Si algo nos han enseñado estos últimos meses es la importancia del bienestar, como individuos, como sociedad y también como empresas que desarrollamos nuestro negocio en el sector salud. El bienestar es un concepto holístico que engloba la salud mental y física, la dieta, los hábitos saludables y la prevención, el acceso a atención sanitaria, la posibilidad de contar con productos de higiene diaria, la seguridad en los espacios públicos y la concienciación e información sobre el impacto de nuestras acciones.
Hemos visto, además, cómo, para mantener el bienestar y la salud, la desigualdad y las condiciones de nuestro entorno son factores fundamentales. Si ya estábamos preocupados por el cambio climático, la importancia de poner la salud del planeta y de las personas en el centro de la acción ha demostrado ser una condición indispensable para mantener nuestro bienestar como sociedad. La degradación del medio ambiente o la pérdida de biodiversidad afecta a las necesidades más básicas para la salud de las personas como son la calidad del aire, el agua limpia y saneamiento o la seguridad alimentaria.
El bienestar y sostenibilidad se convierten así en un binomio codependiente del que no podemos prescindir a partir de ahora. No como individuos y, desde luego, no desde la industria farmacéutica y los sistemas de salud.
España se sitúa entre el grupo de países con un mejor desempeño y contribución al ODS 3 – Salud y Bienestar, posicionándose entre el 33% de países de la OCDE con tendencia positiva para lograr el ODS 3 en 2030. Además, el bienestar es una de las condiciones indispensables que subyacen bajo los criterios ESG (medio ambiente, social y buen gobierno, por sus siglas en inglés) que poco a poco están tomando protagonismo en la estrategia empresarial, la inversión y la forma de medir y reportar el éxito de compañías en todo el mundo.
Más allá de las demandas de los inversores y de su importancia en materia de regulación, los criterios ESG han de ser una manera de entender y “practicar” el negocio para dar respuesta a los distintos grupos de interés. Es el momento de incorporar un enfoque de gestión de aspectos medioambientales en la gestión corporativa, así como en toda la cadena de valor, nos permite mejorar los impactos positivos indirectos sobre la salud, al influir en la mejora de la calidad ambiental y de vida de las personas.
El sector farmacéutico ha jugado un papel primordial liderando acciones decisivas, tanto de investigación como gestión, asegurando el suministro de nuestros medicamentos y actuando con responsabilidad en todo momento. Ahora llega el momento de comprometerse de manera real con la Agenda 2030 de Naciones Unidas y los ODS, siendo conscientes de nuestra capacidad de impactar positivamente en la construcción de un mundo más justo y sostenible, así como de nuestra responsabilidad para no permitir que la situación que vivimos acreciente las desigualdades y brechas sociales.
De igual forma que hemos dado un paso adelante para fortalecer la transformación digital del negocio y la relación con clientes, proveedores y con los propios pacientes con el fin de mejorar y agilizar los procesos, hemos de avanzar a la par en los objetivos de reducción de la huella medioambiental a través de la sostenibilidad y la economía circular.
Contar con unos firmes compromisos medioambientales nos permite tener una palanca y un plan de acción definido para impulsar los cambios que han de hacer posible mejorar el bienestar y la salud de todos. Como industria esencial que somos, nuestra principal responsabilidad es y será dar respuesta a las demandas de los pacientes y consumidores, pero podemos elegir hacerlo desde la transparencia, la reducción de emisiones, el uso de materiales más respetuosos con el medio ambiente y la contribución a una sociedad más circular y concienciada con el entorno.
Contribuir a la salud y el bienestar es el camino para mejorar la calidad de vida de la población. Las empresas tenemos la gran oportunidad de innovar, de repensar las operaciones, productos y servicios que contribuyen al éxito de los ODS, al éxito de construir una sociedad donde las personas, y en concreto su salud y bienestar estén en el centro. Al mismo tiempo que también contribuyen al éxito de nuestra actividad.
El principal reto está en adaptar el modelo de negocio para estar a la altura de la transformación necesaria de nuestra economía, y avanzar hacia un futuro más limpio, verde y libre de emisiones. Por este motivo, seguiremos realizando el máximo esfuerzo para proteger la salud e higiene, mejorar el bienestar de todos y que cada vez más personas tengan una vida plena y saludable.