La
aparición de bacterias resistentes a los antibióticos
plantea un serio problema, dado que éstas implican que, terapias
establecidas como la penicilina, la meticilina y la vancomicina
sean a veces inefectivas contra infecciones comunes. Esto requiere
el desarrollo de potentes antibióticos con nuevos mecanismos
de acción. A pesar de todo, incluso estos nuevos agentes
no garantizan un resultado efectivo, ya que la bacteria puede mutar
rápidamente desarrollando resistencias cuando la erradicación
no ha sido completa.
Los miedos surgidos
como resultado de la reciente avalancha de casos de ántrax
en Estados Unidos, se han traducido en un uso indiscriminado de
la profilaxis, lo que ha provocado que la resistencia a antibióticos
como el ciprofloxacino llegue a ser común en bacterias tales
como el "Streptococcus pneumoniae" ( BMJ 323, noviembre
del 2001).
También
se han conocido informes de casos en que se evidencian resistencias
a la linezolida ( Zyvox, Pharmacia), que se utiliza en tratamientos
con resistencias a la meticilina del Staphylococcus aureus y resistencias
a la vancomicina en infecciones por enterococos. La linezolida y
la oxazolidinona, representan la primera clase de antibióticos
creados en los últimos 30 años. Hay una clara necesidad
de continuar desarrollando nuevos antibióticos para reemplazar
aquellos que se han convertido en menos eficaces, debido a la resistencia
de las bacterias.
Varios de los
muchos compuestos actuales que están bajo desarrollo clínico
aparecerán en el mercado en la próxima década.
La telitromicina (Ketek, Aventis Pharma) ha sido el primero de una
nueva clase de antibióticos, los ketólidos, en llegar
al mercado. Fue lanzado por primera vez en octubre del 2001 en Alemania,
y en los Estados Unidos han dado su visto bueno como una alternativa
a los antibióticos Betalactámicos en el tratamiento
de ciertas infecciones del tracto respiratorio. Ensayos clínicos
han demostrado que la telitromicina tiene una actividad comparable
a la de antibióticos bien establecidos como la penicilina,
la amoxicilina/ácido clavulánico y la claritromicina
en estas indicaciones. A diferencia de éstos y otros componentes
similares, la telitromicina presenta como ventaja su actividad contra
las resistencias bacterianas, además de la comodidad de una
sola administración oral diaria y un tratamiento de más
corta duración, lo que redunda en un mejor cumplimiento terapéutico.
Sin embargo, existen compuestos similares con un mejor perfil de
tolerabilidad y una actividad similar. La telitromicina se relega
a prescribirse principalmente en infecciones donde se sospeche resistencias
a macrólidos.
Entre los rivales
potenciales de la telitromicina se incluye a otros ketólidos,
como el ABT 773 (en Fase III, Abbott laboratories). Al igual que
la telitromicina, el ABT 773 es efectivo contra resistencias bacterianas
a macrólidos, y se espera su aprobación en el 2002.
Otro antibiótico
novedoso es el BMS 284756 (Toyama Chemical, Bristol-Myers Squibb),
una nueva desfluoroquinolona, que ha demostrado un amplio espectro
de actividad antibacteriana in vitro, y podría tener mucho
potencial en el tratamiento de las infecciones resistentes a quinolonas.
A excepción de Japón, BMS 284756 se encuentra en Fase
III de ensayos clínicos en el resto del mundo para el tratamiento
de infecciones del tracto respiratorio y urinario, así como
en infecciones de piel y tejidos blandos. Bristol-Myers Squibb tiene
la esperanza de que se presente su aprobación para estas
indicaciones en la segunda mitad del 2002. El investigador, Toyama,
está realizando ensayos de Fase II en Japón. BMS 284756
y puede ser administrado por vía oral y por vía intravenosa,
haciendo posible su uso en regímenes bajos y ha sido bien
tolerado en las pruebas realizadas hasta la fecha.
El gemifloxacino
( Factive; LG Chemical, GlaxoSmithKline) es una quinolona que espera
su aprobación en los Estados Unidos y en la Unión
Europea para su uso en el tratamiento de infecciones del tracto
respiratorio y urinario. La intención es que la gemifloxacina
sea de una sola administración oral diaria, y su formulación
intravenosa también está en desarrollo. Ha demostrado
mayor potencia que otras quinolonas contra los patógenos
comúnmente responsables de las infecciones del tracto respiratorio,
como el Haemophilus influenzae y el Streptococcus pneumoniae, y
también presenta actividad contra los MRSA y a las resistencias
al ciprofloxacino de las cepas de S. Pneumoniae.
Otros antibióticos
en estado tardío de desarrollo incluyen la quinolona sitafloxacina
(Fase III, Daiichi Seiyaku), el carbapenem estapenem (Preregistro,
Merck & Co) y la ramoplanina (Fase III, Biosearch Italia, Genome
Therapeutics), un glicopéptido antibacteriano que se está
desarrollando en una formulación tópica.
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