Las relaciones sexuales forman parte de las actividades que más repercusión tienen en la salud de las personas. Tanto para la prevención como exclusivamente para el placer y el bienestar, las farmacias ofrecen productos que benefician de un modo u otro la práctica sexual.
Estos son algunos de los productos que se pueden adquirir en las farmacias, ya sean físicas a pie de calle o virtuales, en el entorno online.
Los preservativos
Este objeto es, posiblemente, el más utilizado para evitar embarazos y contraer enfermedades de transmisión sexual. Se trata de una funda elástica, pequeña y delgada, que recoge el semen tras la eyaculación en el acto sexual, de este modo, el esperma no llega a introducirse en la vagina, impidiendo que llegue hasta el óvulo. Así mismo, al impedir el contacto directo, la mayoría de preservativos o condones también previenen de las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual). Los materiales más comunes utilizados para su fabricación son el látex, el plástico y, antiguamente, la piel de cordero.
Lubricantes sexuales
La función de un lubricante sexual o vaginal es el de reducir la fricción que se produce durante las relaciones sexuales entre los órganos genitales o en el ano, tanto por parte de las mujeres como de los hombres. Se trata de un producto que se utiliza en los casos en los que no se da una lubricación natural suficiente durante la práctica sexual, ya que una elevada sequedad en estos momentos produce dolor y aumenta el riesgo de contraer algún tipo de infección. Las farmacias pueden llegar a ofrecer una amplia variedad de lubricantes sexuales, que siempre serán más aconsejables que los lubricantes caseros que en algunos casos se llegan a fabricar. Los más habituales en farmacias son los de base acuosa (seguros incluso cuando se usa con preservativo), oleosos (para uso sin preservativos, ya que deterioran el látex) y con silicona (más densos y duraderos).
Los anticonceptivos orales de emergencia
Con este nombre se conoce al método de control natal que previene un embarazo en mujeres. Aunque se puede usar en cualquier momento a elección de una mujer, es habitual que se recurra a ellos en los casos de ataque o violación sexual, cuando un preservativo se rompe o el diafragma se sale de su lugar, por olvido al tomar las píldoras anticonceptivas, cuando se tiene una relación sexual y no se ha utilizado ningún tipo método anticonceptivo, o bien cuando cualquier método de control natal no se ha usado o funcionado correctamente.
Anillos vaginales anticonceptivos
Otra fórmula para prevenir embarazos no deseados es un anillo de plástico blando que se introduce en el interior de la vagina y libera dosis regulares de hormonas, como el estrógeno y la progestina: la prevención del embarazo se produce al espesar el moco presente en el cuello uterino y complicar el desplazamiento de los espermatozoides para llegar al útero. También pueden actuar adelgazando el revestimiento del útero y, por tanto, dificultando que el óvulo fertilizado se adhiera al útero. Por último, las hormonas pueden llegar a impedir que se libere el óvulo mensual.
Otros productos que suelen presentarse en las farmacias relacionados con la práctica sexual son las pastillas anticonceptivas, los tests de embarazo, los productos de higiene íntima, los tratamientos para la disfunción eréctil, los antisépticos y, también, determinados juguetes sexuales.