Una capacidad de adaptación que debe operar en dos ámbitos. El primero, adecuar nuestros conocimientos, nuestra formación, a las nuevas demandas y requerimientos del mercado. El segundo, adaptar nuestro horizonte vital a ese nuevo escenario global y eliminar cualquier frontera psicológica que nos impida movernos.

Antes que nada, conviene clarificar algunas ideas. La primera es que la industria farmacéutica es necesaria y es uno de los actores imprescindible del sistema sanitario español. La segunda es que la mejora radical de la gestión sanitaria sería la mejor solución para combatir el déficit, ya que reducir las prestaciones o limitar el acceso al servicio con el copago puede tener un coste más elevado, tanto económico como social. La última, es la certeza de que los nuevos tiempos exigen nuevos perfiles profesionales.

El sistema sanitario español funciona y tiene una gran calidad, pero muestra su punto débil en la gestión de los recursos. Hay que poner el foco en la especialización y la competencia. Integrar la competencia en el sector público es una exigencia del sistema. Una correcta interpretación de aquélla evita la necrosis. En este punto, hay antecedentes de éxito, y uno de ellos es el británico. Es necesario profesionalizar la figura del gestor sanitario, que actualmente responde a un perfil estrictamente político. Un sistema tan bueno como el español debe ser más exigente con la formación y selección de los gestores sanitarios públicos y establecer un método para medir sus aportaciones a la sostenibilidad del sistema.

Por su parte, las empresas farmacéuticas no dejan de ser empresas privadas con unos objetivos lícitos de consecución de beneficios. El reto aparece cuando el principal cliente son las administraciones públicas y éstas no tienen dinero. Aquí se hace necesaria la figura de un profesional experto en Acceso al Mercado que sepa utilizar las herramientas disponibles para optimizar las ventas y generar una diferenciación de marca. Uno de los instrumentos básicos es el diálogo con los especialistas médicos, que propicia una venta más científica en cuanto a productos con características muy similares.

La esencia del cambio en la industria farmacéutica está en una adaptación constante, en una integración con modelos más abiertos, en la apertura al mercado y una sofisticación constante en la formación de las figuras profesionales que serán clave en esta evolución. Poner el foco en los pacientes, los especialistas médicos, las instituciones y el mercado supone una prioridad para la industria frente a la tradicional orientación a las ventas.

Generar riqueza como empresa privada y lograr sostenibilidad como proveedor público son los dos objetivos que la industria debe perseguir para ser fuerte en el medio y largo plazo. No hay que olvidar que una gran parte de la investigación la financia la industria farmacéutica, ya no por interés sino por demanda y que han sido históricamente la fuente principal de actualización científica del colectivo médico. El problema es que el modelo castiga la innovación en lugar de premiarla. Por eso hay que discriminar entre empresas y productos, premiar el riesgo que supone invertir en I+D para descubrir y mejorar tratamientos médicos.

Nuevos profesionales
En ámbito laboral, las circunstancias están acelerando un cambio cultural necesario: la racionalización de los anhelos profesionales, caracterizados, muy a menudo, por la falta de planificación y perspectiva a la hora de enfocar la carrera profesional y, sobre todo, un cambio de trabajo. La variabilidad del sistema obliga a analizar la información y las modificaciones a largo plazo. El trabajo de nuestros sueños es aquel que nos acerca a la situación ideal de futuro que queremos tener. El trabajo perfecto es aquel que te ayuda a conseguir tus objetivos futuros, aunque en ese camino el cambio sea una constante. El profesional es una suma de conocimientos, actitudes, capacidades y experiencia. Los requisitos de formación varían a medida que cambian los mercados, los métodos y las tecnologías, y obligan a un reciclado casi permanente. En cambio podemos trabajar a largo plazo nuestras actitudes y capacidades, mejorarlas, flexibilizarlas. En cuanto a la experiencia, cuanto más tengamos, por supuesto, mejor.

