La sostenibilidad se ha convertido en un imperativo para la industria farmacéutica, un sector que, pese a su misión de mejorar la salud, genera un impacto ambiental significativo. Según las conclusiones del informe que acabamos de realizar con Oxford Economics para analizar la situación actual y futura del sector farmacéutico en términos de sostenibilidad, dicho sector emite un 55% más de carbono que la industria automotriz en términos de toneladas de CO2 por millón de dólares de ingresos, una cifra alarmante que revela la necesidad de cambios profundos. La clave para lograr un avance real radica en la cadena de suministro, especialmente en la reducción de las emisiones de Alcance 3, que representan más del 80% de la huella de carbono del sector y provienen principalmente de los bienes y servicios adquiridos.
Si bien un 65% de las empresas farmacéuticas ya considera la sostenibilidad como esencial en su estrategia, la mayoría de ellas no espera alcanzar una huella de carbono neta cero hasta 2044 o incluso 2054. Este dato pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la industria para adaptarse a las exigencias medioambientales. Sin embargo, estos mismos desafíos abren una ventana de oportunidad para las empresas que apuesten por la colaboración y la innovación tecnológica.
Uno de los enfoques clave para acelerar este cambio es la cooperación entre las empresas, incluso entre competidores. Compartir prácticas sostenibles y optimizar el uso de recursos a lo largo de la cadena de valor podría no solo reducir las emisiones, sino también generar un impacto económico positivo. De hecho, según nuestro informe, sólo el 55% de las empresas del sector colaboran activamente con sus proveedores para mejorar la sostenibilidad, lo que indica un amplio margen de mejora.
Además, la tecnología emerge como un aliado fundamental. La inversión en herramientas como blockchain, inteligencia artificial o Internet de las Cosas (IoT) permite a las empresas identificar áreas de mejora en sus procesos, optimizar recursos y, sobre todo, reducir su huella ambiental.
La adopción de criterios de sostenibilidad en la selección de socios y proveedores también es crucial. Las empresas deben ir más allá de los criterios tradicionales y considerar el compromiso ambiental de sus partners, lo que no solo garantizará una cadena de suministro más limpia, sino que también impulsará la reputación y competitividad de la empresa en un mercado cada vez más orientado hacia lo ecológico.
En resumen, la industria farmacéutica debe asumir con determinación el reto de la sostenibilidad. El camino hacia una cadena de suministro más verde es largo y complejo, pero también está lleno de oportunidades. Colaborar, innovar e invertir en tecnología serán las herramientas clave para que este sector, esencial para la vida, también sea esencial para la preservación del planeta.