Agencias a concurso

Por Olga San José, directora creativa en Doctora Moss.

Los concursos son algo común dentro de la vida en la agencia. Nos dan la esperanza de conseguir nuevos clientes o la presión de mantener a clientes de la casa. ¡Nuevo concurso! Esa expresión que provoca motivación y miedito al mismo tiempo y que a menudo se oye en pasillos, tráficos o (se lee) en chats.

Y es que los concursos son una fórmula que funciona y a los que todos debemos grandes victorias y alguna que otra gran pérdida, el problema, es la periodicidad con la que se dan últimamente y, sobre todo, la dimensión del proyecto para el que concursamos.

Concurso por aquí, concurso por allá. Se han multiplicado y con ellos, las exigencias, externas y propias.

Las agencias, sumidas en nuestro propio talent show, movilizamos a casi toda la plantilla: estrategia para saber qué vamos a hacer, creatividad para hacerlo de una forma diferente, científico para tener esa base sólida que nos da seguridad y cuentas para descifrar el brief y guiar a todo el equipo. No falta nadie. Y si aún no estás dentro de un concurso, es que está a punto de caerte.

Ahora imaginemos ese esfuerzo y todos esos recursos, trabajando semana tras semana. No hay que imaginar mucho. Este es el panorama actual de las agencias. Esa carga de trabajo, presión y ganas, hace que sea complicado balancear las exigencias de nuestro trabajo diario (fuera de competición) y un horario laboral saludable.

Comienzan los malabares: los concursos, las entregas y la vida personal. En las agencias no nos importa dar un extra cuando un proyecto lo requiere. En todas lo hacemos y todos lo hacemos. Pero cuando el extra es continuo, pasamos de dar un extra a dar de más.

¿Nos seguimos presentando a tantos concursos? ¿Decimos que no? ¿Nos enfocamos en el concurso? ¿Dejamos el concurso de lado y nos centramos en el trabajo del día a día? Estas preguntas nos las hacemos constantemente y aún no hemos dado con la respuesta perfecta.

¿Concursos sí o concursos no?
La dificultad reside en que no podemos contestar con un sí o un no. La respuesta no solo la podemos dar desde las agencias, sino conjuntamente clientes y agencias. Esto (como casi todo) es trabajo de equipo.

Juntos tenemos que ser capaces de trazar un campo en el que a todos nos resulte cómodo competir. El concurso no debe ser una resignación, sino una motivación.

Creo que la respuesta la tenemos en la punta de la lengua. Re-res-respon…

¡Responsabilidad! Una palabra que encierra mucho y que sería una buena-gran-magnífica respuesta a esta situación.

Responsabilidad por parte de los clientes a la hora de plantear un concurso de dimensiones, con objetivos claros y por supuesto, con la finalidad de resolverse.

Responsabilidad por parte de las agencias de asumir concursos que supongan una verdadera oportunidad y que permitan mostrar nuestras capacidades.

Una responsabilidad que se podría reflejar en dimensión y diferenciación. No todos los proyectos valen para ser un concurso, no todas las agencias tenemos algo que aportar en todos los concursos.

Pero ahora pensemos qué nos ofrecen los concursos. Ahora que hemos sido responsables, seamos positivos.

¿Qué nos aportan los concursos a las agencias?
Los concursos nos desafían a los creativos a pensar de una forma diferente. Para un nuevo cliente y en un nuevo proyecto. Una frescura que nos permite salirnos de los límites del día a día.

Ofrecen diversidad de enfoques al permitir que múltiples personas o equipos trabajen de forma conjunta aportando puntos de vista y perspectivas que pueden enriquecer la estrategia creativa y garantizar una variedad de opciones.

Impulsan la colaboración. Los concursos pueden fomentar la interacción entre los equipos internos lo que nos da un enfoque más integral y sólido.

Descubrir nuevas competencias. Ponernos a prueba puede desvelar talentos ocultos. Ese compañero que no sabías que controla las tendencias como nadie más en la agencia, esa compañera con la que no habías hablado lo suficiente para saber que borda las presentaciones y, así, cientos de situaciones. Un concurso puede abrirnos la puerta a nuevas funciones que no estaban definidas en nuestro puesto.

Detectar talento emergente. Los concursos pueden dar la oportunidad a talentos emergentes o agencias más pequeñas de demostrar su valía y competir en igualdad de condiciones con las agencias más establecidas.

Los concursos permiten una selección más transparente y justa, ya que las propuestas se evalúan en función de criterios predeterminados, lo que evita posibles favoritismos o sesgos.

¿Qué aportan los concursos a los clientes?
Un concurso puede ser una forma de obtener propuestas y luego seleccionar la mejor opción, teniendo la seguridad de que la agencia seleccionada es la perfecta para el proyecto.

El proceso de concurso puede establecer una base sólida para la relación entre cliente y agencia.

Flexibilidad en la selección: Al ofrecer múltiples opciones, el cliente tiene la flexibilidad de elegir la propuesta que mejor se adapte a sus necesidades y objetivos.

Oportunidad para conocer caras nuevas. Los concursos permiten al cliente conocer nuevas agencias y nuevas formas de trabajo.

Si me vuelven a preguntar sobre los concursos diré que es cosa de dos, saliendo de la fórmula de jurado y juzgado, para convertirlos en algo más enriquecedor para ambas partes.

Así las agencias dejaremos de ser concursantas, salvo cuando escuchemos Deforme Semanal Ideal Total. El podcast más que recomendado de Isa Calderón y Lucía Lijtmaer en el que todas las oyentes somos concursantas.