Nuevos desafíos
Empleabilidad, empowerment o emprendimiento son conceptos actuales que nos ayudan a definir situaciones en las que el profesional adopta un papel activo y responsable respecto a su carrera profesional y enfoca todos sus esfuerzos a dirigir su rumbo en la dirección correcta. Una vez que tenemos claro qué queremos conseguir, que sabemos cuáles son nuestras fortalezas y qué podemos devolver a la sociedad, todo lo demás es más fácil.

Para seguir el mejor camino hay que saber dónde queremos llegar. Como consultores, en Hays ofrecemos alternativas a los profesionales, les enseñamos los caminos que existen, les mostramos cuáles son las capacidades presentes y futuras que el mercado laboral demanda y demandaran en el futuro. Los profesionales del mañana deben ser capaces de dar respuesta a retos que todavía no se han planteado, que necesitan soluciones que hoy no se han imaginado.

En el área sanitaria, la capacidad de adaptación resulta especialmente sensible, definida por los permanentes avances técnicos. En este campo, asistimos a un nacimiento de nuevas profesiones asociadas al uso de nuevas herramientas de diagnóstico derivadas del conocimiento del genoma humano o de la nanotecnología. En paralelo se avanzará en el desarrollo clínico basado en modelos estadísticos, que reemplazarán a los estudios clínicos humanos con la misma seguridad. La cirugía, los tratamientos a la carta, el diseño de nuestro futuro y, sobre todo, un avance en la profilaxis que permita erradicar enfermedades desde su origen y convertir las dolencias mortales en crónicas, dibujan el futuro.

Las nuevas profesiones no sólo necesitarán avances técnicos y científicos sino que también implicarán un avance y la redefinición de las competencias profesionales. Un ejemplo es el área de gerontología, y dentro de ella, la asistencia a distancia, que reclamará profesionales formados en la atención sanitaria, nuevas tecnologías y habilidades sociales, capacidad resolutiva y empatía.

Es evidente que los modelos formativos y las decisiones empresariales del pasado y del presente no servirán para definir estos nuevos perfiles profesionales.

Las empresas buscan a profesionales que ofrezcan una respuesta inmediata a sus necesidades y que sean rentables desde el primer día. No basta con las ganas de trabajar y querer hacer bien el trabajo, ahora se busca una eficacia que genere desarrollo de negocio y resultados desde el primer día.

Las compañías aspiran a aumentar sus ventas de una manera eficaz, y para ello, reclaman profesionales no sólo con experiencia demostrable en el sector, sino con una buena cartera de clientes, contactos atractivos para la empresa y con un perfil más comercial. El notable manejo de las nuevas tecnologías también es un valor al alza, al igual que el dominio de los idiomas, mientras que valores como la motivación o la polivalencia pasan a un segundo plano.

Médicos, bienvenidos
Los médicos son los profesionales más demandados en la industria farmacéutica, pero también los más difíciles de seleccionar y atraer. Es una profesión muy vocacional que busca el contacto del paciente y, sobre todo, continuar a toda costa la práctica asistencial.

El sector farmacéutico da la bienvenida a cualquier especialista si bien son los oncólogos, los psiquiatras, los cardiólogos, los neurólogos, y los internistas los profesionales más demandados.

Por su parte, los negocios encuadrados dentro del área de Life Sciences necesitan de gran inversión en capital, tiempo para desarrollarse y sobre todo mano de obra cualificada.

Este desajuste entre oferta y demanda obligará a las empresas farmacéuticas a mejorar sus condiciones laborales y salariales. Así, además de un buen salario se les ofrece la posibilidad de desarrollar una carrera internacional.

Se necesita este tipo de profesionales para los departamentos médicos de los laboratorios y para las áreas de soporte comercial.

No hay que olvidar que en muchas ocasiones el especialista médico encuentra la oportunidad de mejorar sus condiciones salariales optando por trabajar en el sector privado.

Salir fuera
La globalización ha generado una mayor demanda de médicos. Los países en desarrollo y en particular los denominados BRICS han desarrollado sus economías en base a una potente máquina exportadora, fácil acceso a materias primas y unas economías domesticas en ascenso. Esto provoca que en los próximos años se produzca una migración sin precedentes de capital humano hacia estos mercados y países, y requerirá un gran esfuerzo por parte de los profesionales para adaptarse a esta nueva situación.

