La externalización de equipos comerciales es hoy en día una modalidad totalmente arraigada en todos los sectores. Y es que a nadie sorprende que las empresas centren su actividad estratégica que es la que contribuye a generar su ventaja competitiva y supone la parte central de su negocio, y decidan dejar en manos de terceros el resto de acciones que, aunque no son prioridad, sí son un factor clave en su camino hacia el éxito.
De hecho, el outsourcing comercial ha demostrado ser una excelente herramienta para el crecimiento, la especialización, el lanzamiento de nuevas unidades de negocio, o la adaptación tecnológica de las compañías farmacéuticas. Eso sí, buscando mantener el mismo nivel de exigencia y profesionalidad que si de un equipo propio se tratara.
A la hora de decidir si recurrimos o no al outsourcing comercial pueden entrar en juego varios factores, pero hay dos que suelen decantar la balanza hacia el sí: el mayor grado de especialización de la empresa de externalización y su capacidad de reacción frente a los retos que plantea el mercado.
Ambos principios son, precisamente, uno de los valores más necesarios cuando hablamos de outsourcing comercial farmacéutico porque este sector se caracteriza por una alta presión de la competencia tanto a nivel nacional como internacional, una constante innovación para mejorar la calidad de los productos y por un cliente que precisa un nivel de recomendación y personalización muy elevado.
Externalizar conocimiento
Además de externalizar servicios y procesos, lo que hoy en día valoran más las empresas del sector farmacéutico es que su partner en materia de outsourcing sea capaz de transferir conocimiento. Conocimiento sobre la realidad en el punto de venta, márgenes de negocio, reducción de costes, precios de la competencia, nuevas ubicaciones… pero sobre todo, un conocimiento sobre los cambios que pueden aparecer en el mercado, nuevos desarrollos de I+D+I necesarios, nuevos modelos de negocio…
Es decir, no solo buscan un compañero de outsourcing comercial, sino un aliado que los acompañe y asesore en todo el proceso y del que puedan aprovechar su infraestructura y conocimiento.
Más allá de los costes
Es decir, que mientras al principio la externalización podía ser entendida como una táctica para reducir costes, la realidad es que el outsourcing comercial farmacéutico debe enfocarse en generar un doble impacto positivo: económico y en la fidelización del consumidor. Esto es especialmente necesario en la actualidad, con la transformación digital y las nuevas demandas del consumidor.
Precisamente, al recurrir a la externalización, cualquier empresa farmacéutica adoptará una estructura más flexible que le permite adaptarse a los cambios del mercado en la era digital.
Analítica y reinvención constante
En la misma línea, conocer los productos, contar con información precisa sobre los mismos y buscar las mejores ubicaciones ya no es suficiente. Para obtener los mejores resultados es necesario ser competitivos con nosotros mismos. Innovar, investigar, probar y, sobre todo, realizar un seguimiento continuo de los resultados que se obtienen es un básico para adaptarse a los nuevos tiempos.
Esta es una oportunidad que debemos tener siempre presente ya que los grandes actores se caracterizan por fijarse lo justo en la competencia y vivir en un reto y superación constante de puertas para adentro.