Es habitual llegar a septiembre, después de haber realizado nuestras vacaciones, llenos de energía y con unas ganas enormes de hacer cosas nuevas. Esto es debido a que nuestra fuerza de voluntad y compromiso se ha reforzado al “cargar pilas” en verano, y por tanto nos vemos con la fuerza necesaria para arrancar hábitos y proyectos nuevos.

En este mes, empezamos con una convicción irrefrenable de hacer dieta después de los excesos de verano, realizar esa capacitación profesional que llevamos tiempo pensando, iniciar la colección que vemos en los quioscos, en definitiva, poner en práctica aquellos proyectos que hemos tenido tiempo de pensar en el descanso estival.

Si vuestro caso es la mejora en la capacitación personal, y especialmente, en lo que se refiere a mejorar los conocimientos y habilidades para mejorar vuestra progresión profesional, empezaréis a realizar la búsqueda de qué tipo de formación es la más adecuada para los objetivos que tenéis planteados. 

En la mayoría de los casos vais a empezar a realizar la búsqueda de qué centro es el mejor, os guiaréis por los “nombres” de los centros, por las recomendaciones que os realicen vuestros conocidos más próximos o por la publicidad que os llegue a vuestra bandeja de correos o que os aparezca (sin esperarlo) mientras estáis leyendo el periódico digital. 

Hasta hace pocos años, las únicas alternativas que existían en el ámbito de la capacitación personal era acudir presencialmente a esta formación, pero desde hace tiempo existen iniciativas de alta calidad que se desarrollan en el entorno digital.

La realidad es que muchos de nosotros aún arrastramos un concepto, desde mi punto de vista erróneo, en el sentido de que la formación debe realizarse de forma presencial porque esto nos asegura el aprendizaje y la capacitación, cuando en realidad, no es así.

Ventajas de la formación no presencial
La realidad es que hoy por hoy, si realizamos un análisis racional de las ventajas e inconvenientes que tiene una formación presencial respecto a una no presencial, es indudable la elección, pero en este análisis también entran percepciones e históricos personales y familiares que aún arrastramos.

La formación no presencial ofrece una serie de ventajas sobre la formación presencial que son evidentes:

1) Los horarios son flexibles; se adaptan a la organización de la persona, y en especial de aquellos profesionales que tiene una alta intensidad de trabajo, y aquí sin discusión nos encontramos los que trabajamos en el sector farmacéutico.  Hay la posibilidad de vivir la clase en streaming, y en el caso de no poder asistir, se puede acceder a ella en cualquier momento, lo cual no ocurre con la formación presencial. 

2) No hay barreras geográficas y eso permite que los estudiantes no deban residir en una ciudad determinada para obtener
la capacitación que desean.

3) Los contenidos se actualizan ya que los materiales están en formato digital y eso facilita su renovación constante. Los
docentes en el formato presencial tienden a apoyarse en materiales analógicos, cuya actualización es más compleja a la hora de impartir sus clases.

4) El trato con el profesorado es más cercano. Si más cercano,  porque puedes acceder a él a través de los medios digitales, chats, mails, etc. Mientras que en el formato presencial el trato con el profesor se circunscribe principalmente en las horas de clase.

5) Hay una mejor asimilación de los contenidos: ya que es posible cortarlos en píldoras más fáciles de digerir, o verlos más veces para poder asimilar un concepto que se nos atasca.

6) Los costes de la capacitación para el estudiante son sensiblemente menores, ya que no son necesarias las infraestructuras que requieren las instituciones presenciales, y el hecho de que sean más económicos los programas no presenciales no implica una menor calidad de la formación.

La única ventaja que aparece en la formación presencial es que hay la posibilidad de una mejor socialización con los compañeros de clase con respecto a la formación no presencial.

También se ha indicado en algún momento que la formación no presencial exige organización y fuerza de voluntad para seguirla, y la realidad es que es así, pero esto no es exclusivo de la formación no presencial, porque esto es necesario para cualquier tipo de capacitación que queramos iniciar, sea presencial o no presencial, porque nos exigirá dedicar parte de nuestro tiempo libre a aquello que hemos decidido mejorar.

La cuestión relevante es la metodología de adquisición de conocimientos
En las clases presenciales hablamos de alumnos presentes, pero no hablamos de mentes ausentes. Es decir, si la sesión es rica en aprendizaje no hay problema, pero sino es así, es probable que muchos participantes se evadan y finalicen sin adquirir las competencias que necesitan.

Lo que hay que entender del aprendizaje, es que no es algo que ocurra entre un profesor que explica y un alumno que pregunta dudas. Para que se produzca aprendizaje real en entornos profesionales deben concurrir dos requisitos, el primero, que la persona quiera aprender y el segundo que se comprometa con lo aprendido después de cada sesión.

Una vez asentados estos dos requisitos, lo siguiente que hay que tener en cuenta, es que el alumno tiene que entrar en una relación con las competencias que desea adquirir. Es decir, no se aprende cuando se escucha, se aprende cuando se hace, cuando se experimentan las habilidades en primera persona y cuando se reflexiona sobre lo que se hace y se vive.

