Los ensayos clínicos han permitido a la empresa farmacéutica y al sector sanitario estudiar los beneficios de los tratamientos para la curación de algunas patologías y la cronificación de otras. Gracias a ellos, hemos conseguido mejorar la salud del paciente de manera significativa.
Sin embargo, la aplicación a la práctica real de estos ensayos clínicos es un tema controvertido que, habitualmente ha resultado difícil de llevar a cabo. En parte, esto ha sido motivado por la ausencia de variables personales en el diseño experimental de los estudios. Variables que, finalmente, son determinantes en la explicación de su conducta posterior respecto al tratamiento y la enfermedad, y por tanto no deben ser obviadas.
Los cimientos de un estudio…. Construyendo las bases desde un enfoque multidisciplinar
La Psicología de la Salud estudia al paciente desde un punto de vista global y multidimensional, donde su conducta es explicada por factores que incluyen aspectos psicológicos y percepciones sobre la propia enfermedad y su tratamiento, así como sus cambios en los hábitos de vida.
Tal y como ha demostrado la literatura científica a lo largo de las últimas décadas, el paciente toma decisiones conscientes sobre todos los aspectos de su vida, y la salud es uno de ellos. Estas decisiones son determinadas por las creencias y atribuciones personales que hace el propio paciente de la situación que está viviendo, de manera que podrá decidir ajustarse a una determinada prescripción en función de si considera que ésta va a ser beneficiosa para él y en qué medida le afectará a su calidad de vida o modificará sus rutinas (sin tener porqué corresponderse necesariamente con una realidad objetiva).
Se trata de un enfoque basado en la evidencia que nos permite diseñar estudios científicos mucho más completos y rigurosos, en el que se miden constructos psicológicos que tradicionalmente se han dejado fuera de los ensayos clínicos.
Existen diferentes formas de incluir un enfoque basado en la Psicología de la Salud en el diseño de un estudio científico desde el principio: puede hacerse en el diseño de un estudio transversal, longitudinal, probando la eficacia de un programa de apoyo a pacientes o en el estudio de la actuación del profesional sanitario en el marco de las habilidades de manejo del paciente. A continuación los detallamos.
En el marco de un diseño experimental transversal –con un único momento de medida-, la Psicología de la Salud propone introducir en el protocolo de medida la evaluación de los factores cognitivos que estén afectando a la conducta saludable del paciente (por ejemplo, las creencias sobre la enfermedad, el estigma social o la relación paciente - profesional sanitario), así como las consecuencias de una inadecuada gestión de la enfermedad (como podrían ser la ansiedad o la baja calidad de vida). Los resultados extraídos de este tipo de estudios, nos permiten extraer conclusiones más fiables en cuanto a la conducta del paciente respecto a su enfermedad y tratamiento (por ejemplo, conocer si el estigma se relaciona con una baja adherencia al tratamiento, nos permite entender de manera más fiable, los datos globales de adherencia de una investigación).
Igualmente, la Psicología de la Salud se ha aplicado al diseño de estudios longitudinales -con varios momentos de medida- que tienen como objetivo establecer un modelo predictivo para un parámetro determinado, y que nos permiten determinar qué factores predicen que un paciente vaya a abandonar el tratamiento, por ejemplo.
En tercer lugar, incluir un programa de apoyo a pacientes destinado al cambio de factores psicológicos (creencias, estigma, calidad de vida…) en el marco de un estudio con diseño experimental aleatorizado, nos proporciona datos de eficacia en la modificación de parámetros de salud, que pueden ser conductuales, biológicos e incluso económicos. Así, podemos conocer cómo la puesta en marcha de un programa de apoyo al paciente basado en la terapia cognitivo-conductual, reduce los costos para el sistema sanitario en mayor medida, que un grupo de pacientes que únicamente reciben el cuidado o tratamiento habitual, pero sin ser apoyado por un programa.
Por último, el desarrollo de estudios que involucran al personal sanitario para conocer cómo un entrenamiento en habilidades de manejo del paciente con su enfermedad y tratamiento, nos permite generar herramientas basadas en la evidencia que sirvan al profesional de la salud para mejorar en sus habilidades de manejo de las creencias y percepciones del paciente, además de medir posteriormente su impacto en los agentes implicados: en la gestión del médico, en la salud y creencias del paciente, y en el ahorro para el Sistema Nacional de Salud, (disminución de las visitas al médico y recaídas del paciente, mayor información y motivación para seguir las pautas médicas prescritas).
