Pero el siglo XIX marcó el auge de los medicamentos de síntesis, algunos de ellos basados precisamente en la observación de la actividad de las plantas. Así es como nació el Ácido Salicílico, extraído en un primer momento, del Sauce (Salix alba) antes de sintetizarse para ser el componente activo de la Aspirina, medicamento que, por cierto, debe su nombre a otra planta, la Reina de los prados (Spiraea ulmaria), de propiedades similares a las del Sauce.

Sin embargo, Después de permanecer un siglo casi en el olvido, la fitoterapia resurge con gran fuerza a finales del siglo XX, debido a los múltiples factores que analizaremos a continuación.

Razones del auge de la fitoterapia en los últimos años

Varias son las causas que explican el aumento en la utilización y uso terapeútico de las plantas medicinales desde finales de los años 80:

o Efectos secundarios de los medicamentos de síntesis que, en numerosos casos, hacen cuestionar la justificación de su empleo y valorar de forma exhaustiva antes de su uso, la relación riesgo/beneficio. Contrariamente, la fitoterapia permite tener un amplio margen terapéutico con una dosis tóxica muy alejada de la dosis terapéutica.

o Aparición de enfermedades crónicas propiciadas por el aumento de la esperanza de vida y que necesitan un tratamiento continuado menos agresivo. Reumatismo en general, hipertensión y colesterol, por citar sólo algunas de estas enfermedades, encuentran una terapia eficaz con el uso de las plantas medicinales.

o Enfermedades o síntomas menores que no siempre justifican el empleo de medicamentos agresivos, pero que el paciente quiere lógicamente, solucionar: sobrepeso, problemas digestivos en general, dismenorrea, sintomatología asociada a la menopausia como sofocos…

o Polimedicación cada vez mayor que hace que los pacientes busquen medicinas menos agresivas en asociación a los medicamentos de síntesis que emplean habitualmente.

o Vuelta a lo natural: nos sentimos cada vez más implicados en todos aquellos procesos que ayudan a conservar la naturaleza y preservar el medio ambiente. Este fenómeno propicia, por una lógica analogía, la búsqueda de productos igualmente menos agresivos para nuestro propio organismo.

o Menor coste económico: en muchos países, especialmente del tercer mundo, la fitoterapia sigue siendo la terapia de referencia, cuyo empleo fomenta la Organización Mundial de la Salud por razones obvias de menor coste y mayor accesibilidad a los tratamientos.

o Concepto de prevención de las enfemedades con una medicina considerada, muy acertadamente, como "medicina de la salud". La fitoterapia, además de curar, ayuda a preservar el "capital de salud" y a prevenir la aparición de enfermedades.

o En el caso de España, país con relativamente poca tradición en el consumo de plantas medicinales, se ve cada vez más influenciada por los países vecinos y especialmente Alemania con un turismo que poco a poco convence a los propios farmacéuticos y médicos del lugar de la fitoterapia como parte fundamental del arsenal terapéutico.

Volumen del mercado de la fitoterapia en farmacia en el mundo y en Europa

Europa es, sin lugar a dudas, el continente con más tradición en el uso de las plantas medicinales, siendo Alemania el país con mayor consumo. Sin embargo, en España el consumo de plantas medicinales a través del canal de las farmacias, sigue siendo aún bajo tal como ser ilustra en los gráficos adjuntos.

En cambio, si consideráramos las ventas en herbolarios y otros canales, además de las ventas en farmacias, el nivel total de ventas en España sería del orden de 50.000 millones de Ptas PVP.

Patologías tratadas: comparativa
España / Alemania

Las patologías tratadas son muy diferentes según los diferentes países. En realidad, se podría distinguir entre los países nórdicos o gérmanicos, con mayor tradición en el uso de plantas medicinales y en donde fundamentalmente, las patologías tratadas son las de prevención del riesgo cardiovascular, resfriados y cansancio/astenia. Por su parte, en los países latinos destaca especialmente la utilización de productos para combatir el sobrepeso, representando un tercio del mercado, muy por delante de los que sirven para luchar contra los trastornos digestivos (estreñimiento fundamentalmente) y el insomnio en general.

Este panorama se refleja perfectamente en el siguiente gráfico.

Canal de distribución: ¿herbolario o farmacia?

En un principio las plantas medicinales se vendían en la farmacia, siendo el "boticario" la figura especializada en fitoterapia dentro del ámbito profesional. Con el paso del tiempo, el farmacéutico se dejó seducir por los medicamentos de síntesis dejándolas de lado por "infravalorarlas" frente al poder sin límites de la nueva medicina.

Por consiguiente, los pacientes, al no encontrar las plantas medicinales en la farmacias, las buscaron en otros lugares de venta, de ahí la proliferación de herbolarios y puntos de venta de plantas medicinales fuera de la farmacia.

En la actualidad, cuando la fitoterapia vuelve a recobrar fuerza, por el importante aumento de la demanda, el farmacéutico vuelve a intentar tomar las riendas y se encuentra con el colectivo de herbolarios que lucha para que no se invada su territorio.

En España, la venta de plantas medicinales en herbolarios y grandes superficies representa una cifra de negocio anual de unos 35.000 millones de ptas. PVP. La farmacia se encuentra alejada de este valor con aproximadamente 15.000 millones anuales.

