“Más del 90% de las decisiones que tomamos son inconscientes” -Aldo Rustichini- (Profesor de Neuroeconomía Universidad de Cambridge).
Las personas que trabajan actualmente en las empresas, independientemente de la posición que ocupen, están cambiando. Algunos paradigmas de gestión, liderazgo, comunicación y otros, se han quedado anticuados. Creencias muy establecidas están dando paso, no sin ciertas dificultades, a otras formas de gestión y de actuación.
Las personas crecen en las organizaciones y estás con ellas. Estamos frente a importantes cambios y hay que estar preparados, la gestión de recursos humanos, los sistemas de dirección y retributivos se están quedando obsoletos.
Estamos pasando de modelos lineales y de control a otros más abiertos donde caben distintas respuestas. Se admite el error como parte de una oportunidad para aprender y desarrollarse, mejorando la innovación. Se contempla a la empresa como un organismo vivo, existiendo distintos tipos de relaciones, que funcionan al unísono o de forma independiente según el momento y la necesidad. Las personas y la relación entre ellas toman un mayor protagonismo.
Lo técnico no asegura el éxito, las competencias relacionales, las llamadas soft, resultan más importantes.
“En lo referente a la excelencia las aptitudes emocionales tienen el doble de importancia que las aptitudes meramente técnicas o intelectuales” -Daniel Goleman- (la práctica de la inteligencia emocional)
Es fundamental conocer cómo pensamos y cómo actuamos. Mente y cuerpo son uno sólo, lo que recibimos a través de nuestros sentidos, tiene respuesta en nuestros pensamientos y en nuestra actuación. Pero estos pensamientos y, por consiguiente, las respuestas que emitimos no son en su mayoría razonadas, se realizan de manera automática. Siempre hemos pensado que a las grandes decisiones directivas se llegan tras duras negociaciones y procesos muy razonados, pero la verdad es otra, se toman de manera inconsciente. Lo cual no significa que sean alocadas o que no estén basadas en elementos de juicio.
En muchas reuniones se acuerdan actuaciones que nunca se llevarán a cabo. Son acuerdos que se quedan en la superficie, que incluso parecen razonables pero que no calan en los individuos y no llegan, ni tan siquiera, a salir de la sala de reuniones.
Lo que en la superficie es un acuerdo brillante, en el interior es distinto y esto se traduce en que cada uno de los miembros realice una actuación diferente, no la esperada.
En ocasiones he asistido a reuniones donde después de haber invertido una cantidad importante de dinero en un sistema de gestión, por ejemplo un CRM (Costumer Relation Management), y llegar a un acuerdo de actuación y unos plazos de puesta en marcha, son los mismos firmantes los que lo boicotean y, aunque parezca mentira, no lo hacen siempre de una manera consciente.
Antonio Damasio, escribe “el cerebro creó al hombre” y es este el que controla nuestros pensamientos y actuaciones.
Conocer el cerebro, cómo funciona, saber qué decisiones serán seguidas con agrado y cuáles están llamadas al fracaso desde el momento que se plantean, es el sueño de cada uno de los directivos y de las personas que tienen a su cargo un equipo de trabajo. Pero no se queda ahí, saber cómo nos relacionamos con los demás, en qué medida podemos ser influyentes o ser influidos, son necesidades de las personas que sobrepasan los límites de las organizaciones y de los equipos.
Estudiar el cerebro, introducir la neurociencia en las empresas y entre los directivos, tiene que ser una práctica habitual. El desarrollo de técnicas cognitivas en las organizaciones debe ser un objetivo fundamental para facilitar la consecución de logros personales y de empresa, incentivar y fortalecer la innovación, mejorar la comunicación plena. Esto conseguirá una mejor y mayor identificación, de la persona y de los equipos con la empresa.
Hay una nueva forma de hacer, o quizá siempre ha estado ahí, de la que podemos adquirir conocimientos que nos reforzarán en todas las funciones que realicemos, independientemente de la posición que se desempeñe.
NEM, (http://www.neurocienciaempresaymarketing.es/wordpress/master/) Neurociencia Empresa y Marketing, es un grupo multidisciplinar, formado por profesores de distintas universidades, profesionales y empresarios: que combinando la experiencia académica e investigadora con la empresarial han desarrollado un Master Universitario en Desarrollo de Técnicas Neurocognitivas en Organizaciones Empresariales; Neuromanagement. Se impartirá en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) a partir de octubre.
Dada la importancia que tiene adquirir estos conocimientos en las empresas, se han creado, por parte de NEM una serie de seminarios a la medida de las necesidades de las distintas compañías. Por ejemplo, Neuroliderazgo, Neuroeconomía, Neurocomunicación, entre otros, para ser impartidos en las distintas organizaciones.
El conocimiento del cerebro, nuestros pensamientos, en que los que se basa la toma de decisiones, como actuamos o como nos comunicamos, son elementos fundamentales que las personas y las compañías precisan conocer. Profundizar en los principios y desarrollar las estrategias adecuadas, resultan primordiales para el correcto desarrollo de los colaboradores y de la empresa.