Actualmente vivimos en un entorno VUCA, concepto del cual habremos oído hablar muchos de nosotros, que se caracteriza por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Este es el nuevo entorno en el que se encuentran las organizaciones, y el sector farmacéutico no está exento de ello. De hecho, las empresas que consigan adaptarse a este nuevo entorno de forma ágil y eficiente serán las que tendrán mayor ventaja competitiva. Por tanto, veámoslo como una oportunidad y un reto.
La introducción de los genéricos en el sector farmacéutico supuso un punto de inflexión, un momento de cambio hacia el entorno VUCA que vivimos en la actualidad y que, seguramente llegó para quedarse.
Para conseguir adaptarse y sobrevivir a este nuevo escenario las empresas del sector farmacéutico, que a lo largo de los años han realizado grandes inversiones mayoritariamente en formación técnica, necesitarán adaptar sus planes formativos. Centrarse en sus productos, la I+D+I, las ventas y la atención al cliente/paciente, no serán suficiente.
Desde nuestra experiencia de más de 20 años en el sector, en Grupo Crit tenemos claro que debemos preparar, formar y acompañar a los profesionales para hacer frente a este nuevo entorno.
Así pues, cuando nosotros pensamos en cómo mejorar las organizaciones, no solo pensamos en cómo formar en el conocimiento técnico, las habilidades y aptitudes, sino también en cómo potenciar las competencias transversales del capital humano que trabaja en ellas:
• Trabajo en equipo.
• La escucha.
• La empatía.
• La inteligencia emocional.
• Interdependencia
• El liderazgo
Todo ello, alineado a los valores y cultura de la empresa; es así como seremos capaces de crear equipos de éxito, equipos capaces de adaptarse a los continuos cambios, crecer con ellos y aportar un valor diferencial respecto a otras compañías.
¿Qué beneficios aporta?
En Grupo Crit sabemos que trabajar con el talento es todo un reto y aporta grandes beneficios a todas las empresas, ayuda a construir esa marca organizacional e impregna con su saber hacer al resto de personas con las que interactúa. Así pues, podemos contratar a personas que ya tengan de manera natural estas competencias, o podemos ayudar a desarrollarlas dentro de la organización.
Invertir en el desarrollo de las personas es uno de los refuerzos positivos más potentes que hay y forma parte del salario emocional y reconocimiento que tanto se demanda.
Sin olvidar que para la empresa supone obtener beneficios palpables a corto, medio y largo plazo:
• Aumento de la motivación: conseguimos que trabajen alineados con los “motivos” de la empresa, aportando valor a su trabajo.
• Mejora del compromiso: siendo los mejores embajadores de marca de la empresa, transmitiendo pasión e implicación por los proyectos.
• Mejora del clima laboral: al aumentar la empatía respecto al resto de compañeros de su departamento o de otros departamentos.
• Aumento de la productividad: no solo porque producen más sino porque producen “mejor”, se sienten mejor y disminuyen las bajas laborales.
• Mejora del trabajo en equipo: al mejorar el conocimiento de cada uno de los miembros con actividades que facilitan la proximidad personal, además de la profesional.
• Mejora de la comunicación: al trabajar la empatía, la escucha, el feedback y el propio autoconocimiento.
Nuestra experiencia
En nuestra día a día colaboramos con departamento de Recursos Humanos y/o de Formación y nos damos cuenta de la dificultad que tienen para trabajar la realidad y dificultades de las diferentes áreas de la empresa. Sin este conocimiento interno resulta francamente complejo abordar las necesidades sobre todo de los niveles intermedios y altos de la organización, clave para el desarrollo competencial de sus equipos.
Los efectos psicológicos y físicos de un mal liderazgo en los equipos no sólo trascienden a lo personal sino también a lo laboral: baja productividad, falta de motivación, toxicidad en las relaciones, bajas laborales, accidentes laborales, son solo algunos ejemplos.
Un líder saludable debe cuidar las relaciones que se dan dentro de sus equipos, los estilos de comunicación y los egos. Debe conocer, no solo los puntos fuertes y lo que se debe trabajar en cada uno de ellos, sino también las propias filias y fobias. Nadie dijo que iba a ser fácil.
¿Somos conscientes de la responsabilidad que supone ser jefe en la vida de los demás?
Según el estudio Gallup (2014) la cultura organizacional y los estilos de dirección o de liderazgo tienen una responsabilidad del 70% en los resultados de sus equipos; sólo un 30% depende de la motivación intrínseca, la satisfacción o el compromiso de los empleados.
Si algo nos apasiona en Grupo Crit es trabajar con personas y acompañarlas en su proceso de desarrollo y crecimiento. Nuestra experiencia nos demuestra que éste es el motor para ayudar a las empresas a conseguir sus objetivos y resultados.
Trabajamos con éxito la adaptación de los diferentes estilos de liderazgo a la cultura empresarial de cada uno de nuestros clientes, porque creemos que es la manera óptima de utilizar los recursos disponibles de las empresas, alinear sus valores y crear esta marca única.
Apostamos por la formación y el crecimiento continuo para todos los trabajadores y a todos los niveles de la organización, porque en este entorno VUCA es imprescindible aprender, reajustar y reciclar nuestras competencias.
En Grupo Crit además consideramos clave utilizar para ello metodologías que permitan crecer divirtiéndonos, emocionándonos y experimentando.