La Sanidad es uno de los principales indicadores de fortaleza del estado del bienestar de la sociedad. Es tarea de todos los implicados en el sector sanitario, el contribuir de forma constante a la búsqueda de modelos más eficientes e innovadores para garantizar un sistema más sostenible. Dentro de este modelo, la industria farmacéutica juega un papel clave por su evolución en el desarrollo de nuevos sistemas de colaboración y servicios.
Cambios más relevantes en el área de la gestión del medicamento en España durante el siglo XXI
En el siglo XXI Europa se encuentra en un momento de cambio de sus sistemas sanitarios. Ante una necesidad creciente en cualquier comunidad por tener a los ciudadanos más sanos, es imprescindible la innovación y la mejora en la asistencia sanitaria, con mayor cobertura de población y sobre todo más eficiente. Precisamente en este cambio del sistema, las empresas farmacéuticas y de tecnología médica pueden y deben tener una importante misión.
Reflexionemos sobre un dato revelador: El hospital es el gasto más importante de una Comunidad Autónoma, ya que representa aproximadamente el 50% del presupuesto sanitario o el 20% del total del presupuesto de la comunidad. Dado el escenario macroeconómico actual, con recortes presupuestarios a distintos niveles y continuados año tras año, es lógica la existencia de tensiones entre la Industria Farmacéutica y la Administración. Todo intento de incorporar innovación al Sistema Nacional de Salud debe traducirse en la existencia de una financiación adecuada y la falta de ésta comporta distanciamiento entre ambas posiciones. Las relaciones se tensan y por ello, se precisa de una implicación directa identificando puntos clave de mejora tanto en la oferta como en el valor añadido y en la asunción de riesgos compartidos. La posición RI&MA es básica para reconducir adecuadamente los puntos de mira en desacuerdo.
Sólo si entendemos que el valor aportado entre la industria y el sistema sanitario debe ser a partes iguales en términos de un aumento de calidad y servicios así como una reducción de costes y tiempo, la industria se convertirá en socio estratégico del sistema sanitario. Todos los agentes deben tener el mismo concepto de lo que significa la innovación en cuanto a beneficio para los pacientes.
El siguiente esquema resume en términos de productos o servicios lo que la industria ofrece y aquello que se espera obtener en cuanto a eficacia, efectividad, seguridad, coste e innovación.
Buscando alianzas estratégicas… ¿Qué ventajas aportan para el sistema sanitario y la industria?
Las alianzas estratégicas aportan la alineación de los intereses de la industria y los sistemas sanitarios en busca de una mayor productividad, eficiencia y resultados de salud. Si a ello sumamos el impacto de la innovación farmacéutica, conseguimos ahorrar en recursos para el tratamiento de las enfermedades. Debemos ser conscientes de que una estrategia basada sólo en términos economicistas tiene sus consecuencias ya que si la rentabilidad de las empresas se reduce, la innovación se resiente y por tanto se dificulta el hacer frente a los retos de los sistemas sanitarios en términos de asistencia y acceso de la población.
Con este nuevo enfoque, el sistema sanitario no se limita a comprar un producto, sino un valor añadido para los pacientes. Para la industria farmacéutica significa ampliar las variables competitivas, más allá de los precios y se evidencia la sostenibilidad de un modelo de relación entre las Administraciones y la industria si se basa en el compromiso para obtener resultados de salud.
Por el contrario, si se continúa avanzando hacia una mayor presión sobre los precios, se ahogaran las apuestas por la innovación, para las que es necesario garantizar un cierto retorno de la inversión.
Entonces, que ventajas aportan estos modelos? Básicamente podríamos definirlo en tres palabras clave: sostenibilidad, acceso y compensación. Por un lado, un sistema sostenible es la única posibilidad de continuidad en el futuro, dado que lo acontecido hasta nuestros días nos ha llevado a la pérdida de todo tipo de recursos ya sea a nivel humano, tecnológico, económico…
Por otra parte destaca el tándem basado en el acceso y la compensación a la innovación terapéutica, tan necesaria para el avance en el descubrimiento de nuevos enfoques para la curación y/o mejora en calidad de vida de los pacientes. No podemos permitir la fuga de tal oportunidad a causa de modelos retrógrados.
