Buenas prácticas para el desarrollo de aplicaciones móviles en salud

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Nuria Escudero Galán. Directora de Calidad. Meisys.

Buenas prácticas para el desarrollo de aplicaciones móviles en salud

26/5/2014
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En los últimos tiempos, el sector de la salud ha sufrido una verdadera revolución gracias a la aparición y al uso masivo de dispositivos móviles (smartphones y tablets). Según la OMS: “mHealth es la práctica de la medicina y la salud pública soportada por dispositivos móviles como teléfonos móviles, dispositivos de monitorización de pacientes, asistentes personales digitales y otros dispositivos inalámbricos.” Simplificando mucho, podríamos decir que mHealth es el uso de dispositivos móviles con el objetivo de mejorar los resultados en salud. En este artículo tratamos de explicar desde nuestra experiencia las claves del éxito para desarrollar una app en el ámbito de la salud.

Durante el 2013 se llevó a cabo la 7ª edición de la encuesta de TIC (tecnologías de la información y la comunicación) en Cataluña1. Los resultados de este estudio son abrumadores: un 70% de los hospitales y equipos de atención primaria que participaron en la encuesta disponían de dispositivos móviles (portátiles, tabletas, smartphones, etc.) con los que podían realizar sus consultas y añadir los datos que considerasen oportunos a la historia clínica del paciente en tiempo real. Esta encuesta pone de manifiesto que la “tele-medicina” se está consolidando, más de la mitad de los centros hospitalarios  hacen tele-diagnóstico, un 44% que utilizan la tele-consulta y un 13% que hacen tele-monitorización.

Por otro lado, según Research2Guidance, en 2012 unos 247 millones de usuarios de dispositivos móviles descargaron al menos una aplicación relacionada con la salud, el doble que en 2011 y, previsiblemente, en 2015 un tercio de los usuarios de smartphones tendrá instalada al menos una aplicación de salud. En este informe2 también se muestra que más del 50% de las aplicaciones disponibles recibieron menos de 500 descargas y solamente 5 de estas aplicaciones coparon el 15% de todas las descargas relacionadas con la categoría de la salud.

Desde el punto de vista de la Administración, el uso de la mHealth será clave para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario. Según recientes estudios llevados a cabo por PwC (PricewaterhouseCoopers) un modelo interconectado podría reducir los costes en un 50%, llegando, en el caso de España a suponer un ahorro de más de 10.000 millones de euros de aquí a 2017.3

Para desarrollar una app hay que tener en cuenta las siguientes fases y consideraciones:

1. Estudio de mercado
Antes de ponernos a trabajar, es vital llevar a cabo un estudio de mercado y definir exactamente a quién va dirigida cada app y cuáles van a ser sus funciones, objetivos y finalidad. Esta fase es decisiva y la más difícil.

Para concluir esta fase con éxito, debemos conocer con precisión los hábitos y las conductas de nuestros clientes finales.

1.1. Paciente:
Un alto número de consumidores consulta información de salud en internet y estamos llegando a lo que se conoce como “paciente experto” o “e-Patient”. Tom Ferguson4,  utilizó este término para referirse a un consumidor de servicios sanitarios muy concreto, que hace uso de Internet para recopilar información relacionada con la salud. El paciente introduce el concepto del autocuidado, velando por su salud y no dejándolo todo en manos de su médico.

