El coronavirus supondrá un punto de inflexión, nos obligará a cambiar prioridades, la forma de relacionarnos y a incluir la tecnología como algo normalizado en nuestro día a día. Y todo esto se verá reflejado en cambios en la Formación Médica Continuada.
La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), ha supuesto un duro golpe para todos. Nos ha demostrado que somos vulnerables e interdependientes. Nos ha hecho reflexionar. En un momento tan complejo como este, muchos pensadores (sociólogos, historiadores, filósofos, escritores…) han tratado de aventurar cómo nos transformará esta pandemia y, a pesar de la variabilidad en sus conclusiones, la mayoría coincide en que esta pandemia supondrá un punto de inflexión a nivel político, económico y social.
¿Afectará la pandemia a la formación médica continuada?
Cada día a las 20:00, muchos salimos al balcón a aplaudir para reconocer el trabajo del personal sanitario. La mayoría de profesionales sanitarios se han volcado en tratar esta enfermedad, dejando a un lado congresos, reuniones, formaciones, proyectos de investigación, …
Poco a poco, el número de ingresos por coronavirus disminuye, el número de fallecimientos se reduce, empieza a haber camas libres en las UCI, el número de altas aumenta… Estamos empezando a ver la luz al final del túnel. ¿Qué pasará con los profesionales sanitarios cuando la situación se normalice?
A corto plazo, los profesionales sanitarios, además de descansar, deberán recuperar su vida (personal y profesional). Tendrán una alta carga asistencial (por todos esos pacientes que les están esperando), una amplia oferta de congresos y reuniones que se habían aplazado… Les quedará poco tiempo para formación, aunque seguirán teniendo la necesidad de actualizar su conocimiento. ¿Cómo podemos adaptar la oferta formativa a la nueva situación? Algunas características que debería cumplir la formación, en este primer momento, son:
• Contenido de valor sintetizado. Si tienen que priorizar, el “Qué” será clave. ¿Qué necesitan realmente estos profesionales sanitarios? ¿Qué es lo que les interesa aprender? Aunque siempre se haya tenido en cuenta, ahora, todavía adquiere más relevancia. En estos momentos, es importante separar el grano de la paja. Hacer microlecciones con la información esencial, dejando la información complementaria para cuando dispongan de más tiempo para ampliar la formación. Se trata de ofrecer píldoras formativas de alto valor.
• Práctica. Cada vez es más importante que la formación que se oferte tenga aplicación en la práctica clínica habitual de los profesionales sanitarios.
• Personalizada. Ofrecer formación modular, donde el profesional pueda elegir la temática o incluso recomendarle distintos recorridos curriculares, en función de su perfil e intereses.
• Interacción entre el alumnado y el profesorado. El profesional sanitario debe tener un espacio donde pueda interactuar con los expertos profesores para poder resolver dudas, tener feedback…
• Flexible. Al tener poco tiempo, el profesional debe poder acceder a la formación dónde y cuándo le venga bien. Para ello, es importante que pueda ser on-line y tener un formato que se adapte bien al móvil, tablet y ordenador.
• Atractiva. La metodología utilizada, el formato, la gamificación… son algunos de los elementos que pueden hacer más atractiva una formación y que no debemos olvidar.
• Acreditada. La acreditación, además de garantizar que la formación es de calidad, permite a los profesionales conseguir los certificados y créditos necesarios para mejorar su carrera profesional, lo que siempre es un incentivo.
En resumen, hay que poner facilidades al profesional sanitario para que actualizar su conocimiento le resulte estimulante y atractivo, y encuentre el tiempo para ello entre sus múltiples responsabilidades.
Y si miramos un poco más a largo plazo, ¿cómo cambiará la formación médica continuada?
Como dice el sociólogo Michel Wieviorka, “el futuro existe, no podemos abandonarnos al presentismo”. El coronavirus nos ha obligado a estar muy en el presente, pero la vida sigue. Esta situación nos tiene que servir para reaccionar e innovar en formación médica continuada con:
• Modelos formativos más innovadores basados, por ejemplo, en blended learning (modelo mixto on-line y presencial) que incluyan formas diferentes de aprender como:
o Flipped classroom o aula invertida. Término acuñado por Jon Bergmann y Aaron Sams. Un sistema que propone facilitar al alumno un contenido (en formato podcast, vídeo, texto...) para que lo trabaje previamente y luego, lo comparta presencialmente, favoreciendo que los alumnos interactúen y realicen actividades más participativas y prácticas (analizar ideas, debates, trabajos en grupo, proyectos…). Los docentes tendrán el papel de resolver dudas y actuar de guía.
o Social learning o aprendizaje social. El psicólogo Albert Bandura fue el primero que habló de aprendizaje social, refiriéndose al aprendizaje a través del método de observación del comportamiento de otras personas. La introducción del mundo on-line, ha abierto nuevas posibilidades para este sistema y, en la actualidad, vuelve a ser tendencia. Las cuatro claves de este modelo son: Atención, Retención, Reproducción y Motivación. Este modelo se puede resumir en “todos aprendemos de todos”, en “conocimiento colaborativo”.
o Learning by doing o aprender haciendo. El concepto fue desarrollado por John Dewey, aunque no fue acuñado hasta un siglo después por Roger Schank. Este método supone sumergir al alumno en un ambiente que simule una experiencia real, para que experimente y reflexione sobre lo hecho, sin miedo a equivocarse y que pueda aprender de sus errores. La metodología consta de cuatro pasos: la experiencia concreta, la observación reflexiva, la conceptualización abstracta y la experimentación activa.
• Aplicación de nueva tecnología, como la inteligencia artificial, realidad aumentada, realidad virtual, etc. para facilitar el aprendizaje y aportar una experiencia nueva y estimulante para el alumno.
• Nuevos sistemas de evaluación por resultados, inspirados en los modelos “Objective by Key Results” (OKR), que tanto éxito han reportado a Google, Netflix o Twitter, ya que refuerzan la motivación y el reconocimiento. Se trata de tener objetivos a corto plazo, que el alumno los conozca y que se haga una evaluación continua, basada en si se han alcanzado esos objetivos. El alumno obtiene feedback de forma continuada sobre su desempeño y puede ajustar su aprendizaje.
Con la incorporación de estos nuevos elementos los profesionales sanitarios podrían llegar a los niveles cognitivos más altos, según la taxonomía de Bloom y Krathwohl. Serían capaces de crear a partir de lo aprendido. Como dijo Confucio, “Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme partícipe de algo y lo aprenderé”.
La pandemia COVID-19 nos está brindando la oportunidad de reflexionar y mejorar. Hay que ser aún más útiles, hay que cuidar y promover el talento y hay que ser flexibles para responder rápidamente a las nuevas necesidades de los profesionales sanitarios y, por ende, de la sociedad.