¿Qué hace que una formación sea un éxito, el contenido o el continente, es decir el formato en el que se presenta? Todos hemos asistido a sesiones de formación que a priori nos parecían atractivas y ricas en contenido y no lo han sido por un mediocre comunicador. Cómo equilibramos la balanza para triunfar en cualquier presentación oral.
¿Contenido o continente? En apariencia es una pregunta muy simple, pero en la simplicidad siempre radica el éxito. Tener claro lo fundamental es básico para triunfar en cualquier campo.
Como primera respuesta podríamos decir que el contenido es lo primero y más importante, una formación sin un contenido sólido y adecuado a la audiencia no tiene sentido. Al fin y al cabo, si asistimos a formaciones, es, en esencia, para aprender algo nuevo.
Un contenido que aporte a la audiencia novedad, que haga reflexionar, que sea interesante, pero sobretodo que promueva un cambio en el modo de actuar en cualquier ámbito.
En efecto, una formación que no mueva a la acción básicamente no nos aporta nada. Si nuestra forma de ver el mundo no cambia después de una formación es que nos hemos quedado en el punto de partida.
Una formación puede significar un cambio de actitud a nivel personal tanto con nuevas perspectivas en nuestra forma de comunicarnos, como en el modo de encajar nuevos retos, adquirir responsabilidades o incorporar nuevas ideas para el trabajo en equipo. La lista podría ser tan extensa como los objetivos que podemos plantearnos en una sesión de formación.
Por otro lado, en la industria farmacéutica la formación técnica es un pilar esencial para un óptimo desempeño profesional. Provocar o promover un cambio en el modo de actuar en personas adultas no es nada fácil, en realidad, es muy difícil.
Piensa en tu refresco favorito, tu restaurante favorito, tu marca de zapatillas de deporte o tu móvil de referencia. Es difícil que cambies de opinión, es TU marca, has creado vínculos afectivos con ella y a veces, aunque podría haber otra marca mejor o que te conviniera más, ni te lo planteas. Porque cambiar es difícil, nos gusta la rutina y mejor “quedarme como estoy” aunque no responda al ideal de la promesa de algo mejor. En formación pasa igual, es muy difícil mover al cambio, especialmente en “soft skills”, o competencias sociales.
En fin, que al preparar cualquier contenido, será crucial tener un objetivo muy claro, especialmente en cuanto a qué espero que mi audiencia modifique después de la formación.
Una vez tengo claro el contenido, pasemos ahora al continente, en otras palabras, tengo que definir de qué forma lo hago llegar a la audiencia para conseguir mi objetivo. Frente a un mismo contenido, el continente será la clave del éxito o del fracaso. Cada día son mayores las opciones que tenemos en cuanto al formato de una formación. En esta ocasión, me concentraré en la formación presencial. Porque, sinceramente, la formación on-line hoy por hoy es útil para formaciones técnicas, pero todavía queda mucho camino por recorrer en formaciones de habilidades para superar el impacto de una buena formación presencial.
Todos hemos asistido a formaciones que a priori nos parecían atractivas, ricas en contenido y no lo han sido por un mediocre comunicador. Si el comunicador no fuera importante con formaciones on-line sería suficiente.
Un buen comunicador es una pieza clave y determinante en promover el cambio. Cualquier contenido en habilidades en cualquiera de las llamadas “soft skills” requiere de un comunicador presencial.
Esta es la parte más complicada, un orador que mantenga la tensión durante el tiempo que dure la charla, taller o formación. Que domine el contenido y que tenga claro qué quiere que haga su audiencia en cuanto acabe la sesión. Que logre elevar la energía de la audiencia al máximo para que al finalizar la sesión, su involucración sea tal que el cambio se aplique de forma inmediata.
Analicemos y aprendamos de los grandes oradores, de los gurús de la comunicación, observemos qué hacen para lograr que no parpadeemos, que estemos en un estado de hipnosis y secuestro mental tal que bailemos al son de su música. Ante todo disfrutan de lo que hacen, no hay mayor placer que hablar frente a un auditorio del tamaño que sea y lograr captar su interés.
Otro elemento clave es el dominio de la escena, no importa el tamaño del escenario porque ellos lo van a llenar, a menudo sin necesidad de moverse. El sentido del humor suele ser también una característica común entre grandes oradores, que son capaces de alternar momentos reflexivos y transcendentales, con explosiones de risas y fuegos artificiales. Tienen muy bien medidos todos los “tempos”. Parece que improvisan, pero en realidad, ¿lo hacen? Ya os aseguro yo que no. Un buen orador, prepara hasta el último segundo de su exposición y no deja nada al azar.
Son muy cercanos, parece que les conozcamos de toda la vida. ¿Cómo lo hacen? Aparentemente nos abren las puertas de su intimidad porque nos explican anécdotas de su vida personal y profesional, que nos aproximan a ellos, nos da la sensación que a medida que pasa la formación les vamos conociendo mejor. Obviamente es un espejismo, una muy buena puesta en escena, que les funciona de maravilla.
En general, tienen un máximo de 2 ó 3 ideas clave que transmitir, tiene sentido, si pensamos que el objetivo es mover al cambio no debemos ser ambiciosos. Mejor aspirar a pocos cambios factibles que a muchos irrealizables. Los gurús de la comunicación son sencillos y lógicos en su discurso, normalmente no nos cuentan nada que nos parezca muy sofisticado o complejo, y si nos proponen una acción o cambio en algún hábito, éste es factible. Los gurús de la comunicación son pocos en número, pero siempre podemos aprender de ellos y aplicar con éxito las técnicas que utilizan.
Un buen foro donde observar y aprender de grandes comunicadores son los famosos “Ted Talks”1, si nunca has visto ninguno te lo recomiendo.
En formación pero también en la mayoría de presentaciones orales a menudo no se da la misma importancia al contenido que al continente. En general la balanza se inclina más hacia el contenido. Yo te diría que tanto para una formación como para cualquier exposición oral, para asegurar el éxito es fundamental equilibrar la balanza.
Al fin y al cabo el fin de cualquier exposición oral es influenciar a la audiencia y moverla al cambio.
1 www.ted.com TED es una organización sin fines de lucro dedicada a la difusión de ideas, por lo general en forma de charlas. TED comenzó en 1984 como una conferencia en la que convergieron Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED), y en la actualidad cubre casi todos los temas - desde la ciencia a los negocios o los problemas globales - en más de 110 idiomas.