Los pasados días 29 y 30 de marzo, el Instituto de Empresa organizó en Madrid el IX Foro de la Industria Farmacéutica, que contó, un año más, con la colaboración de Antares Consulting y el semanario ‘El Global’.
La edición de este año llevó por nombre ‘Palancas de cambio: La necesaria transformación de la industria farmacéutica’, y contó con una amplia participación de compañías nacionales e internacionales, biotecnológicas, administraciones autonómicas y la Dirección General de Farmacia.
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El objetivo de este Foro no era otro que el de “contribuir a desarrollar una conciencia que dé la importancia que merece la industria farmacéutica en el bienestar de un país”, tal y como afirmó en la presentación de las jornadas Lluís Triquell, director del Area de Bioindustrias de Antares Consulting. En general, las líneas de actuación de este IX Foro discurrieron por las vías del consenso entre industria y administración, dejando atrás las desconfianzas que hay actualmente entre ambos y empezando a modelar un nuevo marco de actividad entorno del sector farmacéutico que, según afirmaron los distintos responsables la industria del sector presentes en Madrid, debe empezar por las propias compañías. Este reportaje recoge las impresiones de la primera mañana del Foro, la más intensa en lo que a participación de la industria se refiere.
El primer punto caliente del Foro fue, como era de esperar, la implantación de la nueva Ley del Medicamento, que según la propia industria ejerce grandes medidas de presión sobre las compañías, reduciendo sus beneficios y, en consecuencia, provocando una menor inversión en I+D, la gran apuesta evolutiva de la industria. En palabras de Lide Verdugo, directora general de Nycomed, “hay una dinámica de márgenes, es decir, se están adelgazando los márgenes operativos: existe una presión sobre los precios y a su vez se está produciendo un aumento de los costes”. Ello no quiere decir otra cosa que, tanto el marco regulador, como el cliente, ejercen presión negativa sobre la propia industria. A pesar de ello, Verdugo cree que “la paradoja de la industria farmacéutica es que existe una gran oportunidad para ella a pesar de estas presiones: hay un problema de salud no resuelto, existe un gran potencial innovador, la sociedad tiende al envejecimiento y la obesidad, y destaca la aparición de nuevos países emergentes con nuevas oportunidades”.
En el caso concreto español, Verdugo pidió a las administraciones que apoyen más a la innovación, ya que nuestro país “tiene poca competitividad” en este ámbito. Para lograrlo, aclaró que el modelo a seguir debe ser “sostenible e innovador”, y alertó que en España “hay una fragmentación del mercado, en donde cada comunidad autónoma ha creado su propio mercado, algo que pone trabas a la gestión nacional y nos deja atrás a nivel competitivo”.
Pero no toda la culpa es achacable a la Administración. Para la directora general de Nycomed, la propia industria debe “reorganizarse interna y externamente”, reinventando el marketing farmacéutico, reorientando su estrategia promocional y, en definitiva, planificando y ejecutando un nuevo proceso de negocio, “teniendo en cuenta el actual paso de un marketing de producto a un marketing de cliente”. En definitiva, Verdugo afirmó que la industria debe “practicar la evolución”.
Alberto Bueno, director general de Merck Farma y Química, fue mucho más critico con la Administración en su discurso. Según él, “el nuevo proyecto de Ley pretende impulsar la I+D y recortar el gasto farmacéutico a la vez, algo totalmente incompatible; ya que en el fondo estas medidas provocarán grandes pérdidas económicas en la industria y, con ello, menos inversión y menos margen de productos”. Por ello, Bueno cree que “la solución no pasa por centrarlo todo en el gasto farmacéutico”. ¿Qué es entonces lo que se debería hacer?
Según Bueno, “crear un marco normativo estable, y eso depende de la Administración. Pero debemos tener en cuenta que la razón de ser de la industria farmacéutica es la innovación”. Otro de los puntos clave que Bueno cree que llevarían a impulsar el sector es la creación de parques científicos, pero el director general de la alemana Merck alertó que “una planta biotecnológica externa sólo tiene razón de ser si es viable económicamente, y eso depende una vez más de la Administración”.
