Celebrado el 23 de octubre en el campus de IESE de Barcelona, el encuentro llega este año a su vigésima edición bajo el lema "Haciendo realidad una sanidad centrada en el paciente". Con los profesores Pedro Nueno y Núria Mas como directores académicos del evento, y KPMG como co-organizador, el encuentro reunió a expertos de la industria, líderes públicos y académicos para discutir las tendencias más candentes que definirán el futuro del sector de la salud.
La sesión de apertura contó con la presencia del Hble. Sr. Boi Ruiz (conseller de Salut de la Generalitat de Catalunya) Humberto Arnés (director general de Farmaindustria) y Cándido Pérez Serrano (socio responsable de infraestructuras, gobierno y sanidad de KPMG España).
Las reglas del juego en el sector sanitario están cambiando. Las crecientes presiones financieras, el envejecimiento de la población, las nuevas tecnologías y la globalización están transformando las formas tradicionales de provisión y financiación de la sanidad tanto en el sector público como en el privado. La tecnología está preparada, la cuestión es quién la va a pagar. La industria está concienciada con la necesidad de aportar al sistema sanitario sostenibilidad y desarrollo, un esfuerzo compartido con los profesionales sanitarios para conformar un sistema donde el paciente, en el epicentro, se haga cargo de su propia salud.
La medicina se está personalizando y el envejecimiento de la población está aumentando los casos de enfermedades crónicas, lo que implica poner mayor énfasis en el papel fundamental del paciente con respecto a la prevención y el bienestar. Mientras, las presiones sobre el control del gasto hacen más necesario que nunca buscar la eficiencia. En este contexto, el incentivo de partenariados entre proveedores de salud, industria, aseguradoras, personal sanitario y pacientes es clave. Los países emergentes están avanzando muy deprisa y es importante ver lo que están proponiendo: nuevas tendencias en la gestión de los hospitales y planes de integración entre primaria y especializada.
La recuperación económica no va a recuperar o añadir recursos al sector. La presión hacia un aumento de la oferta sanitaria en todos los países del mundo es una realidad que hace prioritaria no solo la reflexión sobre la forma en la que los diferentes participantes del sistema sanitario interactúan y comparten nuevas perspectivas, sino también la forma de realizar el cambio. Se debe buscar cómo obtener eficiencias pero hay que respetar unos límites que garanticen una sanidad de calidad que haga llegar las innovaciones terapéuticas a toda la población.
El sistema sanitario ha de cambiar no solo reaccionando ante los acontecimientos sino facilitando la labor de los proveedores del sistema, atendiendo y estimulando la proactividad de los ciudadanos (especialmente importante en el caso de los pacientes crónicos) y con una gran atención a los profesionales para que el sistema sea más productivo. El ciudadano demanda básicamente buena atención, un cuidado eficaz y de calidad, rápido, cerca de casa, solvente y sostenible. El mercado demanda a las empresas proveedoras más tecnología al servicio del paciente, trasladando la atención hospitalaria a un entorno ambulatorio o domiciliario, para mejorar los resultados.
Deben impulsarse transformaciones en la relación de los diversos agentes del sector, desde nuevas dinámicas en la distribución farmacéutica hasta cambios en la relación con los proveedores, donde en ocasiones ya no tiene sentido comprar activos sino contratar servicios en un contexto de continua renovación tecnológica.
INICIATIVAS EN POLÍTICA SANITARIA
Los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas de Madrid, Valencia y Galicia – Javier Fernández-Lasquetty, Manuel Llombart y Rocío Mosquera, respectivamente – y el presidente del Institut Català de la Salut, Carles Constante, debatieron acerca de cómo pueden trabajar los gobiernos para lograr una sanidad de máxima calidad y eficacia en un momento como el actual, en que las economías avanzadas se enfrentan a significativos riesgos económicos, presupuestarios y sociales que están en el centro del debate sobre la sostenibilidad de nuestros sistemas sanitarios.
El aumento de las enfermedades crónicas va a obligar a buscar el encaje entre masa crítica y calidad, ofreciendo una atención primaria más resolutiva que apodere a los profesionales en algunos tipos de manejos clínicos que limiten el número de pacientes referidos a los centros hospitalarios. Ello acompañado de nuevas fórmulas de financiación y sistemas de información que faciliten una mayor trasparencia del sistema.
La cronicidad va a impactar en todos los eslabones de la pirámide poblacional (especial atención merecerán los pacientes de más de 85 años), por lo que implicar al paciente mediante programas tipo “paciente experto” o estimular hábitos saludables que reduzcan el sedentarismo (actividad física regular y alimentación sana) disminuirá las vistas a urgencias, centros de salud y hospitalizaciones, ayudando a reducir el gasto en sanidad de estos pacientes. Es preciso desarrollar alternativas a la hospitalización mediante cuidados domiciliarios que eviten ingresos y mejoren la calidad de vida del paciente.
En un sistema sanitario como el español, público y financiado con impuestos, el reto consiste en mantener servicios asistenciales de calidad en un sistema sostenible, introduciendo mejoras que permitan aprovechar mejor lo que tenemos y reducir ineficiencias para poder financiar los nuevos fármacos y las innovaciones tecnológicas que van llegando.
La gestión de las instituciones sanitarias está en manos de funcionarios vitalicios que cuestionan cualquier cambio. La rigidez del sistema afecta a los propios profesionales y pacientes. La implantación del modelo concesional facilita ahorros a la administración y rentabilidad al proveedor, manteniendo la calidad y gratuidad del servicio. La experiencia de la puesta en marcha de estos modelos ha demostrado claros beneficios, gracias a una mejor eficiencia derivada de flexibilizar reglas anquilosadas hace muchas décadas.
Para transformar el modelo asistencial y el modelo de gestión actuales es preciso utilizar la innovación como palanca de cambio, considerando proyectos como la gestión integrada de la sanidad (superando la fragmentación entre servicios y hospitales), la atención integral a la cronicidad, listas de espera por prioridades y no por antigüedad, transparencia del expediente electrónico, fórmulas de colaboración público-privado, historia clínica electrónica, políticas farmacéuticas con mejores prácticas de prescripción (análisis de perfiles individuales, asistente de la prescripción según la eficiencia terapéutica…), programas para pacientes polimedicados, atención en centros socio sanitarios con plazas residenciales, canal único y directo de entrada del paciente, libre elección de médico y hospital, así como protocolos de trasparencia y buen gobierno.
PACIENTES PROACTIVOS
La Dra. Candela Calle (directora general del Institut Català d'Oncologia), Marc-Antoine Lucchini (presidente y director general de Sanofi España y Portugal) y el Dr. Antoni Salvà (director general de la Fundació Laporte y del Instituto de Envejecimiento de la Universitat Autònoma de Barcelona) abordaron como involucrar a los ciudadanos para que tengan un papel activo en la asistencia sanitaria, en un mundo en el que las enfermedades crónicas están en auge.
Es importante favorecer la relación médico-paciente utilizando de forma realista el tiempo y los recursos del sistema, integrando asistencia, formación, docencia e investigación. Hay que acercar la innovación al paciente, tanto la farmacológica como la tecnológica, en todo el proceso desde el diagnóstico, incorporando aspectos que van más allá de los servicios, buscando la calidad y la equidad en el trato y haciendo la sanidad más amable y cercana al paciente. Es importante pensar como paciente, informándole de cómo va a ser su tratamiento y facilitándole la participación en la toma de decisiones sobre su enfermedad.
Desde el punto de vista de los proveedores del sistema hay que plantear una estrategia conjunta y equitativa entre autoridades, gestores sanitarios, pacientes e industria. La industria está dando un giro ofreciendo una perspectiva general de la patología, aportando elementos para el diagnóstico y la formación, así como conocimientos compartidos con las autoridades sanitarias, los profesionales sanitarios y los pacientes. La industria debe liderar proyectos de interés común que ayuden al paciente a convivir con su enfermedad.
Es preciso descubrir cómo los ciudadanos pueden participar más en la toma de decisiones en el sistema sanitario. Estos quieren estar informados y demandan información para tener competencias en la gestión de su propia salud. Estos conocimientos deben analizarse y estudiarse para ser focalizados hacia los intereses tanto del paciente como del sistema sanitario. Los programas desarrollados en este sentido han demostrado mejoras de la salud y una mayor optimización de los recursos sanitarios comparado con grupos que no han adquirido formación. Una revisión Chrochane 2011 confirma el beneficio de estos programas. No obstante es preciso investigar y sistematizar la manera de aplicarlos de forma correcta.
