Azierta, organización de Consultoría y Asesoramiento en Ciencia y Salud, presentó el pasado 14 de noviembre sus nuevas oficinas de Barcelona, ubicadas en el Parc Científic de la capital catalana. Y lo hizo de la mejor forma posible, realizando una sesión de debate sobre el estado de nuestro sector y analizando las principales estrategias a seguir para afrontar los nuevos retos y oportunidades.
Ángel Navarro, CEO de Azierta, y César Molinero, socio-director de la misma compañía, fueron los encargados de explicar al amplio grupo de asistentes el porqué de la llegada de la firma a Barcelona, una razón que sigue el compromiso de Azierta con el sector, ofreciendo a sus clientes servicios especializados y productos de calidad, manteniendo una relación privilegiada con el resto de stakeholders, tanto públicos como privados.
Junto a ellos, Boi Ruiz, Conseller de Salut de la Generalitat de Catalunya, inauguró oficialmente la nueva sede barcelonesa de Azierta, deseando los mejores éxitos a la compañía y mostrándose convencido –a través de un juego de palabras- que es todo un “acierto la llegada de Azierta a Barcelona y a Catalunya”. Ruiz quiso destacar la “apuesta que Catalunya realiza por una industria como la farmacéutica, especialmente en su área de investigación y biomedicina, en una clara apuesta de futuro por un sector casi tan importante como el Turismo para nuestra Comunidad”. A su vez, el Conseller también enfatizó la necesidad de explicar bien al ciudadano la inversión pública en I+D, y solicitó la ayuda “de la inversión privada y la legislación estatal para poder desarrollar un sector tan importante como lo es el de la investigación. Al fin y al cabo, tanto proveedores como Administración deben buscar una relación de win-win”. Finalmente, Ruiz puntualizó que a día de hoy “la industria farmacéutica busca aumentar su tamaño de negocio, mientras que la Administración tiene como meta el reducir costes, posiciones que indudablemente crean un enfrentamiento”. Ante esta situación Boi Ruiz reclamó un esfuerzo a ambas partes para poder remar todos en la misma dirección.
Health Conversations
Tras la inauguración por parte del Conseller de Salut, Joan Heras, director médico de Almirall, Luis Rosado, jefe de Servicio Unidad Cuidados Intensivos Hosp. General Universitario de Alicante y exconseller de Sanitat de la Generalitat Valenciana, y Àlvar Agustí, director del Instituto del Tórax en el Hospital Clínic de Barcelona, fueron los encargados de llevar a cabo un intenso debate sobre el papel que debe asumir cada uno de los actores principales en el sector de la Salud: profesional sanitario, industria farmacéutica y Administración.
Agustí comentó la multitud de cambios que ha experimentado el sector de la salud en los últimos años, “ya sean referidos al cambio del valor social de la investigación, ya que ahora sólo con publicar resultados no basta, la investigación básica es necesaria pero no suficiente, y es que debemos lograr aplicaciones útiles con ella; así como también los cambios que hemos experimentado en la forma de informar e interactuar con el ciudadano, en los que los cambios en la tecnología han tenido mucho que ver en ello”. Con ello, Agustí quiso puntualizar que “la investigación tiene que ser buena para que se invierta en ella”.
Para Luis Rosado, “el modelo actual de Sanidad Pública no tiene futuro, y nadie ha hecho nada por cambiar dicho modelo”. En su opinión, “se han hecho ajustes y recortes, pero el modelo sigue siendo el mismo; y precisamente en investigación es donde menos ha cambiado”. Y es que para Rosado, “el modelo de investigación basado en exprimir algo que ya no da más de si es erróneo”, y puntualizó que “la transformación debe llegar en momentos de paz, ya que los cambios en momentos de crisis no llevan a ninguna parte”. A pesar de estos comentarios, Rosado no sólo culpabilizó a la Administración de la actual situación sanitaria en nuestro país, sino que también agregó que “la industria farmacéutica también debe cambiar”, haciendo hincapié en que “hay que investigar lo necesario, no investigar por investigar. La industria farmacéutica debe saber qué investigar, a partir de las necesidades de sus agentes de valor –pacientes, prescriptores, pagadores…-. Las nuevas moléculas sólo deben aparecer cuando sean necesarias”. A esta reflexión, Agustí planteó la duda de si lo que realmente debe cambiar es el objetivo final de la medicina, que actualmente “se basa en prevenir y curar enfermedades; quizás en ello radica el principal problema: tenemos un foco de trabajo que no es real”.
Joan Heras defendió el trabajo de investigación y progreso de la industria: “actualmente encontramos muchas moléculas innovadoras –demostrables"-, y remarcó que "tras los conocidos obstáculos que se han superado a la hora de investigar y desarrollar un fármaco, así como las decisiones científicas y de inversión a lo largo de 10 años (o más en muchos casos), nos encontramos con que las leyes del mercado han cambiado de repente y para muchas moléculas, el resultado de la investigación deja de ser eficiente para las compañías. Además, en la mayoría de casos, el nuevo fármaco se comercializa en un contexto en el que los medicamentos que se venían empleando para tratar una determinada dolencia están generificados y sujetos a un doble tipo de regulación de precios, precios menores por agrupaciones homogéneas y precios de referencia, lo cual genera una importante distancia con el innovador, que no lo tiene nada fácil, en un momento de fuerte presión por el control del gasto".
Una nueva investigación
Ante tales reflexiones, Luis Rosado respondió que la industria debe asumir cambios tales como “investigar de la mano de los hospitales”, algo que también defendió Agustí, quien solicitó que “la industria farmacéutica pregunte a los clínicos, a los médicos sobre sus necesidades y la de sus pacientes, ya que así lanzaremos al mercado productos para cubrir necesidades reales”. Rosado también abogó por “abaratar la producción en los procesos de la industria, darle mucha más importancia a la traslación i el diagnóstico individualizado y conseguir que las farmacéuticas sean socias de la Administración, estableciendo colaboraciones win-win y buscando auténticas relaciones de partenariado”.
Precisamente la necesidad de crear un marco de trabajo y un camino a recorrer de forma conjunta entre industria y Administración fue una de las grandes reflexiones de la sesión, juntamente con la necesidad de reenfocar la Sanidad “y orientarla al paciente”, como aseguró Rosado. Según él, “la relación de win-win existe, pero no se está llevando a cabo. Hay una necesidad de gestionar el cambio, pero el problema lo encontramos en cuando se intentan cambiar las cosas sin saber cambiarlas”. En referencia a esta última afirmación, Rosado se mostró crítico con la industria farmacéutica, asegurando que “no debería tener como primer objetivo el vender más cantidades de sus productos”, asegurando con ello que esta visión es la que evita, en gran parte, que la industria y la Administración establezcan relaciones de partenariado. Sea como fuere, esta sesión dejo muchas reflexiones interesantes, aunque la que más presente quedó en la retina de todos los asistentes fue la necesidad de establecer un camino conjunto entre industria, Administración y profesionales sanitarios, una relación que se prevé clave para que el futuro de la sanidad española se sitúe en el mejor escenario posible.
Tras este intenso debate, Ángel Navarro, CEO de Azierta, concluyó la Jornada, y en consecuencia la inauguración de la oficina barcelonesa de la compañía, agradeciendo la presencia al acto de todos los asistentes que se congregaron en el Parc Científic de Barcelona, en una tarde que, seguro, resultó muy interesante para todos ellos.
En el siguiente video podemos ver las principales conclusiones de cada uno de los protagonistas de la Jornada: