Los que hayan asistido a la feria por primera vez este año también habrán quedado sorprendidos por las magnitudes de la misma, pero aunque sigue siendo la más importante del mundo donde más de 6000 expositores de todos los países presentan sus novedades, la feria ya no es la misma. En unos pocos años, el número de expositores se ha reducido a la mitad y especialmente el de editoriales científico-médicas, uno ya no corre por los pasillos sino que puede permitirse pasear durante el tiempo que discurre entre dos entrevistas, y encontrar hotel, se ha convertido en una tarea relativamente fácil.
¿Qué ha cambiado?, ¿por qué ha cambiado?, ¿tiene en el caso de las editoriales médicas algo que ver con la industria farmacéutica?
El sector editorial tampoco se ha escapado del proceso de globalización. La fiebre de las fusiones y el afán de reducir costes para recuperar el nivel de beneficios que permita enjuagar las ligerezas de los años 80 también ha llegado a este sector, lo que se ha traducido en la aparición de grandes grupos editoriales y la desaparición de muchas pequeñas y medianas editoriales que con mayor o menor acierto gozaban cada una de ellas de su propia personalidad.
Pero en el caso de las editoriales médicas nos afectan tanto nuestros propios cambios, como los de nuestros principales clientes: los laboratorios farmacéuticos. La política sanitaria tiene una enorme repercusión en los precios de los medicamentos y estos en la rentabilidad de las empresas. La reducción de costes a través de la partida de marketing y publicidad tiene mucha repercusión tanto en el número de títulos distribuidos como en la cantidad de copias impresas, sin olvidarnos de que también las nuevas tecnologías colaboran con su rapidez a desaconsejar la publicación de muchos títulos especialmente en el sector del libro médico, pues, paradojas de la vida, es el libro de medicina el que suele gozar de una "vida más corta".
Las nuevas tecnologías permiten también que los editores estén entre ellos en contacto durante todo el año y conocer los títulos que van a publicarse antes de cualquier feria. Entonces ¿por qué seguimos asistiendo a la Feria de Frankfurt?
Cada libro es un mundo lleno de matices donde el contacto personal resulta imprescindible para conocerlo y para mejorarlo. El médico también recibe y dispone de mucha información a través de la red y, sin embargo, el contacto personal con el laboratorio es igualmente imprescindible como lo es la necesidad de actualizarse a través de una formación continuada.
Las nuevas tecnologías son una maravilla e imprescindibles en la actualidad, sin embargo que nadie piense que el libro no seguirá disponiendo de su espacio en el futuro.
¿ Existe alguna duda sobre la utilidad de un buen libro de bolsillo que permita acceder rápidamente a una gran cantidad de información en cualquier lugar? ¿Acaso alguien prefiere leer siempre sobre una pantalla antes que sobre papel? ¿Desaparecerá el contacto personal entre el laboratorio y el médico? La respuesta a estas preguntas es rotundamente NO, aunque todas ellas deben hacernos reflexionar.
Las editoriales debemos trabajar con rapidez, con estructuras ligeras que no graven el coste del libro y convivir con las nuevas tecnologías que además de eficaces colaboradoras de nuestras empresas, también pueden ser un útil complemento del libro y muy especialmente en algunas especialidades de la medicina.
Gracias al esfuerzo de la industria farmacéutica, se realiza el grueso de la formación médica continuada que nunca podrá ser completa, según mi opinión, sin la presencia manifiesta del libro.
Un filósofo dijo "dadme un huerto y unos libros y seré feliz". Creo que se hubiera alegrado de disponer en su época de un medio como Internet pero no creo que lo necesitara para ser feliz.
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