicos y biológicos.
Pero ahora, y sobre todo a partir de la actualización en octubre del software del Apple Watch a su nueva versión (watchOS 2, que está disponible ya para desarrolladores y ofrece, entre otras innovaciones, un sensor de frecuencia cardíaca), las posibilidades se multiplican. Lanzarse al desarrollo de apps capaces de recabar información precisa y exacta sobre la evolución de determinadas enfermedades o la adherencia terapéutica abre un sinfín de oportunidades a los laboratorios para seguir profundizando en sus investigaciones y mejorando las posibilidades de desarrollo de su vademécum. Además, plantea una magnífica oportunidad para ampliar sus estudios clínicos a una población mucho mayor de la habitual.
En segundo lugar, la industria farmacéutica se encuentra en una posición privilegiada para asentarse como agente relevante en el campo de la mHealth o salud móvil. Hace tiempo que los laboratorios apuestan por ser algo más que “vendedores de píldoras” –como algunos han querido posicionarlos- y el desarrollo de aplicaciones digitales realmente útiles y de interés para el usuario, ya sea éste paciente o prescriptor, es el camino lógico a seguir. En la actualidad, algunas apps desarrolladas por la industria farmacéutica se centran en presentación de productos y/o vademécum, pero apenas ofrecen posibilidades reales al paciente o al clínico de encontrarle una utilidad en su día a día. El año pasado, el estudio “Pharma App Market Benchmarking 2014” realizado por la consultora Research2Guidance apuntaba que, pese a que casi todas las grandes compañías farmacéuticas disponen de aplicaciones digitales propias en la Apple Store y en Google Play, su impacto –en términos de descargas- es muy bajo. Diseñar herramientas específicas para Apple Watch que ofrezcan un impacto real y medible en la salud de los pacientes o en el trabajo diario del médico, farmacéutico o enfermero puede ser la fórmula más efectiva para posicionarse en este campo.
Finalmente, no se debe olvidar que, más allá de su potencial impacto sobre la salud, el wearable de Apple es una potente herramienta que viene a simplificar la vida del usuario y a potenciar su relación con otros dispositivos digitales, por lo que sus aplicaciones en el área de la gestión son infinitas.