Estas cifras se invierten totalmente en los demás países de la Unión Europea, donde el mayor porcentaje de ventas se canaliza a través de la oficina de farmacia, mientras que los herbolarios apenas tienen representación. Sin duda, en estos países, el farmacéutico no se dejó arrebatar este mercado. Creyó en él, lo cual permitió que las plantas medicinales compartiesen un lugar junto a los medicamentos sintéticos en la oficina de farmacia.

La fitoterapia: ¿medicina de prescripción o de automedicación?

En Alemania es muy habitual que el médico prescriba medicamentos a base de plantas medicinales. Podemos citar plantas medicinales que alcanzan cuotas muy altas como el Hipérico (recetado globalmente 3 veces más que el primer antidepresivo de síntesis del mercado, Prozac), la Equinácea, primer anticatarral delante de todos los productos de síntesis o el Ajo, recetado habitualmente para combatir la HTA.

En Alemania ejercen 25.000 naturópatas, además un 50% de los médicos generales recetan fitoterapia, propiciando que el 42% de de las plantas medicinales se vendan en la farmacia por receta. Algunos productos son reembolsados.

En España el panorama es bien diferente, el 88% del consumo es por automedicación y el 8% procede del consejo farmacéutico, mientras que an sólo el 4% de los productos son vendidos por prescripción facultativa.

La legislación: unas diferencias importantes según los países

Si en Alemania la legislación es muy completa y antigua, con algunos productos reembolsados, en Francia la legislación empieza a tener cierta madurez (1982), pero no se reembolsa ningún producto. En España, existe una legislación con el registro especial de Plantas Medicinales ("PM"), mientras que en otros países como el Reino Unido o Italia, no hay legislación por el momento.

Los laboratorios que intervienen en el mercado español

En herbolarios y gran consumo, podemos citar a Dietisa (Novartis), Santiveri, Soria Natural y Solgar que representan un 80% del volumen de negocio de este canal.

En farmacias, podemos distinguir entre los laboratorios que ofrecen una gama amplia de productos como es Arkochim (Arkopharma), Diviser Aquilea, la Leonesa (tisanas fundamentalmente), Deiters o El Naturalista. El resto de laboratorios trabajan gamas más estrechas o simplemente una o dos referencias a base de plantas medicinales. Este es el caso de Madaus (Plantaben, Agiolax y Equinacin), Fher (valeriana e hipérico Kneipp), Léo (fibras fundamentalmente) o Uriach (Lipograsil en su nueva formulación a base de 3 plantas).

Un objetivo final: conseguir el apoyo y la receta del médico

Si bien el consumo de medicamentos a base de plantas medicinales en España es sobre todo consecuencia de la decisión de compra del consumidor final, es fundamental conseguir poco a poco el apoyo de los médicos con el fin de llegar más lejos en el reconocimiento y desarrollo definitivo de esta medicina.

Para ello, 4 factores son fundamentales y servirán de base en la realización de este objetivo:

- Proponer al paciente auténticos medicamentos a base de plantas medicinales de calidad, con registro bien de EFP (caso de un extracto), bien de PM (caso de polvo o polvo criomolido de planta medicinal), con la declaración de su concentración en principios activos en el envase del producto.

- Distribuir este producto a través de la oficina de farmacia, a ser posible por consejo del propio farmacéutico, con un merchandising adecuado que no deje lugar a dudas al paciente en cuanto a que la farmacia se dedica efectivamente a la dispensación de plantas medicinales y evitar así, que el cliente derive su compra hacia el herbolario.

- Tener precios asequibles porque es fundamental fidelizar a los pacientes que han probado los tratamientos y sobre todo, captar al 95% de la población que no ha probado la fitoterapia y que no la probará mientras el diferencial de precio entre medicamentos de síntesis y medicamentos a base de plantas medicinales sea importante en un país en el que, por otra parte, las medicinas son muy baratas.

- Realizar una publicidad que no sobrevalore la eficacia del producto en el sentido de no crear falsas expectativas en el paciente.

De hecho y desgraciadamente, los productos a base de plantas medicinales se han ido asociando durante mucho tiempo, por falta de seriedad de algunos fabricantes, a auténticos productos-milagro, especialmente en el campo del tratamiento de la obesidad y del sobrepeso.

En resumen, y como en cualquier otro campo, es fundamental satisfacer al cliente final que tiene que ser fidelizado y proactivado, es decir, que recomiende a su vez el uso de la fitoterapia a parientes, familiares y sobre todo que se lo sugiera finalmente a su propio médico como alternativa o complemento a los tratamientos a base de medicamentos de síntesis. Porque si el médico es reacio a priori a los tratamientos a base de plantas medicinales, por juzgarlos muchas veces poco serios, el hecho de que consulta tras consulta sean cada vez más los pacientes que le preguntan acerca de las aplicaciones terapéuticas de las plantas medicinales hará que sea cada vez más receptivo a recibir información científica sobre los productos, con lo cual se conseguirá por fin la tan ansiada receta.

Creemos sinceramente que este proceso está mucho menos lejano de lo que algunos detractores se creen.