Al planificar el desarrollo de una app, tenemos que tener en cuenta el tipo de paciente. En este sentido, Cain et al.5 clasifican al e-paciente o “paciente experto” en 3 categorías:

• Los sanos. Se calcula que hasta un 65% de los usuarios que buscan información relacionada con la salud en las redes está sano y, sencillamente, requieren información de forma puntual. Este tipo de usuario es el que necesita información sobre salud en general, por ejemplo, deporte, hábitos saludables o complementos alimenticios. Los agudos. Hasta un 6% de estos pacientes representan a aquellos que se enfrentan un nuevo aspecto médico, bien por el diagnóstico de una nueva patología o bien por la recurrencia de una enfermedad o, incluso, precisan alternativas a los tratamientos con que se están tratando por cuestiones de eficacia o seguridad. Este tipo de pacientes, busca información de forma intensiva, consultan asociaciones de pacientes o foros especializados, contactan con profesionales de la salud en busca de respuestas. Son usuarios que utilizan la red de forma intensa durante un periodo de tiempo concreto, hasta recopilar la información que necesitan y tomar conciencia de su patología de forma profunda.
•  Los crónicos. Estos pacientes representan hasta el 35% y tienen una o más enfermedades crónicas estables, pero ya conocen la enfermedad y tienen toda la información que consideran necesaria. Usan los recursos de salud online de forma habitual para gestionar su día a día con sus patologías y estar actualizados. Este tipo de pacientes utilizas apps habitualmente ya que les facilitan enormemente la vida y pueden contar con herramientas que les indique cuándo tienen que tomar la medicación, si sus niveles analíticos en sangre son correctos, etc. Suelen estar implicados y participar en actividades sociales o grupos de apoyo de la patología, asociaciones de pacientes, etc.

No hay que olvidar en ningún momento (y así hacérselo saber al usuario de la app) que la herramienta no sustituye la relación con el médico y que no constituye una opinión médica ni un diagnóstico, sino que simplemente, lo complementa.

1.2. El médico:
Los médicos necesitan herramientas que les ahorren tiempo y que les hagan las cosas fáciles. Es decir, en muchas ocasiones necesitan lo que ya tienen pero en un formato adecuado para su tablet o Smartphone, o bien, mejorar una herramienta haciéndola más intuitiva, sencilla y eficaz. Realmente, el éxito de una app no se mide en descargas ni clicks sino en el tiempo que el usuario pasa en esta aplicación y cuántas veces la usa.

El médico no sólo es prescriptor de medicamentos, también de herramientas, por lo tanto, debemos tener en cuenta su opinión a la hora de desarrollar aplicaciones destinadas a pacientes, ya que conoce y canaliza las  necesidades y las carencias de éstos. Una aplicación que asegure la adherencia del paciente a determinado tratamiento con un sistema de avisos, realmente es beneficiosa no sólo para el usuario, sino que al médico le estamos ahorrando visitas de los pacientes, al laboratorio farmacéutico le beneficia en cuanto al uso de su medicamento y en cuanto a imagen y, por supuesto, a la Administración le está ahorrando costes sanitarios.

Cuando una app está bien planificada, el laboratorio farmacéutico puede utilizar la mHealth para recabar datos de prevalencia, de seguridad y eficacia de un medicamento o nuevas pautas de tratamiento del mismo, entre otras cosas. De este modo, hay que pensar en la app como un producto total y por tanto, planificar y desarrollar la aplicación teniendo en cuenta todos los actores (médico, paciente, industria y Administración).

2. Diseño, accesibilidad, transparencia y seguridad
Tras la fase de planificación, comienza la fase de diseño, la más complicada técnicamente.

A la hora de elegir al proveedor, es importante que este tenga conocimientos médico-científicos y experiencia en este tipo de proyectos ya que esto ahorra muchas revisiones por parte del cliente, ajustando mucho más los costes y el tiempo. Meisys cuenta con experiencia y un amplio conocimiento tanto de la industria como de los pacientes y médicos, por lo que somos un interlocutor muy valioso para este tipo de proyectos.