Por ello, más allá de valorar los aspectos tangibles de si es una formación presencial o digital, lo que verdaderamente hemos de poner foco para decidir qué formación recibir es saber la metodología que se utiliza para adquirir los conocimientos, y aquí es donde hay que poner toda la “carne en el asador” para decidir qué hemos de escoger.

Empecemos por lo que no debería ser, qué hay que evitar.

Hemos de evitar las clases unidireccionales donde el profesor, con conocimiento y experiencia, transmite este conocimiento a sus alumnos, habitualmente de forma verbal y prácticamente sin utilizar medios que le den soporte para la adquisición de estos conocimientos. Esto es una metodología antigua de transmisión de conocimiento, que aún se mantiene, porque es cómoda para el profesor, pero los alumnos aprenden poco con esta metodología.

Hay que buscar centros o recursos donde el alumno sea el centro de interés (no el profesor), por tanto, todo debe ir dirigido a provocar el diálogo, a preguntar y hacer que el alumno interactúe con el profesor y que sean los alumnos que interactúen entre sí para aprovechar el conocimiento de todos los integrantes de un grupo.

Se ha de mezclar el conocimiento técnico con casos reales o vivencias del profesor que ayuden a consolidar el concepto que se está transmitiendo.

Por otro lado, hay que utilizar un lenguaje llano, que provoque sonrisas, porque la calidad de la transmisión del conocimiento no está ligada a que el profesor sea serio o tenga que utilizar un lenguaje técnico elevado.

Pero esto no debe quedar así, después de las “clases” debe existir un trabajo posterior para consolidar conceptos y asentar aquellos aspectos que son relevantes. Por ejemplo, se pueden plantear debates posteriores a la clase entre los alumnos y trabajar casos prácticos para ello. En este sentido, los medios digitales ofrecen mejores alternativas que los presenciales para desarrollar esta metodología.

Las tendencias en las metodologías de aprendizaje indican lo siguiente: 

* Los alumnos deben adquirir nuevas competencias digitales. En España, solamente el 36,1% de la población dispone de capacidades digitales avanzadas, y a pesar de la progresión de los últimos años, aún nos encontramos lejos de otros países europeo como Luxemburgo u Holanda. Hay que introducir nuevas tecnologías en el aprendizaje, sean a nivel presencial o digital.

* Los materiales deben ser más llamativos: es indudable que la creación de materiales más llamativos y personalizados nos ayuda al aprendizaje, y en este sentido los formatos digitales o utilizar la gamificación permite potenciar y motivar el proceso de aprendizaje mediante una experiencia más lúdica y divertida.

* Todas las estrategias de aprendizaje deben estar centradas en el estudiante; donde los alumnos son los auténticos protagonistas de las aulas, Aprender a diseñar estrategias adaptadas a las características de cada alumno para potenciar sus habilidades, innovar, dinamizar y poner en práctica métodos docentes activos. Esta personalización es más viable a través de formaciones no presenciales donde el profesor puede dedicar más tiempo a aquellos estudiantes que requieren o solicitan una mayor atención.

En este sentido me gustaría finalizar el artículo poniendo algunos ejemplos que ya se practican en España para facilitar este aprendizaje, y que según lo que se expone en el artículo están en línea de como debe ser la capacitación de conocimientos y habilidades.

En cuanto al modelo universitario, es indudable el liderazgo de la UOC (www.uoc.edu) cuya metodología ha sido pionera para que el resto de las universidades e instituciones siguieran el modelo introducido por esta universidad. 

En el sector de la farmacia, tal y como nos indican los estudios que realiza Shoppertec las formas de contacto que tienen relevancia entre las farmacias y los laboratorios, son los pedidos realizados por Whatsapp, las formaciones on line y las plataformas portales web. Muchos laboratorios farmacéuticos han optado para formar a los equipos de la farmacia por dos vías, la primera, formaciones cortas de producto a nivel digital en la que prima ir al foco de lo que se quiere enseñar, con formaciones de 10-15 minutos, muy centradas en como ofrecer el producto a sus clientes, antes de la típica formación técnica clásica.

Por otro lado, como segunda opción también algunas compañías farmacéuticas, están optando por ofrecer formaciones en forma de juegos, donde incluso se puede competir con farmacias.

En el ámbito del marketing farmacéutico, la mejor iniciativa actual para mejorar la capacitación en Marketing Farmacéutico la ofrece Azierta Accademy (www.azierta-academy.com/course/master-marketing-farma) que ha optado por ofrecer un Master de Marketing Farmacéutico a nivel digital y con una metodología docente adaptada a las tendencias que demandan los profesionales. 

En conclusión, la realidad actual y futura de la capacitación profesional en todos los sectores pasa por el medio digital, que es el único medio capaz de adaptarse a nuestra agenda profesional y personal, con una inversión sensiblemente menor a las formaciones presenciales, y con una calidad como mínimo al mismo nivel que la ofrecida por las formaciones presenciales. Pero como indicaba en el título del artículo el factor esencial para la elección de cómo es posible adquirir conocimiento y habilidades, no pasa solamente por la elección del medio sino sobre todo por el tipo de metodología empleada por cada institución, y aquí si que hay que ser estrictos y rigurosos, solamente aquellas metodologías donde el centro sea el estudiante son las que serán efectivas para cumplir con los objetivos de aprendizaje.