Las organizaciones estamos viviendo una tesitura cuanto menos complicada y de incertidumbre que nos ha obligado a adaptarnos de una forma rápida y eficaz. Esto se ha traducido en la digitalización y la búsqueda de nuevas formas de innovar para dar respuesta a las nuevas necesidades. Podemos afirmar que la COVID-19 ha sido un acelerador de la transformación digital del sector de la salud donde se han visto implicados todos los players: médicos, pacientes, empresas, laboratorios, por mencionar algunos.

Para algunos ha supuesto un problema a su forma de trabajar y al modelo de negocio que tenían establecidos pero para muchos otros ha supuesto una oportunidad. ¿Dónde está el secreto? Si me lo preguntas, la clave está en la velocidad a la que estés dispuesto adaptarte.

Miremos el crecimiento de este último año en el número de health startups. El 40% de las nuevas propuestas por parte de los emprendedores nacionales han sido relacionadas con este ámbito según datos del Mapa del emprendimiento 2020 realizado por South Summit. Además, se observa también un incremento en la inversión en startups del sector, que ha aumentado en un 78%, según datos del Congreso Nacional de Business Angels 2020.

En Barcelona, donde 4Doctors tiene su sede, el Pier 01 de la incubadora Barcelona Tech City ya se ha quedado pequeño y recientemente han anunciado la apertura de otros dos centros de innovación de los cuales uno de ellos estará destinado en su totalidad a tecnologías de la salud.

Este incremento no solo afecta a nuevas empresas, sino especialmente a las ya consolidadas que han tenido que adaptarse al nuevo paradigma. Esto lo hemos experimentado de primera mano en 4Doctors: en un año marcado por la incertidumbre y los cambios,  hemos conseguido un crecimiento importante a nivel de equipo, número de clientes, usuarios de nuestra plataforma y facturación.

Nuevos formatos, ¿nuevas oportunidades?
El nuevo paradigma ha permitido la consolidación y la implantación de diferentes formatos comunicativos. Rápidamente observamos cómo lo que solía generar cierta resistencia hace apenas un año -videoconferencias, teletrabajo, formación online, videoconsultas y comunicaciones vía canales más “invasivos” como WhatsApp- hoy en día en muchos ámbitos ya no son una elección, son necesarios, e incluso preferidos por los usuarios.

Uno de los formatos más aceptado ha sido la telemedicina que, a principios de año estaba empezando a despegar y debido a las restricciones de movilidad ha logrado una importante consolidación. La telemedicina ha sido empleada por parte de los médicos con el objetivo de no perder el contacto con sus pacientes por la desprogramación de las consultas externas durante la pandemia.

Los profesionales asistenciales han utilizado mayoritariamente la visita telefónica, en detrimento de la visita presencial. Y lo más interesante es que se han dado cuenta de que no es sólo una opción válida, sino que funciona de manera efectiva para ciertas tipologías de pacientes. Esto representa un cambio cultural muy importante en los profesionales que, en muchos casos, vivían la telemedicina con cierta desconfianza. Y aunque la telemedicina va mucho más allá de la visita telefónica, es muy buen comienzo para visualizar sus ventajas en los modelos asistenciales. Algunas de las soluciones utilizadas en este mismo formato han sido el tratamiento de la salud mental o el diagnóstico en remoto.

El éxito de este nuevo formato tiene que ver a su vez con el vuelco en la adopción de otras herramientas digitales por parte de la sociedad. La utilización de canales digitales como las videollamadas, ha crecido de forma exponencial reduciendo de forma significativa la brecha digital. Uno de los perfiles más reacios a utilizar estos formatos eran los mayores quienes ahora se han convertido en usuarios activos debido a la necesidad de poder socializar y comunicarse con familiares. Este ha sido el paso inicial para convertirse en usuarios digitales y realizar otro tipo de acciones como compras online o incluso formaciones online.

Pero esto no solo ha tenido impacto en la relación médico-paciente sino también del lado de las empresas farmacéuticas en su relación visitador-médico. Muchos laboratorios estaban muy basados en una visita médica presencial o en la organización de eventos presenciales con los propios médicos. Sin embargo, debido a las restricciones de movilidad han tenido que optar por otras alternativas como programas de divulgación científica 100% online que permitan seguir aportando valor a los médicos.

