Decía Goethe “Todo lo que puedas hacer o soñar ponte a hacerlo. La osadía está llena de genialidad, poder y magia! … pero cómo fomentamos la “osadía” en las propuestas que dan respuesta a los retos continuos del acceso o cómo desarrollamos la “genialidad” de nuestros talentos para que asuman que cuando mayor es el “riesgo” mayor es la emoción... y por último, estamos preparados para disfrutar de la “magia”, de las oportunidades del nuevo entorno?
Respecto a la primera de las reflexiones, como sabemos vivimos un nuevo entorno, un nuevo paradigma con doble E; Exigente y Emocionante que es el motor del cambio en las funciones del sistema sanitario; un entorno donde los interlocutores incorporan nuevos roles y nuevas formas de “hacer” que nos inspiran a seguir dando un salto de calidad en las estrategias de valor añadido convirtiéndonos en embajadores de soluciones disruptivas.
Soluciones completas de alto valor con:
* Visión y Agilidad en la adaptación al cambio: el porqué, el cómo y el qué.
* Actitud ganadora orientada a un nuevo posicionamiento en este entorno.
* Capacidad de “Desaprender” aplicando nuestra experiencia sobre la estrategia de un producto nuevo en un mercado nuevo: diversificación, siendo abierto de “mente y de orejas” para descubrir juntos nuevos caminos, para provocar nuevas soluciones.
* Escuchar, internalizar los mensajes, no sólo observar, apostando por la innovación.
La segunda reflexión se refiere al desarrollo de la “genialidad” de nuestro talento en las organizaciones, al “poder” entendido como potencial a desarrollar.
Parece que nadie encuentra su camino sin haberse perdido varias veces por lo que hay que seguir diseñando y construyendo el talento del futuro con perfiles idóneos para cubrir la necesidad del entorno actual pero sin olvidar lo importante de gestionar ese potencial para desarrollar habilidades y competencias que garanticen el éxito. Éxito en el desempeño de los nuevos roles del entorno siendo gestores de decisiones de alto nivel de dificultad, gestores de procesos innovadores en los procesos de decisión y comunicadores de alto nivel de persuasión basado en propuestas de valor añadido.
Ser conscientes de que este “nuevo producto”, los nuevos perfiles que nos exige “el nuevo mercado”, el nuevo paradigma, nos obligan cada día a seguir apostando por descubrir talento y trabajando para no perder nuestros mejores talentos, provocando en estos el crecimiento a un “nivel de descubrimiento”, siendo capaces de aprovechar su pasado (su aprendizaje) y su presente (su experiencia).
La última de las reflexiones tiene que ver con la “magia” que tenemos que sentir, y hacer sentir, para disfrutar de las nuevas oportunidades que este entorno tan rico y dinámico nos regala todos los días.
Sabiendo que la magia empieza contigo mismo, debemos como organización, apostar con decisión por la inversión en herramientas que nos ayuden en este objetivo. Estrategias multicanal e innovación como palancas que junto a la gestión del talento transformen las compañías.
Ser capaces de crear oportunidades y generar nuevos pensamientos e inquietudes que nos lleven a convertirlas en soluciones ganadoras que den respuesta a los retos actuales y futuros del constante nuevo entorno.
En definitiva: ¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto??? Porque como nos decía Heráclito:
“Lo único que es constante es el cambio”