El papel de los genéricos
La última puntualización de Bueno se refirió al papel de los genéricos en España. “Los genéricos únicamente están siendo usados por la Administración a corto plazo. El único objetivo que tienen es el de bajar drásticamente los precios, pero por el contrario, no están ganando cuota de mercado”, afirmó. “Deberían usarse para poder llegar antes a productos innovadores”, concluyó Bueno.
Otra crítica a la nueva Ley del Medicamento fue pronunciada por Denis Casidy, vicepresidente de Juste. En su opinión, la Administración ha fijado sus objetivos a corto plazo, y quiso resaltar que “la improvisación sobre la marcha no es una opción estratégica”. Una reflexión aplicable también a la propia industria farmacéutica, que no debe ir adaptándose a los cambios según se plantean de forma externa, sino que lo apropiado es fijar un modelo de empresa que garantice los beneficios, tanto a corto como a largo plazo. Entre estos modelos, Casidy citó a los ‘niche players’, ‘local players’, genéricos, OTC…
Jordi Martí, director general de Amgen, Javier Ellena, presidente de Lilly y Antoni Esteve, presidente de Laboratorios Esteve, formaron una nueva mesa redonda con el objetivo de definir cuál debe ser el modelo de relaciones de la industria con las autoridades sanitarias, profesionales y pacientes. Para Martí, “es necesario encontrar un balance entre ambos, hay que buscar el buen camino”, aunque se mostró reacio a aceptar que la nueva Ley del Medicamento esté siguiendo precisamente ese camino: “lo que realmente hay que reducir es el coste de la enfermedad, no el del medicamento”, apuntó. Martí concluyó su exposición con una frase que, verdaderamente, deberíamos tener muy en cuenta: “A la larga, todos somos pacientes”.
Ellena apostó por “establecer un modelo que respete los legítimos intereses de todos los actores, con la finalidad de mejorar la salud de los ciudadanos”. En su opinión, la relación de la industria con las autoridades sanitarias debe regirse por un conjunto de criterios, entre los que se encuentra el de “separar la dicotomía caro/barato introduciendo el concepto de coste/eficacia y efectividad”. En lo que a la relación con los pacientes se refiere, Ellena defendió que ésta “debe ser clara y accesible, a la vez que hay que respetar al paciente y no usarlo como medida de presión hacia la Administración”.
Pero el presidente de Lilly tampoco quiso desaprovechar esta oportunidad para dejar sus impresiones acerca de la nueva Ley, y en este sentido afirmó que “la contención del gasto debe ser a partir de los precios de referencia, no en base a los genéricos. Éstos deben ser una herramienta”.
Entonar el ‘mea culpa’
Ellena también aprovechó la jornada para realizar una autocrítica a la propia industria, asegurando que “nuestra credibilidad está dañada ante las autoridades sanitarias, profesionales y sociedad en general, debido al mal hacer de algunas compañías. Ante eso, hace falta transparencia y rigor. Es la manera de recuperar la confianza perdida”. Para él, a ello se llega mediante la vía del diálogo, “debemos charlar sobre qué tipo de sector farmacéutico queremos en España”.
La última intervención de esta mesa fue la de Antoni Esteve. Una vez más, sus palabras instaron a establecer un sistema en pleno equilibrio entre todas las partes activas. Su exposición se basó en ‘Conseil Stratégique des Industries de Santé’ francés, que vio la luz en septiembre de 2004. El modelo que adoptó el país vecino marcó las líneas a seguir en lo que a temas de Sanidad se refiere, reconociendo, entre otros aspectos, el papel estratégico de la industria farmacéutica en Francia: ya sea en su plano económico, en la mejora de la salud, así como en la contribución a la independencia nacional.
Para Esteve, debemos seguir ese modelo, creando un grupo de trabajo conjunto que nos permita llegar a establecer el sector farmacéutico que todos queremos: administración, industria, pacientes… Y para ello, hay que empezar a trabajar desde hoy mismo. Ése es el único camino.