Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades

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Victor Cañabate, Carmen Bragulat, Pedro Sanmiguel. Consultores Talentia Services Group.

Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades

27/5/2013
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¿Quién no ha oído o incluso ha pronunciado esta frase en una o más ocasiones? Probablemente pocos afirmarían no haberla oído o pronunciado. Todos hemos presenciado directa o indirectamente multitud de situaciones y personas, que efectivamente tras una situación personal, profesional o del entorno, agudizan su imaginación y descubren una oportunidad realmente importante que los relanza hacia un futuro esperanzador.

Asimismo también hemos sido testigos o conocemos situaciones totalmente contrarias, personas que no son capaces de identificar esas oportunidades y sucumben hacia la desesperación, encontrándose ante un futuro incierto y amenazante.

Todo ello nos invita a algunas reflexiones: ¿por qué hay personas que ven las oportunidades y otras no lo hacen, estando en situación muy parecida? ¿cuál es la diferencia? ¿es cuestión de suerte o casualidad?.

En realidad la respuesta es muy simple pero a la vez de gran complejidad. La diferencia está en el individuo, su posición y su reacción ante los acontecimientos.

Las personas que indagan, descubren y aprovechan las oportunidades manifiestan un comportamiento y unos procesos mentales concretos, que están relacionados con factores de inteligencia y emocionalidad, que les conducen a tomar decisiones en la dirección correcta. A través de esas decisiones intuyen o identifican las oportunidades, poniendo en marcha todos los recursos personales necesarios y de la forma adecuada para conseguir lo que se proponen.

Para que este proceso se realice de manera conveniente será necesario que la información se capte y procese de forma adecuada. Captamos información a través de los sentidos, pero no podemos procesar la totalidad de la misma, es imposible poder procesar la gran cantidad de bites de información que nos llega cada segundo, de forma que solo procesamos y pasamos a nivel consciente una pequeña parte. ¿Cuál es esa pequeña parte? ¿Por qué no captamos todos la misma información ante situaciones idénticas?. Los mecanismos de captación de la información se ven interferidos por los filtros, las creencias y el estado emocional.

Tenemos filtros que actúan a nivel consciente e inconsciente, cuando buscamos algo o tenemos presente en nuestra mente alguna cosa, objeto, etc. lo identificamos cuando lo vemos y somos capaces de procesar esa información y tener conciencia de ello, (por ejemplo cuando quiero cambiar de coche y pienso en un modelo como posibilidad, a partir de ese instante descubro que las calles están llenas de ellos y hasta el momento no había tenido conciencia de ello y el mismo numero estaba circulando. La diferencia está en el foco o focos de atención en el momento de captar información).

Otro elemento que juega un papel importante en captar la información son las creencias, todos tenemos un sistema de creencias algunas iguales y otras muy diferentes. Las creencias son las certezas y las presuposiciones que hacemos de las cosas, lo que damos por hecho, nuestras convicciones, por tanto van a determinar el valor, validez, veracidad o interés de la información que percibimos, interfiriendo por tanto en el tipo de información que vamos a procesar.

Por último, juega un papel muy importante el estado emocional, cuando estamos nerviosos, preocupados, temerosos, angustiados, etc., sufrimos una alteración de nuestro nivel de atención. Quién no ha comprobado que ante este tipo de situaciones ocurre una pérdida de control (se olvidan las llaves, no recordamos si hemos apagado la luz, etc.), nuestro estado de alerta y de observación sufre grandes alteraciones.

Estos tres elementos, creencias, filtros y estados emocionales, van a intervenir constantemente durante todas las fases del proceso de pensamiento potenciando, limitando o interrumpiéndolo como puede verse en el gráfico anterior.

Un aspecto importante para lograr descubrir y aprovechar las oportunidades, es sin ninguna duda saber lo que se quiere o aquello que se pretende obtener realmente y con exactitud. Algo tan sencillo aparentemente, es realmente mas complejo  de lo que inicialmente pensamos. Es preciso que el objetivo esté claramente construido en la mente, bien especificado, visualizado con claridad y concreción, haciendo una recreación mental de la situación esperada con todos los elementos presentes, asimismo, teniendo bien asumido lo que se pretende obtener, el esfuerzo que se está dispuesto a realizar y lo que estamos dispuestos a perder, sacrificar o renunciar en este proceso.

Pero todo esto no es suficiente, además es necesario algo fundamental, se trata de que los objetivos, no entren en conflicto a nivel consciente o inconsciente con valores o con creencias propias o del grupo familiar o social, pues de ser así el fracaso es inevitable. Esto explicaría la razón de que muchos fumadores no dejan de fumar a pesar de ser conscientes de los riesgos para su salud, por qué el gimnasio o los idiomas se nos resisten, etc., sin duda hay algo que está entrando en conflicto con cosas que para nosotros son importantes, aunque a veces no somos demasiado conscientes de ellas, pero en realidad subyacen en nuestro interior y no estamos dispuestos a perder o sacrificar y mucho menos si es para siempre.

