La formación es una de las bases del buen funcionamiento de la industria de las ciencias de la salud. Gracias a la formación -que puede ser interna o subcontratada-, los agentes del sector pueden prestar un mejor servicio al elemento más importante: el paciente.
La formación puede abordar varias etapas del ciclo de vida de una solución sanitaria, por ejemplo, un medicamento o un dispositivo médico, desde la investigación y el desarrollo hasta las fases de comercialización y seguimiento del mercado. En el ámbito de este artículo, nos centraremos en particular en las fases posteriores a la precomercialización, a través de los equipos de medical science liaison (MSLs) y los delegados de información médica (DIMs).
Los MSLs son un tipo de delegado con una formación más clínica, generalmente con una formación científica en el ámbito de la salud (medicina, farmacia, enfermería y otras áreas, muchos de ellos PhDs). Los MSLs proporcionan información sobre el mecanismo de acción de los medicamentos o dispositivos, discutiendo la ciencia y la investigación relacionada con el producto.
Ayudan a implementar el uso correcto de los medicamentos a nivel del prescriptor, aportando también conocimientos y experiencia en la identificación de eventos adversos (efectos secundarios, interacciones entre medicamentos y otras situaciones que pueden no haber sido identificadas en los ensayos clínicos y que sólo surgen a través del día a día y de los datos del mundo real – real world data). Por otro lado, los DIMs -que pueden ser generalistas o especialistas- visitan a los médicos y, en algunos casos, a los farmacéuticos, en sus consultas y farmacias, y suelen tener un alto nivel de conocimiento no sólo de los medicamentos que promueven, sino también de los medicamentos de la competencia. Los DIMs especializados suelen trabajar en entornos hospitalarios.
Independientemente del ámbito (MSLs o DIMs), la industria de las ciencias de la salud ha realizado importantes aportaciones a los agentes sanitarios en las últimas décadas, en el ámbito de la formación médica. Este apoyo se proporciona generalmente a través de los contactos regulares de estos profesionales con los médicos, principalmente, a través de los canales de comunicación tradicionales y digitales, y a través de instrumentos como las visitas médicas (detailing y e-detailing), reuniones clínicas, congresos, seminarios web, entre otros. Este apoyo regular aparece a veces casi como el único que existe, en situaciones en las que las autoridades sanitarias no tienen los medios para proporcionar la educación y la formación regulares que los agentes prescriptores (especialmente los médicos) necesitan a lo largo de su carrera profesional. De este modo, la formación y la educación que proporciona la industria de las ciencias de la salud es un complemento importante en el conocimiento de los últimos avances científicos.
Los impactos positivos de la formación pueden traducirse en importantes contribuciones, no sólo intangibles, a través de una mayor confianza en los agentes sanitarios, sino también tangibles, en cuanto a la contribución al desarrollo económico de la sociedad. Con seriedad, ética y observando todas las normas y el compliance, esta formación seguirá siendo uno de los pilares para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes. Por último, un extracto de una entrevista a una doctora, en el contexto de mi tesis doctoral en marketing de ciencias de la vida, cuando comentaba el apoyo que la industria le ha dado a lo largo de su carrera: "Agradezco a las empresas que han ayudado a mejorar mi carrera profesional, ¡porque me han dado mucha más formación que el Estado! Si no fuera por esta formación, clínicamente no sería quien soy hoy; no tendría la capacidad de ser quien soy, como médica".