Una vez diagnosticados, los pacientes oncológicos comienzan un proceso de seguimiento periódico por parte de su especialista, quien se encarga de chequear su salud, el cumplimiento del tratamiento, la aparición de síntomas, eventos adversos, etc., aspectos de vital importancia para la gestión de esta enfermedad.
Esto les permite conocer el estado general del paciente y el impacto en su calidad de vida, un elemento que como sabemos, está ganando relevancia como indicador para la mejora del proceso asistencial oncológico y la adaptación del tratamiento en beneficio del paciente, así como para la generación de investigación basada en vida real.
Normalmente, esta información sobre el estado del paciente suele recogerla el oncólogo en los seguimientos, en función de los datos aportados por el paciente durante la consulta. Sin embargo, en una enfermedad como el cáncer, conocer la evolución del paciente así como el cumplimiento del tratamiento en tiempo real es vital.
Contar con estos datos reportados por el propio paciente en el momento en el que tienen lugar supone un recurso de altísimo valor que permite al especialista actuar en consecuencia, de manera rápida y efectiva, evitando tener que esperar a la siguiente consulta. Esto, como mencionábamos al inicio, permite adaptar el proceso asistencial oncológico, así como el tratamiento, en función de las necesidades de cada paciente, impactando en su salud y calidad de vida.
Estos datos reportados por el paciente, los conocidos Patient-Reported Outcomes o PROs, ya están aportando multitud de beneficios en la gestión de otro tipo de enfermedades crónicas, como veíamos en el artículo “Collection of patient data in the outpatient setting: What does it involve and what can it contribute?”.
En el caso de la oncología, en la que el conocimiento y notificación de los eventos adversos es especialmente importante y compleja, desde hace tiempo se ha observado que el uso de PROs permite captar de manera más cercana a la realidad la subjetividad de los eventos adversos, como se indica en el artículo “Patient-Reported Outcomes and the Evolution of Adverse Event Reporting in Oncology”.
También a través de los PROs, se pueden notificar síntomas, datos de calidad de vida, etc. que, detectados a tiempo, pueden ayudar a evitar la pérdida de adherencia al tratamiento, interviniendo en el momento adecuado, y mejorando la calidad asistencial. Todo ello ya se ha visto reflejado en publicaciones somo: “Implementing Patient-Reported Outcome Measures in Clinical Breast Cancer Care”, donde se indica que los PROMs ofrecen resultados prometedores a pacientes, proveedores y procesos asistenciales: en cuanto a la comunicación médico-paciente, adherencia, aceptabilidad, satisfacción, etc.
Y todo esto es posible llevarlo a cabo mediante el uso de soluciones digitales en salud, que permiten la recogida de esta información por parte del paciente de manera sencilla, en el momento exacto, facilitando al oncólogo esta información cuando tiene lugar, para su conocimiento, análisis y actuación.
Por tanto, cada vez es más importante valerse de estas herramientas para recoger datos de vida real de los propios pacientes oncológicos, permitiendo mejorar la calidad asistencial en cáncer, adaptar los tratamientos, y generar investigación basada en vida real.