Las personas son el capital más valioso de todas las empresas, y más, en un sector tan comprometido como es el sector farmacéutico, en constante evolución y crecimiento. En un entorno como este, resulta fundamental incentivar y promover una formación continuada a los empleados, no solo para optimizar su desarrollo sino también, para fidelizar talento interno. El departamento de Recursos Humanos desempeña un papel clave para la gestión del entorno y la evolución de la organización, puesto que en el desarrollo de las personas se encuentra la dirección que puede tomar una empresa.
Por ello, des del propio departamento, es importante saber identificar los roles y las competencias que queremos que desempeñe cada persona dentro de las diferentes áreas y priorizar las habilidades a desarrollar. En este sentido, tampoco nos podemos olvidar de la formación de los managers, quienes, a través de su liderazgo transmiten los valores que forman parte de la empresa. Valores como la honestidad, la transparencia, el respeto, la diversidad o la transversalidad son claves para trabajar con eficiencia.
Las competencias digitales y los idiomas cada vez más presentes en la formación y el desarrollo de los trabajadores
Cada vez está más presente el uso de aplicaciones y otras tecnologías como las propias redes sociales en el ámbito de la salud para, sobre todo, dar a conocer la actividad de la empresa. Para ello, las organizaciones han ido incorporando formaciones orientadas a mejorar la capacidad comercial en entornos como el sector farmacéutico y también a lograr una mayor preparación de los equipos para establecer relaciones profesionales de calidad con un alto conocimiento de estas redes. Saber cómo funcionan, a quien nos dirigimos y sobre todo como lo hacemos, son aspectos claves para hacer crecer a la organización en el entorno digital.
Por otro lado, no podemos olvidar la formación de idiomas. Un aspecto común en muchas organizaciones y que a menudo no aporta todo el retorno que supone como inversión, aunque es sumamente enriquecedor para el empleado y su desarrollo en la empresa.
Una apuesta por un modelo totalmente digital y autogestionado por el empleado suele ser un modelo eficiente, puesto que se abre un amplio abanico de posibilidades de mejora en las competencias de idiomas, yendo mucho más allá del inglés y también dota de responsabilidad y autonomía al empleado. La persona trabajadora tendrá que ver como potencia sus áreas de aprendizaje y como invierte en su mejora de competencias lingüísticas a través del autoaprendizaje.
Por último, realizar una evaluación del desempeño es un aspecto a tener en cuenta. Es primordial llevar un control de todas las actividades que se realizan y comprobar si las políticas aplicadas son las correctas. Aunque, sin duda, el mayor reto, pero también el más apasionante, es el de escuchar siempre las necesidades de los equipos y pensar constantemente en nuevas formas que cada día, nos hagan ser mejores.