Nuevos tipos de acuerdos…que hay del riesgo compartido?
Fruto del nuevo modelo de relación entre la industria farmacéutica y de tecnologías médicas y los financiadores surgen diferentes tipos de acuerdos.
De entre ellos, sólo voy a dar pinceladas de lo que representan los acuerdos de riesgo compartido. La necesidad de optimizar recursos económicos conlleva que éstos surjan con el fin de abarcar el máximo de terapias disponibles para la sociedad.
Qué ventajas presentan este tipo de acuerdos?
Para las industrias proveedoras se consigue el acceso a la financiación de nuevos productos de una forma más rápida. No hablamos ya de términos estrictamente basados en el precio sino que nos acerca al conocimiento real sobre los resultados que las terapias o tecnologías sanitarias aportan a los pacientes. Así mismo, en esta línea, la Industria deberá ser consciente de una selección más exhaustiva de las líneas para el desarrollo de innovaciones. Para el pagador o financiador, los resultados en innovación dejan de lado la incertidumbre dando pasos seguros hacia objetivos alineados con la industria. Según lo expuesto, a la industria farmacéutica y de tecnologías médicas, al convertirse en socio estratégico de sus clientes que son los financiadores, les resulta de gran ayuda el hecho de enfocar su modelo de negocio en términos de valor añadido, el cual se obtiene con la innovación.
Las ventajas para el sistema sanitario son también evidentes, principalmente de cara al cambio del modelo asistencial basado en la prevención y detección precoz, en diagnósticos y terapéuticas más eficaces y eficientes.
En este entorno complejo en el que ya llevamos inmersos muchos años y del que desconocemos cuando se disipará la sensación de falta de sostenibilidad y recursos, la industria debe potenciar la actividad de I+D+i y concentrarse en innovaciones basadas en la aportación de valor que sean a la vez coste-efectivas y produzcan mejoras en los resultados de salud. Para ello, es indispensable un modelo basado en la colaboración con los financiadores, políticos y gestores.
RI&MA… ¿por qué surge? Como encaja en la estructura organizativa? Para qué?
El endurecimiento regulatorio en el desarrollo de nuevos fármacos ha presionado a los laboratorios farmacéuticos en sus estrategias de acceso al mercado y los graves problemas de déficit público derivados de la crisis financiera internacional han acabado por convertir a esta disciplina, RI&MA, en un eje fundamental para la industria farmacéutica.
Para llevar a cabo una correcta elaboración de su estrategia de acceso al mercado, los departamentos RI&MA y en su defecto, los de Marketing y Ventas, han de estudiar de forma integral una serie de variables que condicionan el marco sobre el que deben actuar. Es imprescindible conocer la estructura del mercado sanitario, aprender a identificar a los decisores clave y enfocar la estrategia de abordaje desde un punto de vista altamente profesional en el manejo de la comunicación, donde confluyen conocimientos muy específicos en materia científica, estrategias de marketing y conocimiento del ciclo de ventas.
Normalmente, los perfiles profesionales que buscan ampliar su horizonte profesional haciendo la transición a posiciones de Market Access, proceden de los departamentos de Relaciones Institucionales, de Marketing y Ventas o Departamentos Médicos.
Podríamos decir que el Market Access recoge la necesidad de ofrecer la información clave a un público determinado en el modo y el momento adecuados. Es importante aunar bajo una perspectiva estratégica tanto a la Compañía, al Producto como a la Audiencia. Y esto sólo es posible a partir de un proceso donde se comprendan las necesidades de estos últimos para adecuar así cada uno de los mensajes. El principio fundamental es que no existe una única solución válida para dar respuesta a todos los problemas. Las distintas necesidades dependerán del mercado, del producto, del área terapéutica… Sólo comprendiendo cómo encaja el producto en el complejo sistema de salud será posible definir la mejor estrategia.