En un contexto de crisis, la capacidad de actuación se convierte en una medida de vital importancia, y como única solución, queda reaccionar. La necesidad en el sector farmacéutico recae en ofrecer un servicio de calidad al paciente. En un escenario de crisis de salud pública los farmacéuticos comunitarios han tenido que adaptarse y reforzar algunas de sus funciones para dar una respuesta eficaz a las necesidades sanitarias de los ciudadanos. Para ello, es importante disponer de un conocimiento actualizado.
La crisis sanitaria derivada del SARS-CoV-2, ha consolidado al sector farmacéutico como uno de los más importantes a nivel global y a la farmacia como un punto de venta y recomendación clave. El 67% de los pacientes acude al menos una vez al mes a la farmacia, convirtiéndose en pacientes habituales, y un 29% acude entre un periodo de 2 a 6 meses, situándose en paciente ocasional, según el informe Farmacias que cambian la vida de sus pacientes, elaborado por Boehringer Ingelheim.
Esta realidad es el reflejo de una situación que se ha ido incrementando con el tiempo. Si bien cabe recordar que desde siempre las farmacias han sido un punto de referencia sanitaria para la población, esto se debe al hecho evidente de que la figura del farmacéutico está vinculada a la del prescriptor. En el momento en el que un usuario acude a un punto de venta farmacéutico es porque busca el asesoramiento de un especialista, y un trato cercano para depositar su confianza.
Con la crisis sanitaria, los centros de atención primaria se han visto saturados, y, en consecuencia, se ha impulsado la tendencia de acudir a las farmacias, ya que los ciudadanos han puesto mucho más en valor factores como la rapidez y la cercanía que encuentran al acceder a una farmacia.
Además, entra en juego el poder que ha alcanzado la digitalización a lo largo de este periodo de crisis, y con ella el fenómeno de la sobreinformación. Esto ha generado una transformación en el perfil del paciente, ocasionando la necesidad de estar más informado, y, en consecuencia, adquirir una visión más crítica.
Por ello, es imprescindible que el personal de la farmacia reciba una formación constante y actualizada que le permita disponer de la información y la seguridad suficiente para hacer frente a las necesidades de cada ciudadano. Un farmacéutico bien formado, conseguirá tener una prescripción que aporte valor añadido al usuario y por lo tanto logrará mantener la confianza de este.
La digitalización de los canales formativos
Otra cuestión importante y que se ha visto reforzada tras la pandemia, es la digitalización tanto de la atención médica como de los canales farmacéuticos. La accesibilidad, la consulta online y una correcta y amplía formación multicanal, suponen ejes imprescindibles para una avanzada y efectiva atención futura.
Para ello, en la actualidad existen multitud de canales online que nos permiten realizar una comunicación eficaz y desarrollar un plan formativo cualificado, combinado con el presencial.
Cada vez son más las plataformas digitales que se están creando y usando con fines didácticos y formativos. Esta opción está aunando la posibilidad de que profesionales del sector farmacéutico asistan a formaciones, congresos o webinars a distancia, con respuestas dinámicas y rápidas por parte de todos los participantes, ya sea en directo o diferido. Muchas de estas plataformas integran cuestionarios de evaluación o documentación complementaria, por lo que su uso como vía formativa actualmente está en auge.
Otra herramienta por la que se está apostando a la hora de difundir contenidos farmacéuticos, y por lo tanto se puede considerar un medio formativo, es el podcast. Hoy en día el aprendizaje a través de programas de podcast se encuentra en continua expansión, uno de los motivos es porque su uso auditivo facilita el acceso a la información.
Son varias las compañías o profesionales farmacéuticos que están optando por esta vía para transmitir su conocimiento. Existen herramientas de podcast en directo que permiten participar en debates con profesionales farmacéuticos de cualquier lugar del mundo.
Todos estos canales digitales en poco tiempo han conseguido consolidarse como n¬¬¬¬uevos medios de comunicación online, facilitando a los profesionales farmacéuticos el acceso a formaciones e información relacionada con la figura del paciente actual y con sus inquietudes.
Teniendo en cuenta que cada vez más, las farmacias hacen uso de las redes sociales para establecer relaciones con los pacientes, es muy importante que la información que transmitan sea fiable, actualizada y profesional y por lo tanto es imprescindible que quien genere el contenido a publicar, esté formado. Según estudios recientes los ciudadanos reconocen visualizar con frecuencia contenidos en redes sociales publicados por farmacias, ya que argumentan que es una vía rápida y de fácil acceso para resolver dudas.
¿Cuáles son los próximos paradigmas para el sector farmacéutico?
En lo que se refiere a la asistencia farmacéutica el nuevo escenario demanda servicios que combinen lo presencial y lo online, y que traspasen las fronteras de las farmacias para aportar valor a los usuarios, por ejemplo, a través de la teleconsulta.
Sin embargo, de estas nuevas necesidades de la ciudadanía tenemos constancia gracias a la inclusión del big data en el sector de la salud, que permite la recogida y el análisis de datos para la optimización de los servicios con el objetivo de ofrecer a los ciudadanos un cuidado de calidad. Por ello, es importante apostar por nuevas tecnologías que garanticen avances y beneficios para el sector farmacéutico.
En conclusión la importancia reside en la adaptación de las farmacias ante las nuevas necesidades del paciente, donde las formaciones en el sector farmacéutico adquieren un papel fundamental para garantizar que la respuesta a la población sea lo más acertada posible.