Así, al diseñar la aplicación, recomendamos detallar exactamente quién ha hecho la aplicación y quiénes son los propietarios y los responsables del contenido (tanto equipos médicos como profesionales de la industria que avalan los contenidos de la herramienta y/o asociaciones de pacientes), el origen de las fuentes de financiación así como los posibles conflictos de interés, fecha de la última revisión llevada a cabo y la persona o equipo que lo ha hecho, de dónde proviene la información que se utiliza en la aplicación (si se han utilizado revisiones sistemáticas, guías clínicas, documentos de consenso, etc.), incluir una sección en la que se detalle los profesionales que han trabajado en la herramienta y detalles curriculares de los mismos.etc. La finalidad es avalar la condición científica de la aplicación. La mayor parte de los usuarios que recurren a las app por temas de salud ya son usuarios experimentados que saben discernir entre la información de calidad y la que no lo es, por lo tanto, mostrar que la herramienta se ha desarrollado por profesionales cualificados supone la diferencia entre que la aplicación sea exitosa o no.

Al planificar y diseñar un app relacionada con una patología/tratamiento debemos tener en cuenta los requisitos específicos de farmacovigilancia por lo que en la aplicación debe de quedar claramente establecidos los pasos a seguir en el caso de que el paciente o el médico tenga que comunicar una reacción adversa, bien indicando el teléfono de farmacovigilancia oportuno o desarrollando una pasarela en la app para que se pueda transmitir esta información online sin salir de la misma.

Un aspecto definitivo de la app es la seguridad de los datos: es importante mantener informado al usuario en todo momento sobre qué datos se van a almacenar, cómo se van a utilizar estos datos, si se van a ceder a terceros, etc. todo ello de acuerdo con la normativa vigente en función del país en el que se desarrolle la herramienta. Al tratarse de datos de salud nos encontramos con información de alto riesgo, así que hay que tener muy en cuenta este punto e informar al usuario final para que se encuentre cómodo y no tema por su privacidad. Se utilizaran mecanismos de cifrado tanto para el almacenamiento de la información como para el intercambio de la misma y un sistema fiable de usuario y contraseña y recuperación segura de las mismas.

En cuanto a la accesibilidad, la herramienta debe seguir los principios de un diseño universal para que pueda ser utilizada por todo tipo de usuario.

Tanto la FDA como la Unión Europea están desarrollando programas con el fin de regular y fijar unos estándares mínimos de calidad para las aplicaciones móviles en el ámbito de la salud. En septiembre de 2013, la FDA publicó el documento Mobile Medical Applications: Guidance for Industry and Food and Drug Administration Staff6 donde se recogen unas recomendaciones básicas para evaluar la calidad de las apps en salud. En España nos encontramos con un intersante proyecto liderado por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía con 31 recomendaciones que pretenden fomentar el buen uso y desarrollo de las aplicaciones móviles de salud7. Esta agencia otorga un sello de calidad a las aplicaciones móviles en el ámbito de salud al igual que en su día se hizo con las páginas webs con el HONcode o la WMA (Web Médica Acreditada) entre otros.

En este punto del proceso, Meisys, una vez acabada la primera versión de la herramienta hace un test con un experto del área y con un usuario final ajenos completamente al proyecto para ver su reacción al utilizarla y detectar posibles errores o mejoras.

De este control de calidad, se elabora un informe que facilitamos a nuestro cliente para decidir qué medidas correctoras tomar si fuese necesario.

Por último, está demostrado que la mayor parte de los usuarios acceden a sus aplicaciones a través de las plataformas de  Android, iOS, Backberry, Windows Phone, etc., por lo que es muy importante estar en estas plataformas aunque este paso conlleve una demora del lanzamiento de la aplicación.

3. Fase de pruebas
Una vez desarrollada la aplicación y antes de lanzarla al mercado, es vital hacer una reunión de trabajo con todos los actores implicados y con los usuarios finales para testear la aplicación, de modo que se puedan detectar mejoras o posibles errores. En Meisys, somos expertos en aportar conocimientos científico, no obstante, los verdaderos expertos son los usuarios finales.

