La “MISION” del Sistema de Salud se centra en dar respuesta a las necesidades y problemas de Salud de los ciudadanos; junto a la vigilancia y el desarrollo de acciones en prevención de la enfermedad y promoción a la salud; proporcionando medios de mejora y control en calidad de vida y desarrollo humano. Para ello, un aspecto clave es el desarrollo y mantenimiento de las Competencias Profesionales del personal sanitario, siendo esto tarea y responsabilidad de todos los integrantes de Sistema Sanitario: administración, proveedores de servicios, asociaciones profesionales, sociedades científicas, instituciones docentes, y ciudadanos, el proveer de mecanismos adecuados para esta finalidad.
El mundo en el que vivimos en la actualidad se encuentra sumergido en un cambio constante, la apertura a los nuevos avances científicos, la ingente cantidad de información que día a día se genera …, nos lleva a importantes cambios conceptuales en todos los ámbitos, pero principalmente, en el campo de la educación y el aprendizaje. La educación ya no se basa en la “trasmisión de lo que se conoce”, los conceptos y habilidades quedan obsoletos con rapidez y es necesario, para ser competente, seguir formando a los profesionales a lo largo de toda su vida laboral de tal forma que permita la adecuación de sus conocimientos y habilidades clínicas, al día a día.
La información, es la base de la formación y una herramienta básica y fundamental para profesionales de todos los ámbitos, más si cabe aún para los profesionales de la salud; estar actualizado, conocer los avances que cada día se producen en las distintas áreas médicas es necesario y vital, no solo a nivel de investigación sino también como comentábamos en el área de las competencias profesionales y el desempeño clínico asociado. Conocer cuales son las fuentes de información más adecuadas, o cómo realizar una búsqueda bibliográfica “útil” es imprescindible en la formación médico-sanitaria.
En el campo de la investigación, los ensayos clínicos son esenciales para el desarrollo de nuevos fármacos bajo premisas de seguridad y eficacia; mediante investigación básica se pone en evidencia como funcionan los organismos y cómo evolucionan las enfermedades, la investigación preclínica, se basa en la traslación de los resultados de la investigación básica para el desarrollo de nuevos tratamientos o la mejora en los ya existentes, que son testados como último paso en la investigación clínica o en lo que conocemos como ensayos clínicos. Pero todo esto no tiene sentido sin un último paso, la comunicación científica, la cual, tiene como objetivo la transmisión y difusión pública de los nuevos conocimientos generados. Por lo general, se desarrolla en dos pasos diferenciados, por un lado y de inicio, la difusión entre científicos y posteriormente, en un segundo paso la divulgación a la opinión pública.
Si algo caracteriza el escenario actual y la medicina de hoy en día es la gran abundancia de información disponible, las bases de datos más utilizadas -pubmed-medline, embase …- albergan más de 24 millones de citas que crecen de forma exponencial día tras día. Sólo en el área de oncología se publican más de 160.000 artículos científicos relevantes al año. Es pues lógico dudar de que nuestros profesionales de la salud tengan capacidad para “filtrar” la información que reciben día a día, fundamentalmente por una cuestión de tiempo, pero en algunos casos también por necesidad de formación.
Diversos estudios han publicado y demostrado que de entre todas las preguntas que realizan los clínicos un alto porcentaje, rozando la mitad de ellas, quedan sin respuesta debido, principalmente, a problemas a la hora de acometer una búsqueda de información: contextualizar el problema condensándolo en palabras de búsqueda, disponibilidad de tiempo, conocer las bases de datos especializadas, uso de los motores de búsqueda…, supone un reto de importancia para los clínicos.
Ante este escenario, es evidente la necesidad de facilitar en tiempo y forma, esta labor tediosa para nuestros profesionales. Pero, ¿cómo?.
Si tenemos en cuenta que el objetivo final es que los profesionales accedan a la información más relevante para mejorar en su día a día y que sean capaces de manejarla e interpretarla de manera óptima, podemos identificar algunas áreas de mejora clave:
• El acceso a la información debe ser fácil, cómodo y rápido, y esta de ser lo más completa posible, de forma que los profesionales puedan disponer de las últimas referencias bibliográficas en la especialidad a nivel internacional.
• Es necesario establecer criterios específicos para la selección de la información, ya que a veces, no es fácil distinguir entre lo impactante, lo interesante y lo importante ante la gran cantidad de publicaciones disponibles sobre un tema médico concreto.
• No basta con aplicar filtros técnicos para la selección; es necesario realizar un análisis experto para cribar la información en base a criterios de aplicabilidad y pertinencia en nuestro entorno sanitario.
• Es importante disponer de una visión de cómo trasladar el contenido de las referencias bibliográficas a la práctica clínica diaria, para lo cual, sería interesante disponer de la visión de otros profesionales. La adquisición de habilidades que faciliten el abordaje correcto –y con ello la excelencia en la atención sanitaria- no es menos importante, y es algo que solo facilita la experiencia contrastada.
• Finalmente, habría que plantearse la posibilidad de compartir experiencias reales del día a día de su práctica clínica, ya que esto facilita el aprendizaje continuo del profesional médico y sanitario, favorece la comprensión de la práctica clínica, la forma de razonamiento y el manejo de la incertidumbre, a la par que favorece el diagnóstico diferencial y estimula el espíritu investigador tan necesario en la profesión.
No hay duda de que nos encontramos ante un momento en el que se presenta la paradoja de que cada vez hay más información disponible a la vez que los profesionales disponen de menos tiempo para analizar la misma y poder conseguir que esta produzca un impacto real en su día a día. Es pues necesario trabajar en herramientas que faciliten esta tarea a los profesionales de cara a promover un impacto real en la salud de los pacientes.
En Azierta e-Health Factory estamos comprometidos con potenciar el acceso a la información científica y, a través de soluciones que aúnan ciencia, tecnología e innovación, buscamos facilitar este acceso y una optimización del uso y aplicación que los profesionales hacen de la información en cuestión.