PERSPECTIVA DE LOS DIRECTIVOS Y LOS PROFESIONALES DE LA SANIDAD
El Dr. Josep Brugada (director médico del Hospital Clínic de Barcelona) y Jorge Guarner (consejero delegado y director general de SARquavitae) revisaron los grandes temas que están cambiando en la asistencia sanitaria: los mecanismos de organización, los planes de pago, la incursión de las tecnologías de la información, el papel de los pacientes…
Es clave incorporar a los profesionales sanitarios en la toma de decisiones sobre cómo se hacen las cosas en los centros sanitarios. Transferir el poder de decisión a médicos, enfermeras y personal sanitario implica el compromiso de toda la estructura de un centro y genera autonomía de gestión. La formación y la investigación llevada a cabo por estos profesionales es otro de los pilares claves a respaldar. También es importante estimular una orientación al paciente, situándolo en el centro de las decisiones para lograr poner en marcha una medicina de sistemas con participación de los pacientes en línea con la medicina P4: predictiva, personalizada, preventiva y participativa.
Por otro lado, la cada vez mayor edad del paciente crónico obliga a extender la atención sanitaria a las personas en situación de dependencia. Actualmente, los servicios sociales (atención de pacientes crónicos, cuidados paliativos y rehabilitación) no están coordinados con el sistema de salud. La sanidad pública española dedica un porcentaje de gasto muy bajo al cuidado de los pacientes a largo plazo ante una realidad en la que el 75% de la población fallecerá a causa de una enfermedad crónica que ha requerido un cuidado específico (y en la que el cáncer supone un tercio de ellas). Esto demuestra la importancia que merece colaborar con otros actores del sector de la salud.
PERSPECTIVAS GLOBALES
Fernando de Górgolas (director de marketing y desarrollo de negocio de Unilabs), Paul Kosters (vicepresidente sénior EMEA de Nuvasive) y Michael J. Taylor (vicepresidente sénior de AON Hewitt Health and Benefits) desarrollaron sus ponencias en torno al funcionamiento de los sistemas de salud en diferentes partes del mundo. Campañas de prevención del cáncer de mama en Suecia y avances en la cirugía de columna mínimamente invasiva, reflejan claros ejemplos de ahorro de costes en los sistemas de salud.
También se analizó la participación del paciente en la toma de decisiones médicas en proyectos concretos en EEUU, mostrando el éxito de los planes compartidos en los resultados generales así como en el grado de satisfacción del profesional sanitario en la práctica diaria. La entrada del paciente va a suponer un cambio estructural en el sistema sanitario USA con la aparición de nuevas oportunidades que supondrán un rediseño de los sistemas de pago donde, en vez de pagar por cada servicio como ocurre actualmente, se deberá pagar por un global de servicios encaminados a paliar la condición de cada caso. En este escenario aparecerán nuevos actores que facilitarán el acceso al conjunto de servicios sanitarios gestionando y coordinando los diversos cuidados médicos a recibir por un paciente.
DEL CUIDADO DE ENFERMOS A LA ATENCIÓN SANITARIA
El Dr. Antoni Esteve (Esteve), la Dra. Sonia Gaztambide (presidenta de la Sociedad Española de Diabetes) y Peter Ohnemus (presidente y CEO de Dacadoo) hablaron del importante papel de la prevención y de la forma de fomentar comportamientos saludables entre la población, involucrando a las comunidades y a la sociedad en la potenciación de cuestiones relacionadas con la salud.
Colaboraciones entre empresas del sector, alianzas intersectoriales, convenios de colaboración y una multitud de fórmulas, permiten dinamizar un nuevo concepto de conocimiento interactivo y ubicuo. Las sinergias acucian las innovaciones no solo en el marco de las compañías y sus productos, si no también, en el ámbito de los grupos de influencia (investigadores, clínicos, instituciones, industrias) que aprovechan toda la información para generar iniciativas pioneras en pos del cuidado de los pacientes.
Las nuevas tecnologías también van a permitir monitorizar variables saludables (horas de sueño, actividad física, variables analíticas en el individuo…) integrando marcadores para un seguimiento rutinario del paciente que le facilite emplear ajustes para mejorar su condición física.
