La hipersensibilidad emocional es una característica común en la mayoría de las personas que sufren de psoriasis. La falta de comprensión tanto de los médicos como de los familiares puede provocar sentimientos de ansiedad, vergüenza y aislamiento en los pacientes. Es fundamental entender que el estado de ánimo influye significativamente en la psoriasis.
El impacto emocional y la aparición de la psoriasis
El primer brote de psoriasis suele producirse tras un choque emocional importante, como un duelo. El sufrimiento interno, a menudo no reconocido, y el estrés asociado mantienen la enfermedad. Inicialmente, se produce una ruptura emocional que desencadena el brote de psoriasis, generando una preocupación emocional continua. Esta tensión nerviosa altera el sistema neurovegetativo, que a su vez excita los linfocitos y queratinocitos, provocando y manteniendo la psoriasis.
El círculo vicioso de la psoriasis
Las lesiones cutáneas visibles y antiestéticas fomentan el desánimo y la preocupación, creando un círculo vicioso. Las preocupaciones emocionales generan una alteración constante de la moral y una irritación permanente que impide la paz interior y la curación. Las preocupaciones emocionales actúan como un óxido, corroyendo lentamente la tranquilidad mental y física del individuo.
Estrategias para el manejo de la psoriasis
Para ayudar a los pacientes a manejar la psoriasis, se recomienda centrarse en aspectos positivos y seguir las tres primeras letras de la palabra psoriasis: P.S.O., que representan Paciencia, Sol y Optimismo.
1. Paciencia: Las placas no desaparecen de la noche a la mañana y se necesita un mínimo de tres meses para notar una mejoría. Incluso pueden aparecer nuevas placas durante el proceso de recuperación, reflejando la persistencia de las preocupaciones emocionales.
2. Sol: La exposición moderada al sol ayuda a regular la cicatrización de la piel y a sintetizar la vitamina D, crucial para controlar la regeneración de la epidermis. Se recomienda evitar la exposición durante las horas más calurosas del día.
3. Optimismo: Mantener una actitud optimista ayuda a relativizar las preocupaciones y evita que los pensamientos negativos se conviertan en ideas fijas que dificulten la resolución de problemas.
Relación entre el estado emocional y la psoriasis
Se ha sugerido que la persistencia de la psoriasis podría estar relacionada con sentimientos de remordimiento o rencor no expresados. Estos sentimientos crean una sensación de malestar y emociones conflictivas que pueden perpetuar la enfermedad. Es importante que los pacientes encuentren maneras de expresar y manejar estos sentimientos para evitar que se conviertan en preocupaciones emocionales crónicas.
Factores metabólicos y predisposición a la psoriasis
Las personas con un carácter tranquilo parecen tener psoriasis con menos frecuencia, probablemente porque les resulta más fácil relajarse. Esto podría estar relacionado con deficiencias enzimáticas hereditarias que afectan a los fosfolípidos, alterando los sistemas neurovegetativo y nervioso central. Esta deficiencia metabólica podría limitar la capacidad de relajarse, haciendo que las personas con un temperamento tenso sean más propensas a la psoriasis.
Conclusión
Comprender la relación entre la salud mental y la psoriasis es crucial para un manejo eficaz de la enfermedad. Promover estrategias que incluyan la paciencia, la exposición moderada al sol y el optimismo puede ayudar a los pacientes a mejorar su estado emocional y, en consecuencia, su salud cutánea. Además, es importante considerar factores metabólicos y genéticos que puedan influir en la predisposición a la psoriasis, abordando así la enfermedad de manera integral.