En las últimas décadas, el aumento de outsourcing de ensayos clínicos hacia las CROs, así como los distintos cambios legislativos, han convertido a éstas, en un compañero de viaje imprescindible frente a las inspecciones y auditorias.
En 1995 la Unión Europea, junto con Japón y EE.UU., llegó a consensuar una guía de normas de Buena Práctica Clínica (BPC) con la finalidad de garantizar los derechos y la seguridad de los sujetos participantes en un ensayo clínico, y de asegurar la calidad de los resultados, desde el diseño del estudio hasta el registro de los datos y la publicación de informes. Para asentar las bases legales y administrativas de este consenso, en nuestro país fue necesaria la transposición de las directivas europeas 2001/20/EC y 2005/28/EC, que regulan los ensayos clínicos con medicamentos y establecen los principios y las directrices detalladas de la BPC respecto a los medicamentos de investigación. Esto se hizo efectivo en el Real Decreto 223/2004, de 6 de febrero.
Las normas de buenas prácticas clínicas constituyen un sistema para comprobar que el estudio se está llevando a cabo siguiendo criterios científicos estrictos y respetando los principios éticos internacionalmente aceptados. Esta comprobación se hace revisando la documentación generada durante el estudio o efectuando inspecciones/auditorías, tanto al promotor del ensayo, como al investigador clínico y/o al responsable de la monitorización/gestión del ensayo (la CRO por ejemplo).
La realización de auditorías internas o externas para garantizar la calidad clínica de los datos obtenidos, no pretende lograr ensayos clínicos libres de errores, sino comprobar que los mismos están dentro de unos límites aceptables a nivel clínico, regulatorio y estadístico.
En la literatura científica existe un sin fin de artículos relacionados con desviaciones, halladas en inspecciones y auditorías a los investigadores, realizadas por organismos y agencias reguladoras en los que por orden de frecuencia encabeza la lista la falta de adherencia al protocolo, la falta de datos o datos mal cumplimentados en los cuadernos de recogida de datos, los problemas relacionados con el archivo de los documentos esenciales y desviaciones relacionadas con el consentimiento informado.
Asimismo, en auditorías e inspecciones realizadas a las CROs los hallazgos mayores estaban relacionados con personal no entrenado en BPC, la falta de actualización de los Procedimientos Normalizados de Trabajo (PNT), la falta de controles internos de calidad, y la validación insuficiente de sistemas informáticos. De entre todas estas desviaciones halladas, la considerada como muy grave o crítica fue la falta de formación del personal de la CRO en BPC.
Por todo esto, se puede concluir que se necesita reforzar la formación de investigadores, monitores, promotores y personal de las CROs en BPC.
Está plenamente aceptado que los profesionales de las CROs tienen amplia experiencia y conocimiento en todos los aspectos relacionados con los ensayos clínicos, tanto desde el punto de vista metodológico como regulatorio. Las prestaciones generales que ofrecen las CROs son: conocimiento de los diferentes requerimientos regulatorios y sobre las BPCs, reclutamiento rápido de pacientes, una base de datos de investigadores actualizada y reducción de costes. Echamos en falta en este apartado un nuevo aspecto que debe también hacerse patente para nuestros clientes: somos expertos en garantizar la calidad de los estudios en los que participamos.
Las CROs están sometidas a tres sistemas externos de control de calidad:
* Visita de validación de promotores, antes de ser contratadas.
* Inspecciones por las Autoridades Sanitarias.
* Auditorías de promotores.
Las CROs generalmente integran dentro de su estructura la figura del Responsable de Calidad. Pero no solo la garantía de calidad reside en este elemento, también los CRAs, CTAs y project managers son piezas claves en esta tarea. En este artículo vamos a desgranar la importancia del CRA en la gestión y control de la calidad de los ensayos clínicos.
En el mundo de los ensayos clínicos el CRA es el principal vínculo entre el promotor, los investigadores, farmacias, comités éticos, administraciones de los hospitales, las autoridades sanitarias y a menudo otros proveedores de servicios. Una de sus principales funciones es cumplir sus responsabilidades según las BPC además de velar para que investigador y promotor cumplan también las suyas. Además, el CRA vigila y garantiza el cumplimiento del protocolo y la normativa aplicable.
El CRA se apoya en los PNT de su compañía para realizar sus tareas de una forma sistemática, eficiente y homogénea en su día a día. Ello supone documentar la monitorización de forma concisa, completa y adecuada para que cualquier auditor, inspector o regulador pueda comprobar en cualquier momento que todo se llevó o se está llevando a cabo de forma correcta. Por otro lado, el CRA puede también participar dentro de su compañía en proyectos de formación, de creación/mejora/actualización de procedimientos, de mantenimiento de sistemas, gestión de calidad, etc.
El CRA debe estar sometido a un programa de formación continua dentro de su empresa que le ayude a:
* Formar al centro de investigación en relación al cumplimiento del protocolo y las BPC.
* Comprobar que el equipo investigador y las instalaciones en el centro de investigación son adecuados.
* Verificar que el centro cumple el protocolo y las BPC, evitando y controlando la no aparición de conductas que pudieran ser indicativas de fraude.
* Comprobar que el investigador principal cumple con sus responsabilidades.
* Identificar posibles problemas en el centro a tiempo y documentarlo de forma apropiada, implementando las acciones correctivas y preventivas que sean necesarias.
Las CROs deben velar por que los monitores estén bien formados, tanto en el ensayo clínico, como en la patología de base, y conozcan en detalle la legislación y los procedimientos que serán su apoyo durante todo el ensayo.
En nuestra compañía, la formación de los equipos de monitorización es esencial y hemos instaurado desde hace varios años un programa de formación general a nivel de compañía, en el que de forma periódica se revisan asuntos tanto regulatorios como médicos. En este sentido, en los últimos años se han celebrado en Dynamic Solutions sesiones de Inspecciones de BPC y de diferentes áreas terapéuticas como Oncología, Hematología, Trasplante o Neurociencias.
Además, a nivel departamental se celebran de forma periódica reuniones de departamento en las que se revisan aspectos tanto regulatorios como de PNTs de la compañía.
Por último, también en nuestra compañía estamos desarrollando un plan de auditorías internas de forma trimestral que asegure y minimice la aparición de hallazgos en futuras inspecciones y auditorias, además de proporcionar una formación continuada en BPC a los monitores.
Un buen monitor transmite confianza al equipo investigador y a la vez evita que se produzca cualquier desviación al protocolo o normas de BPC, entre ellas las que puedan poner en peligro la seguridad de los pacientes o calidad de los datos.
Es vital que el monitor, en el curso del ensayo y en cada visita de monitorización, muestre todo su apoyo al equipo investigador para marcarles el camino que les guíe hacia la realización del ensayo clínico buscando y aplicando siempre los máximos estándares de calidad.
En resumen, las CROs, “no sólo debemos ser honestas sino parecerlo”, como diría el pensador e historiador Plutarco, y nuestra labor en la garantía de calidad, es tanto tenerla como documentarla.