La transformación digital está cambiando la naturaleza del trabajo en todas sus dimensiones, ayudando a las empresas a automatizar los procesos más rutinarios para que los empleados puedan concentrarse en actividades de más valor. En este contexto, emergen necesidades de desarrollo en nuevas competencias, habilidades que no pueden ser reemplazadas por las máquinas y requieren de orientación humana. El gran reto está en hacerlo de forma rápida, atendiendo a la velocidad de los cambios, y garantizar los resultados en un entorno cada vez más ambiguo y complejo.
Según la Encuesta Global de Talento realizada por Morgan Philips Talent Consulting en 2019 el 85% de las empresas cree que la agilidad de sus equipos es fundamental para tener éxito empresarial. La mayoría de los directivos y líderes de las organizaciones calculan que en cinco años sus empresas deberán funcionar casi un tercio más rápido de lo que lo hacen hoy en día para seguir siendo competitivas.
El concepto de agilidad está muy presente en el mundo empresarial. Puede aplicarse a estructuras de trabajo, una profesión, una ambición o un conjunto de conductas. Según el estudio de Morgan Philips Consulting (2019) muchos líderes de organizaciones han señalado la necesidad de una mayor agilidad y han empleado metodologías ágiles para garantizar una efectividad operativa y potenciar las formas de trabajo más eficientes.
Si bien estas técnicas podrían resultar útiles para promover formas de trabajo ágiles con sistemas, procesos, tecnologías y estructuras más eficientes, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los líderes es alentar una mayor agilidad en sus equipos.
A nivel de formación, no solo se requiere capacitar al personal en competencias digitales, sino que además surgen nuevas necesidades de desarrollo en materia de liderazgo de equipos, gestión del conocimiento, gestión de relaciones y organización.
Las organizaciones necesitan trabajar en el desarrollo de habilidades que den respuesta a la rapidez de los cambios y los nuevos paradigmas de trabajo, cada vez más marcados por la convivencia entre el hombre y las máquinas; algoritmos pensados para prever las tendencias y personalizar los servicios. Y esta personalización también es clave en el proceso de aprendizaje. Las organizaciones buscan soluciones orientadas a facilitar que los empleados descubran sus principales ámbitos de desarrollo y se marquen de forma constante nuevos retos de aprendizaje.
Atendiendo a la diversidad de oportunidades de formación que pueden surgir en este contexto, es imprescindible apoyarse en modelos formativos que fomenten el autoconocimiento y el intercambio de conocimiento. Por otro lado, las empresas necesitan acelerar el desarrollo de determinadas competencias para conseguir avanzar rápido y ser competitivos, por ello, buscan soluciones muy aterrizadas; técnicas y herramientas de aplicación práctica que puedan poner en marcha de forma inmediata.
Ante este escenario, es necesario apostar por experiencias de aprendizaje que combinen el intercambio de conocimiento entre compañeros u otros profesionales externos a la compañía, el entrenamiento presencial en aula, la formación virtual y el acompañamiento guiado a través de acciones personalizadas de coaching. Las experiencias mixtas de aprendizaje permiten adaptar la formación a la carta, en función de las necesidades e inquietudes de cada empleado. El aprendizaje social se configura como uno de los ejes principales en la nueva era del conocimiento, por nosotros ayudamos a nuestros clientes en entrenar técnicas para el desarrollo de habilidades a través de los centros aceleradores de comportamiento. Esta metodología permite que personas de diferentes áreas y estilos interactúen entre ellas para aprender unas de otras y observar modelos diversos de éxito.
Los centros aceleradores de comportamiento están diseñados especialmente para entrenar, en un entorno de aprendizaje controlado, técnicas de gestión de conflictos, motivación y desarrollo de equipos, liderazgo del cambio, innovación, etc. Se trata de sesiones de una o dos jornadas orientadas a experimentar, reflexionar y adquirir compromisos que el participante puede practicar en aula.
Disponemos de herramientas propias para el análisis y el autoconocimiento que permiten hacer un diagnóstico de las principales fortalezas y áreas de mejora en términos de competencias y agilidades. Estas herramientas psicométricas ayudan a las personas a conocerse mejor y orientar sus esfuerzos de aprendizaje, teniendo en cuenta su perfil en comparación con su grupo normativo o grupo al que aspira.
Para acompañar y facilitar la transformación digital las compañías deberán adaptar sus paradigmas de aprendizaje a la nueva realidad laboral, para poder garantizar el desarrollo de las competencias críticas para el negocio. Aprovechar las oportunidades que la tecnología nos brinda ya no es un reto, sino una realidad. Ahora el reto está en asegurar una experiencia de aprendizaje de éxito y atractiva para el empleado.