Como parte de mi desarrollo profesional y académico, y viendo hacia dónde puede dirigirse el mercado en los próximos cinco a diez años, sentí la necesidad, a principios de 2023, de volver a las aulas como estudiante, para profundizar conocimientos específicos en mi actividad profesional: Real World Data, Real World Evidence, OMOP, Health Economics & Outcomes Research (HEOR). Esta es una de las áreas de más rápido desarrollo en la industria de las ciencias de la salud, con varios estudios que apuntan a un crecimiento anual de dos dígitos hasta al menos 2030. Las razones por las que esta área ha ido creciendo ya han sido tratadas por mí en algunos de los artículos recientes.

¿Qué hice entonces? Mi ajetreada vida profesional y académica no me permitía asistir a un curso demasiado prolongado en el tiempo, sobre todo si el curso era presencial. Dirigí entonces la búsqueda a cursos intensivos, a tiempo completo y de corta duración sobre Real World Evidence, y aparecieron unas cuantas opciones en los buscadores, de Universidades, empresas privadas, instituciones como ISPOR, y varias opciones más. La que más me interesó fue la Oxford Summer School 2023, dedicada al tema “Real World Evidence using the OMOP Common Data Model”, un programa intensivo de una semana a tiempo completo en la Universidad de Oxford. Tras la (tardía) solicitud, fui (muy afortunadamente) admitido en el programa.

La inmersión académica fue total: en régimen residencial, conocí no sólo a profesores e investigadores de talla mundial, sino también a 50 estudiantes de todos los rincones del planeta, con los que desarrollé contactos muy ricos y una red personal y profesional. La intensidad de las clases -teóricas por las mañanas y prácticas por las tardes- nos llevó a un nivel muy alto de aprendizaje y puesta en común, abarcando temas como el modelo de datos OMOP, tipologías de estudios e investigaciones, cómo reducir o eliminar los factores de confusión, cómo utilizar las herramientas ATHENA y ATLAS, y muchos otros temas de gran actualidad.

Desde un punto de vista personal, comparto ahora con los lectores algunas de las reflexiones y sensaciones que experimenté durante mis seis días en Oxford.

Un baño de humildad para los demasiado confiados. Entre los 50 alumnos que hicieron el curso, seguramente más de la mitad son PhDs, y muchos Post-Docs. Y una mayoría son investigadores de primera línea en sus campos, con artículos científicos publicados en las revistas internacionales más prestigiosas. Es muy importante tener la humildad de preguntar, de pedir ayuda en las áreas en las que tenemos menos experiencia: siempre hay alguien que sabe más que nosotros y está dispuesto a compartir.

La red personal y profesional. Realizar una formación como un curso de posgrado, o un MBA, o cursos intensivos más cortos, merece la pena, por supuesto, por lo que se aprende: los conceptos, las técnicas, los modelos, las nuevas tendencias. Pero vale mucho más que eso: la conexión que generas con otros estudiantes puede ser un sólido pilar para futuras oportunidades laborales, futuros proyectos conjuntos y otros empeños profesionales o académicos. En mi caso, hice realidad mi sueño de trabajar en ciencias de la salud en 2004, tras recibir la invitación de un compañero con el que cursé mi MBA. Estoy seguro de que ahora en mi “clase de 2023” encontraré posibilidades de crear sinergias y valor en futuras iniciativas en Real World Evidence.

Salir de tu zona de confort. Emprender una formación, aunque sea intensiva, significa luchar contra la inercia y señalarnos a nosotros mismos que estamos comprometidos con nuestro desarrollo. A menudo nos ponemos “excusas” para posponer esta inversión: al fin y al cabo, entre la actividad profesional y/o académica, la familia y demás vida personal, queda poco o ningún tiempo para pensar en volver a estudiar... pero, ¿es realmente así? ¿Supondrán tanta diferencia 4-5 horas semanales en un programa de posgrado, en un periodo extraescolar? ¿O esas mismas horas en un programa online? ¿O no podríamos dedicar una de las 52 semanas de un año a un programa intensivo? ¿Podríamos encontrar esas horas usando un poco menos el smartphone?

Nunca es tarde para aprender. Camino de los 50, tengo planes para reforzar mi formación en áreas específicas en los próximos años. Es algo que intento transmitir también a mis alumnos de Lisboa y Barcelona: una licenciatura (o, cada vez más, un máster y, en algunas áreas, un doctorado) no es el final, sino el principio, la puerta de entrada a una carrera intensa y larga. El nivel de complejidad de la sociedad actual y los constantes avances en el campo de la salud (medicina personalizada, inteligencia artificial de apoyo al diagnóstico y detección precoz de problemas crónicos de salud, entre otros) requieren del mercado, talento capaz de conocer estas tendencias y utilizarlas como agentes de cambio, y contribuir al descubrimiento de soluciones que ayuden a los pacientes, a las economías y a las sociedades en general.

Si estas líneas han inspirado a alguien -aunque sólo sea a una persona- a volver a estudiar, me sentiré feliz. A quienes tengan dudas: ¡merece la pena! Por último, un pequeño “descargo de responsabilidad”: pagué el curso de Oxford de mi propio bolsillo, así que hablo con total independencia sobre él. Hay muchas otras soluciones disponibles en el mercado, ¡sólo tienes que dedicar un par de horas a echar un vistazo!