Del mismo modo, la aceptación de una manera generalizada del formato videollamada también se ha constituido como una tremenda oportunidad para las empresas. El formato video reunión ha tomado el relevo a las reuniones de manera presencial.

Esto se traduce en ventajas pudiendo abarcar diferentes reuniones a lo largo del globo en cuestión de horas. No sabemos si en el futuro volveremos a organizar viajes de 10.000Km para intentar visitar la máxima cantidad de posibles clientes en ese viaje, pero sabiendo que una videollamada es igual de efectiva, seguramente la mayoría de estas visitas las continuaremos realizando desde la comodidad de nuestras oficinas -o nuestros hogares-.

Nuevos canales y formas de comunicarnos
Esta pandemia no solo ha traído diferentes formatos sino también diferencias a la hora de comunicarnos con clientes o pacientes.

Tenemos canales a los que estábamos acostumbrados antes de la pandemia y otros que previamente no se utilizaban y que han ganado popularidad. Pero no solo tiene que ver con emplear una u otra herramienta si no la forma de comunicarnos a través de ellas. Así, existían redes de uso más privado como WhatsApp que se ha abierto más a un canal profesional. Otras como LinkedIn, han ganado aún más popularidad entre profesionales a la hora de comunicar y generar networking, además de procesos de selección totalmente virtuales. En el campo de la medicina, la utilización de canales como Zoom o Gotowebinar ha permitido eventos virtuales que han generado popularidad entre especialistas de la salud. Todas estas redes han permitido conectar con el cliente/paciente de una forma diferente y cercana.

Este último formato además, ha cobrado especial relevancia en temas más transversales atendiendo a las necesidades psicológicas y emocionales de los sanitarios en el presente año. Webinars centrados en recuperación emocional o gestión del estrés han permitido ayudar a las labores de los sanitarios de una forma que antes no se concebía -ni siquiera de forma presencial-.

Predicciones en el sector e-health para el 2021
Este año ha sido la puerta a la barrera de la digitalización. Se llega a decir incluso que ha sido la salvación a los sistemas de salud tradicionales que venía mostrando carencias y resistencia a la digitalización. Estos nuevos formatos y formas comunicativas no son algo puntual sino que han llegado para quedarse: diferentes predicciones indican que es muy probable que en menos de cinco años las consultas digitales superarán a las presenciales. En consecuencia, la consulta presencial será la excepción y no la norma.

En este sentido, se observa que las plataformas que ofrecen servicios de telemedicina son cada vez más completas y ofrecen más servicios como la teleconsulta, monitorización remota, prescripción electrónica, entre otros. Pero la telemedicina no será la única en cambiar las reglas del juego. Otras tecnologías que ya cobraban fuerza a mediados de la pasada década, encuentran su aplicación en el campo de la medicina. Entre dichas tecnologías encontramos la sensorización, la inteligencia artificial (IA) o la incorporación de dispositivos basados en el IoMT (Internet of Medical Things), entre otros. Estas serán claves para agilizar procesos y liberar una serie de actividades, aumentando el tiempo de valor de los profesionales.

Cabe diferenciar tres ámbitos que cobrarán relevancia este 2021 dependiendo de las tecnologías empleadas.

Las primeras de ellas como hemos venido mencionando son las que impactan directamente en los modelos asistenciales y los pacientes, como la telemedicina, la gamificación, la realidad virtual o los asistentes virtuales. Ejemplo de ello son las ya mencionadas teleconsultas o el crecimiento de las recompensas ofrecidas por las aseguradoras a los clientes que completan determinados objetivos medidos a través de wearables.

En segundo lugar encontramos las tecnologías relacionadas con facilitar las gestiones o procesos administrativos como los modelos agile o plataformas colaborativas que ayudarán en las tareas diarias.

En última instancia encontramos las soluciones relacionadas con los datos y la información como es el Big data o el IoMT. Estas últimas soluciones tienen un grandísimo potencial en el área médica debido a su capacidad de procesar, prever, generar y almacenar altos números de datos como bases de historiales clínicos.

En definitiva, La COVID-19 ha provocado un cambio en el sector que en condiciones normales requeriría de una década. Esto ha sido un cambio conjunto de todos los players que han tenido que adaptarse al nuevo paradigma. Un claro vencedor ha sido la telemedicina, que anticipa lo que podemos esperar del sector de la salud en el presente y en el futuro, dejando atrás la percepción de digitalización en la medicina como algo lejano.