Es importante que esta fase de pruebas se lleve a cabo físicamente (con reuniones conjuntas o con cada profesional/paciente por separado) para poder captar comentarios o impresiones que de otra forma no captaríamos (“la aplicación es lenta”, “es confusa”, “poco intuitiva”, “fea”, “no puedo utilizar otras aplicaciones habituales mientras utilizo esta”, etc). Es altamente recomendable elaborar un pequeño cuestionario con los aspectos clave de aplicación para tomar nota y saber cuáles son las debilidades y las fortalezas de nuestra herramienta.

En caso de haber desarrollado una herramienta para pacientes pero sin su colaboración activa en las fases anteriores, una buena forma de probar la app y comenzar la promoción, es organizar reuniones formativas con asociaciones de pacientes. Por un lado, damos a conocer la herramienta y, por otro, los pacientes se sienten parte del proyecto, haciendo de estas reuniones un foro abierto donde todas las partes puedan dar su opinión.

4. Promoción
Por último, no tiene sentido desarrollar un producto si no lo acompañamos con una campaña de promoción.

Una vez tengamos la aplicación definitiva, siempre recomendamos a nuestros clientes hacer folletos explicativos en los que se exponga la información relevante de la aplicación, su uso, etc.

El periodo de promoción de la aplicación no ha de ser muy largo, ya que perdería el sentido. En Meisys recomendamos un periodo no superior a los 3 meses.

En cualquier caso, si la herramienta es útil, serán los propios usuarios los que llevarán a cabo esta promoción de forma viral.

5. Actualización
Muchos de los errores en los que caen nuestros clientes son en desarrollar la app y dar por terminado el proyecto. Como todo producto o servicio de carácter científico, es necesario mantener la información actualizada, informar al usuario de tales actualizaciones y desarrollar nuevas funcionalidades de acuerdo con las necesidades de nuestros clientes finales.

En conclusión, muchos de nuestros clientes quieren tomar partido en la mHealth y desarrollar apps simplemente por cuestiones de “prestigio”. No es un criterio equivocado, más bien al contrario: adaptarse a las nuevas tecnologías es una cuestión absolutamente necesaria (“si no estás, no existes”), pero nosotros, como expertos en el área con amplia experiencia, siempre recomendamos hacerlo con una detallada planificación y teniendo en cuenta las siguientes fases: estudio de mercado, diseño, accesibilidad y seguridad, fase de pruebas, promoción y actualización.

REFERENCIAS
1. Fundación TicSalut, “Encuesta TIC salud en Cataluña 2013” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en: http://www.ticsalut.cat/observatori/es_enquesta-tic-salut/8/encuesta-tic-y-salud-en-cataluna-2013

2. Research2guidance, “Mobile Health Market Report 2011-2016” ” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en: http://www.research2guidance.com/shop/index.php/downloadable/download/sample/sample_id/160

3. PricewaterhouseCoopers Private Limited (PwCPL), “Socio-economic Impact of mHealth: An assessment report for the European Union” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en: http://www.gsma.com/connectedliving/wp-content/uploads/2013/06/Socio-economic_impact-of-mHealth_EU_14062013V2.pdf

4. Tom Ferguson, Health Online: How to Find Health Information, Support Groups, and Self-Help Communities in Cyberspace, (Reading, MA: Libros Addison-Wesley/Perseus, 1995).

5. Cain MM, Sarasohn-Kahn J, Wayne JC. “Health e-People: The Online Consumer Experience” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en: http://www.chcf.org/topics/view.cfm?itemID=12540.

6. FDA, “Mobile Medical Applications – Guidance for Industry and Food and Drug Administration Staff” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en http://www.fda.gov/downloads/medicaldevices/deviceregulationandguidance/guidancedocuments/ucm263366.pdf

7. Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía “Listado completo de recomendaciones para el diseño, uso y evaluación de apps de salud” (Consultado: 16 de abril de 2014). Disponible en http://www.calidadappsalud.com/listado-completo-recomendaciones-app-salud/

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