Dar una ponencia frente a 5.000 personas en pijama. Saludarnos con el codo. Tus abuelos siendo expertos en escanear códigos QR. Hoy parece normal, pero tú díselo a alguien en 2019, y a ver cómo te mira. Partiendo de esta premisa, y para evitar futuros imprevistos, presentamos un análisis de tendencias
en base a próximos acontecimientos de relevancia histórica.
Año 2028. Lanzamiento del metaverso. La gente empieza a crear sus meta-casas. Se implementa el uso de cookies, especialmente con virutas de meta-chocolate.
Año 2035. El streamer Ibai alcanza la presidencia del gobierno. Sus políticas se deciden mediante encuestas en Instagram. Las campañas con youtubers se convierten en un asunto de estado.
Año 2066: la red social Tiktok cobra conciencia de sí misma, lavando el cerebro a la sociedad con mensajes subliminales. Los niños ya no quieren ser futbolistas, sino community managers. Se crea el premio Nobel al Mejor Viral.
Año 2112: El 90% de la población ya vive en el metaverso. Auge de la meta-publicidad, que principalmente consiste en anunciarse en los meta-periódicos que la gente lee los domingos en su meta-sofá.
Año 2191: invención de los viajes en el tiempo. Proliferan novedosas dinámicas de teambuilding, como el Atapuerca-painting, o escape rooms en pirámides egipcias. Tras salvar algunas brechas generacionales, Aristóteles se convierte en el coach motivacional de referencia.
Año 2414: se produce el “Too Big Data”: los discos duros de todo el planeta implosionan por falta de espacio. Un técnico de IT se encarga de recopilar a mano todos los datos perdidos, preguntando puerta a puerta.
Año 2830: se descubre la 4º dimensión. Esto supone un quebradero de cabeza para los diseñadores 3D.
Año 3001: llega la Revolución Analógica. La humanidad decide colectivamente que se ha hartado de la tecnología. Surge el meta-metaverso (tomarse un café) y la Realidad Reducida (quedarse mirando unas obras en la calle). Ante esta tendencia del “slow living”, se popularizan las piezas de visita de 200 páginas, para leérselas con calma.
Año 3012: nos visitan alienígenas saturnianos en son de paz. Proliferan los focus groups interplanetarios para conocer sus insights.
Año 3015: en apoyo a nuestros nuevos vecinos galácticos, se crea el Día del Extraterrestre, en el que todas las marcas cambian sus logos en RRSS a color verde alien.
Año 3020: los alienigenas nos enseñan telepatía, o en términos marketinianos, la comunicación B2B (Brain to Brain). Esto supone un quebradero de cabeza para los expertos en “omnicanalidad”.
Año 3021: ante el exceso de spam telepático, la humanidad se pone colectivamente de acuerdo para silenciar las notificaciones mentales. La calidad del sueño mejora en un 300%.
Año 3025: se descubre que la telepatía funciona con gatos, que pasan a integrarse en la sociedad humana, y a empezar a cobrar por sus vídeos virales. Las agencias de representación gatunas se hacen de oro.
Año 3025 (otra vez): solo 2 semanas después, los gatos se han hecho con la dominación mundial. El marketing se centra exclusivamente en mantenerles entretenidos, con técnicas de gamificación como el laser-chasing o el mouse-catching.
Año 3027: la mayoría de humanos se marchan a Marte para no molestar a los gatos, que se quedan con la Tierra. Popularización de los eventos híbridos intergalácticos. Se consigue alcanzar un retardo de tan solo 3 meses en el streaming Tierra-Marte.
Año 6155: surge el meta-meta-meta-metaverso. Nadie tiene muy claro quién está dentro y quién fuera.
Año 11312: se descubre un universo paralelo, casi idéntico al nuestro. Esto supone un quebradero de cabeza para los expertos en segmentación y targeting.
Año 54009: se vuelve a poner de moda la radio.
Año 16327901: la humanidad abandona su estado físico, transformándose en pura energía omnisciente. El ser humano ha trascendido los límites del tiempo y el espacio. El trending topic del día es #FelizMartes.
Hasta aquí llega el análisis de tendencias de La Madriguera. Terminamos con un pequeño disclaimer: ¿podemos asegurar, en un 100%, que el futuro vaya a ser así? Quizá no. Si nos apuras, quizá tampoco en un 90%. Pero pase lo que pase, hay algo que, como demostramos a diario todos los que nos dedicamos a esto, no fallará nunca: la creatividad. ¡Enhorabuena a todos los premiados!