En los últimos 15 años España ha hecho un gran esfuerzo de internacionalización y con ella sus profesionales, pero la preferencia de los médicos que han tomado la decisión de dar el salto internacional, ya no es Gran Bretaña, Francia o Alemania, sino países emergentes como China, India y Sudáfrica. En estos casos la investigación en los centros más potentes de estas industrias en todo el mundo es un atractivo añadido.

Nuestros clientes con presencia en estos mercados ya no sólo nos demandan experiencia, formación excelente e idiomas, sino la capacidad de adaptarse culturalmente a realidades muy diferentes. Y es el área de investigación y producción las más demandadas.

Y es que si algo define los tiempos en los que vivimos es la inversión de oportunidades laborales de los países desarrollados a los de desarrollo, un buen ejemplo son los buenos resultados financieros que se obtienen en las matrices, headquarters, de los laboratorios en los que los números de las afiliadas occidentales han dejado de ser las más importantes. A modo de ejemplo, resaltamos las excelentes experiencias de candidatos que actualmente trabajan en Suiza o Alemania.

Fenómeno 2.0
Las redes sociales se están perfilando como una útil herramienta para los profesionales dedicados a la salud. Con ellas se difuminan las fronteras espacio-temporales y se introducen dos elementos fundamentales como son la movilidad y la disponibilidad 24 horas al día.

Según un reciente estudio, más de un 50% de españoles busca respuestas a sus consultas sobre salud en la red habitualmente. Un espacio más especializado, con información de primera mano de pacientes con las mismas dolencias o médicos, supone una solución a la cantidad de respuestas desorientadoras que se pueden hallar. Compartir toda esta información potencia la inteligencia colectiva, convirtiendo estas comunidades virtuales de pacientes y médicos en asociaciones de enfermos “globales”, que facilitan la interacción y el intercambio de experiencias al solventar las barreras espaciales y de tiempo.

El modelo paradigmático de comunidad 2.0 en salud sería la exitosa “PatientsLikeMe”, una red social de pacientes creada por James y Benjamin Heywood, ambos ingenieros mecánicos y hermanos de Stephen Heywood, enfermo de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). La idea surgió al darse cuenta la familia de que en la red no había suficientes historias en primera persona de pacientes. Crearon una plataforma, buscaron un nombre con gancho, Patients Like Me, y pronto consiguieron que la participación en la red creciera exponencialmente, dado el carácter participativo y de ayuda recíproca de la idea.

Compartir tratamientos y síntomas, hacer un seguimiento online de los propios, y aprender de otros resultados médicos es una ventaja no sólo para los enfermos: los médicos encuentran en estas redes una fuente de aprendizaje sobre el éxito de viejos y nuevos tratamientos de gran valor. El éxito de las redes sociales de salud proviene de una estructura Win-Win, en la que todos ganan: los pacientes ganan al intercambiar información y aprender de las experiencias de otros. Pero los médicos y farmacéuticas, por su parte, hallan al alcance de su mano una información clínica de incuestionable interés.

Involucrar a las instituciones científicas y a las empresas farmacéuticas es la clave del modelo que funciona en Salud 2.0. PatientsLikeMe y las redes sociales similares se convierten en una base de datos a gran escala que reúne información que en otras circunstancias es necesario recopilar durante largo tiempo a base de encuestas. Otro ejemplo de plataforma de salud 2.0 en la que la información es la clave es Sermo, que reúne a médicos de EEUU entorno a una red de trabajo donde se intercambian las últimas noticias sobre innovaciones médicas y sus experiencias para mejorar los diagnósticos y tratamientos que se prescriben. Estas redes sociales están creando un flujo de información, personal y clínica, que el sector sanitario nunca antes había experimentado, y esta información está circulando a través de modelos de negocio nuevos que sobrepasan el concepto de red social.