Y una vez finalizado el estudio…. Cómo optimizar el uso de los datos obtenidos
Una vez finalizado un estudio científico y obtenidos los datos, empieza la interpretación de los mismos. En esta fase, la Psicología de la Salud acerca los datos científicos a un enfoque centrado en la persona, que abarca factores como las emociones, las creencias o las barreras de la vida diaria, que resultan esenciales en la interpretación de una realidad a la que se enfrentan a diario los profesionales sanitarios.
Este objetivo surge, por tanto, de la necesidad de adaptar los hallazgos teóricos obtenidos en ensayos clínicos a la práctica real del sistema sanitario en nuestro país. Resulta fundamental que la información científica sea accesible para el paciente, con el objetivo de mejorar su conocimiento sobre la enfermedad o el tratamiento. Por ello, cuando el destinatario es el paciente, es necesario emplear habilidades de comunicación específicas, que abarcan más allá de una mera comunicación científica de la información, pues de lo contrario existe el riesgo de que esa información no sea correctamente interpretada por la persona o no cumpla la finalidad que persigue.
Por todo ello, cuando nos comunicamos con el paciente, la Psicología de la Salud emplea técnicas validadas para hacer eficaz esta comunicación.
Sabemos que la misma información es interpretada por dos personas diferentes de una manera muy distinta, y que ello determinará en último caso su comportamiento. Por eso, resulta de vital importancia comprender al paciente, dado que esto nos permite adaptar y personalizar la información, utilizar las habilidades de comunicación necesarias y emplear el canal adecuado en función de la población a la que nos estamos dirigiendo, para poder así conectar con el paciente de manera óptima y conseguir que los mensajes clave que queremos transmitir tengan el impacto deseado.
Además de acercar al paciente las conclusiones de un estudio de investigación, podemos plantearnos un objetivo más ambicioso, como es diseñar un plan de modificación de conducta basándonos en los datos obtenidos. Tal y como afirmó Beakelman (1990) y posteriormente han replicado investigaciones recientes, “la información por sí sola no modifica el comportamiento”, por ello, será necesario poner en práctica herramientas específicas que estén científicamente respaldadas que nos permitan alcanzar este fin. La terapia cognitivo-conductual pone a nuestra disposición técnicas de eficacia probada que favorecen cambios a largo plazo en las conductas y pensamientos del paciente, aumentando su compromiso con su tratamiento y su calidad de vida, reduciendo las manifestaciones psicológicas causadas por su patología o instaurando unos hábitos de vida más saludables.
Desde Atlantis Healthcare hemos realizado diferentes proyectos con el objetivo de hacer llegar al paciente los datos obtenidos de un estudio científico o un ensayo clínico. Partiendo de los resultados y conclusiones de un determinado estudio, el equipo clínico de Atlantis Healthcare realiza un análisis de los datos obtenidos para implementar las siguientes acciones: interpretar los datos desde el enfoque de la Psicología de la Salud, llevar a la práctica diaria las conclusiones del estudio, definir cómo se establecerá la comunicación con el paciente, diseñar un programa de apoyo para mejorar la adherencia, etc.
La recogida, análisis y reporte de datos es una parte crucial del proceso científico, pero darle coherencia a esa información y diseñar estrategias adaptadas y personalizas a cada paciente, es una tarea que solo se puede llevar a cabo gracias a un adecuado conocimiento del paciente, a un manejo óptimo de las técnicas psicológicas, de las diferentes patologías, así como de un entendimiento de las necesidades actuales de la industria farmacéutica y del entorno sanitario. Todo este marco de conocimiento, nos permite generar soluciones a partir de los datos teóricos de un estudio, con diferentes propósitos, tales como aumentar la adherencia a un tratamiento, prestar apoyo psicológico a los pacientes, favorecer la adaptación a la enfermedad y/o tratamiento o realizar modificaciones en su estilo de vida para convivir de una forma más adaptativa con su enfermedad y tratamiento.
El enfoque de la Psicología de la Salud puede proporcionar un valor añadido al trabajo que se realiza desde una Contract Research Organization (CRO), para prestar así un servicio cada vez más demandado por el sector sanitario y acercar al paciente el conocimiento científico. De esta forma, se rellenaría un hueco que tradicionalmente ha sido motivo de queja por parte de los profesionales sanitarios: llevar a la práctica diaria los hallazgos teóricos de la ciencia.
Entre los servicios que presta Atlantis Healthcare a la industria farmacéutica, se encuentra el diseño y puesta en marcha de estudios científicos. Para lo que cuenta con el mayor equipo clínico de Psicología de la Salud, compuesto en su mayoría por doctores en Psicología de la Salud con presencia mundial y local. Esto nos permite dar un enfoque distinto y más amplio al problema de la adherencia y la salud global del paciente, entendida como un concepto más amplio que la ausencia de enfermedad, y asegurando la rigurosidad científica y el enfoque basado en la evidencia.