EL SECTOR EN ESPAÑA
En esta sesión, profesionales del sector compartieron sus puntos de vista sobre las oportunidades y los desafíos en el mercado español. Andreas Abt (director general de Roche Farma), Ángel Bajils (director general de Air Liquide Healthcare), Javier Ellena (director general España, Portugal y Grecia de Lilly) y Carlos González Bosch (presidente del grupo Cofares) debatieron sobre el papel que debe adoptar el sector en un contexto que prevé un aumento de la demanda de servicios y una reducción de los recursos económicos. La mesa fue moderada por Borja Guinea (socio responsable del sector farmacéutico de KPMG España).
En los últimos meses el sector farmacéutico se ha caracterizado por una serie de recortes que han supuesto una bajada de la facturación del 30%. Muchas compañías se han visto obligadas a lidiar con importantes retrasos en los pagos y ajustes de plantillas. El sector sufre un grave problema de financiación, con lo que el solo hecho de “cobrar” se ha convertido en un objetivo prioritario para muchas empresas, obligando a explorar nuevos sistemas de financiación de los tratamientos. Los implicados se sienten confusos con las decisiones que se están tomando y no entienden qué es exactamente lo que se pretende con los recortes aplicados. El escepticismo revive cuando se trata de entender el favoritismo hacia un sistema no equitativo, con marcadas diferencias entre las distintas autonomías. En definitiva, la confianza está mermada se debe recuperar.
Esta situación de incertidumbre provoca que las direcciones de las empresas internacionales instaladas en nuestro país reconsideren iniciativas de expansión del negocio tales como nuevos lanzamientos, inversiones o creación de puestos de trabajo. Vemos cómo un muy reducido número de avances terapéuticos, disponibles en otros mercados, llegan al nuestro debido a una demora en la aprobación de los nuevos medicamentos, al cuestionarse su valor o su necesidad. La actual situación obliga a las empresas a desarrollar medicamentos más rápidamente y a costes muy inferiores a los de hace unos años. Los productos que consiguen vencer las barreras son mayoritariamente hospitalarios y su entrada, prevista para 2017, condiciona su comercialización a una demostrada eficiencia para el sistema sanitario o a un enorme beneficio terapéutico.
La transparencia en la información, en los procesos y en las decisiones ha de permitir recuperar la confianza en los próximos años, forjándose como la nueva base que guiará la evolución del sector y su futuro.
REFLEXIONES Y COMENTARIOS
La profesora Núria Mas, Cándido Pérez Serrano y Daniel Carreño (presidente y CEO para Portugal y España de General Electric) cerraron este encuentro destacando la imperiosa necesidad de cambiar la forma de financiar la sanidad, ya que solo la vía de los impuestos parece insuficiente. Los gobiernos tienen muy poca capacidad de maniobra presupuestaria y las comunidades autónomas, reiterados desequilibrios debidos al gasto sanitario. Ambas son coyunturas que hoy por hoy, parece que no van a mejorar.
Es urgente actuar sobre partidas importantes del gasto y no solo sobre la factura de los proveedores. Es preciso responsabilizar al paciente de aspectos concretos de la sanidad y del pago de una serie de servicios que va a ser imposible que el estado financie. Hay que pensar que no se van a poder pagar todos los tratamientos, y que a medida que el siglo avance, esta imposibilidad va a ser más tangible.
Hay que recuperar la confianza entre la industria y la administración a través de la transparencia. Hay que transmitir a los ciudadanos que los proveedores del sistema aportan valor a la sanidad, como bien demuestra el hecho de que en los últimos 100 años se ha doblado la esperanza de vida de la población en nuestro país.
El gran reto está en priorizar y ver dónde reducir el gasto sin debilitar la calidad; optimizando costes, mejorando la salud y la eficiencia del paciente, y para ello debemos disponer de información a analizar para sacar conclusiones válidas. Hay que pensar siempre en el paciente, asegurar el seguimiento de la enfermedad desde el principio y tener en cuenta que una importante parte del gasto se destinará a pacientes crónicos, siendo la mejora en la adherencia al tratamiento uno de los claros objetivos a lograr. Somos todos, como pacientes, los que financiamos la sanidad y es nuestro derecho conocer en qué gastamos nuestro dinero, así como todas las particularidades de los tratamientos a los que tendremos que someternos.