Cuando todo el proceso se realiza correctamente favorece la consecución  del objetivo, el hecho de que el individuo realmente tenga emociones positivas al pensar en la consecución del mismo y en cada logro parcial, en cada paso del trayecto hacia el objetivo, pues así se va retroalimentando la motivación por conseguirlo mediante la vivencia de cargas emocionales positivas.

Si todo este  proceso no se realiza adecuadamente y está perfectamente bien asumido, las estrategias mentales no se van a diseñar correctamente a pesar de que sepamos como construirlas. En este momento entra en acción algo muy interesante, nuestro diálogo interno ese “Pepito Grillo” que nos dice cosas en nuestro interior y que interfiere en nuestras decisiones.

Asimismo es preciso poner a trabajar de forma adecuada el “simulador mental” donde a través de imágenes y a modo de video-juego, fabricamos una proyección mental del futuro, de aquello que pensamos que va a suceder y que va a servirnos para buscar los recursos personales y elaborar los pasos a seguir, la manera de hacerlo, como prever posibles dificultades o contratiempos y estar preparado para afrontarlos si llega el momento. Pero a la vez el “simulador mental” puede ser un disparador de miedos, y de resultados fatalistas que limitarán nuestra capacidad de creación, y de respuesta correcta, sustituyéndola por otras estrategias ineficaces o contrarias a las deseadas.

Por último cuando los pasos anteriores no han limitado nuestros recursos y nuestras emociones son las adecuadas, estamos en disposición de tomar decisiones. Es muy importante no perder de vista, que en la toma de decisiones los factores emocionales van a tener un papel estelar, pues si no tenemos bien hecha las estrategias nos asaltaran las dudas, aparece el miedo o el temor a la pérdida y empieza el estrés que nos afecta entre otras  manifestaciones, dejándonos  con menor flujo sanguíneo la zona pre-frontal, que es la que más necesitamos para tomar decisiones, ya que allí están los centros nerviosos responsables de la creatividad, la iniciativa, la toma de decisiones etc.

Las oportunidades seguramente estarán y a veces las podemos tener delante de nuestros ojos e incluso rozarlas y no darnos por enterados de su presencia, otras se presentarán en distinta forma a la esperada inicialmente y no seremos capaces de relacionar o tener la capacidad de alerta para verlas o identificar su validez, para a través de la creatividad, transformarla para que sea realmente la oportunidad que necesitamos.

Conocer y gestionar adecuadamente todos los procesos cerebrales de forma individual, así como manejar adecuadamente las relaciones en todos los ámbitos van a ser determinantes para identificar y aprovechar las oportunidades y sobre todo en tiempos de crisis donde la necesidad de clarividencia y perspectiva ante las situaciones será de gran ayuda para poner en marcha cualquier proyecto.

En definitiva, hemos visto de forma superficial y rápida un esquema de pensamiento para poder estar en situación de alerta ante las oportunidades.

En el futuro a medio y largo plazo las empresas, necesitarán profesionales que además de aportar gran preparación técnica, sean capaces de tener un modelo de pensamiento que les haga gestionar y promover los cambios constantes en las organizaciones. Profesionales que estén alerta a las oportunidades que se presenten y tengan las competencias necesarias para transformarlas o adaptarlas, mediante fórmulas creativas para tomar decisiones correctas, en todo momento y en todas las situaciones.

¿Se puede aprender a cambiar el modelo  de pensamiento? La respuesta es afirmativa evidentemente, mediante el conocimiento y práctica de algunas disciplinas y materias que, favorecedoras del autocontrol y el autoconocimiento, podemos mejorar cualquiera de las partes del proceso que hemos visto. Mediante el conocimiento profundo de estos procesos y el uso de técnicas y herramientas podemos mejorar potenciar o cambiar algunos pasos del proceso para que el resultado sea el deseado.

En el futuro inmediato será crítico poseer este tipo de competencias y habilidades y es por ello que los programas de formación deberán incluir programas que aseguren la adquisición, fortalecimiento y desarrollo de este tipo de habilidades mediante disciplinas relacionadas con programación neurolingüística, técnicas de relajamiento y gestión del estrés, etc., que favorezcan el cambio en algunos procesos de pensamiento para estar preparados a las permanentes situaciones de cambio a las que ya nos estamos enfrentando.

Asimismo desarrollar a las personas en estas áreas contribuye  a la mejora de las relaciones interpersonales,  al entender y  practicar técnicas de persuasión e influencia útiles en la gestión de las relaciones en cualquier ámbito.

Estos planes de formación están dirigidos a los profesionales de cualquier organización y estamento dentro de la misma, para realizar la transformación y desarrollo de las personas que ayude a poner el foco de atención hacia un futuro con oportunidades reales y con viabilidad.

El pasado no podemos cambiarlo pero lo que es evidente es que hoy escribimos las líneas  de nuestro futuro. Las decisiones que tomamos hoy van a determinar el panorama al que nos enfrentaremos en el futuro. En las empresas, los profesionales que tomen hoy decisiones correctas con orientación adecuada y visión de futuro, son los que se encontrarán con las oportunidades y estarán en disposición de aprovecharlas.

“El futuro se construye hoy. Hay que buscar soluciones para crear la empresa de mañana”
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