Las ciencias médicas evolucionan continuamente, y el 78% de los médicos declara dedicar más de 1h semanal a cursos de formación médica continuada (FMC) para mantenerse al día, llegando a superar las 5 horas el 22% de ellos (1). Es mucho tiempo invertido, al que se debe potenciar que tenga la mayor productividad posible, para que este aprendizaje se traduzca en un mejor desempeño de su práctica clínica.
Pero la memoria humana no es capaz de guardar toda la información que recibe, y en pocas horas ya recordamos menos de la mitad y 30 días después sólo el 10% de los conceptos aprendidos se ha podido consolidar y perdurará a largo plazo.
Conjuntamente con los recortes presupuestarios y el poco tiempo disponible para cada paciente, la inercia terapéutica en las intervenciones médicas que se han hecho siempre, puede llegar a motivar que para algunos parámetros clínicos menos del 30% de los pacientes tengan una correcta adherencia a las recomendaciones de las guias de práctica clínica (2), y que incluso cuando tras realizar intervenciones formativas, no se consiga que repercutan significativamente en el desempeño de los médicos (3) y disten de lo óptimo.
La neurodidáctica es la rama de la neurociencia que optimiza la enseñanza, y lleva dos décadas alineándola con lo que se va descubriendo sobre el funcionamiento del cerebro humano. Robustos estudios han identificado las estrategias más efectivas para poder llegar a dominar lo que se aprende, de forma duradera y asegurando que de los conceptos y protocolos se transfieran en beneficio de los pacientes, así que a partir de ellos expongo seguidamente las 5 tendencias más innovadoras aplicables a la FMC.
1. REPASOS ESPACIADOS
Un metaanálisis (4) evaluó 10 técnicas de estudio para identificar cuáles eran las más efectivas para recordar a largo plazo, concluyendo que las prácticas habituales para superar un examen (subrayar apuntes, releer los apuntes los días previos, hacer resúmenes, ...) sólo son válidas a corto plazo, pero no generan un recuerdo perdurable. Sin embargo, resultaron mucho más efectivas otras estrategias menos empleadas, como autoevaluarse con quizs de respuesta múltiple, repasar a intervalos crecientes y dilatados en el tiempo, e intercalar temas en cada sesión. La tecnología actual permite aplicar algoritmos adaptativos que personalizan más o menos repeticiones de cada concepto a las necesidades individuales de refuerzo de cada médico. Este proceso de revisiones constituye un entrenamiento neuronal que conduce incluso a engrosar el diámetro del axón de ciertos circuitos neuronales que, como los cables de banda ancha, mejora la agilidad con la que será aplicado el aprendizaje a los retos de salud de los pacientes. Estudios comparativos con el e-learning tradicional realizados en Harvard Medical School (5), comprobaron que los repasos espaciados mejoran un 30% el nivel de conocimientos, y se reducen un 40% los errores de adherencia a protocolos clínicos.
2. LEARNING BY DOING
La formación pasiva, como una ponencia magistral o leer temarios, se olvida en poco tiempo impidiendo alcanzar la transferencia práctica. En muchos casos puede ser simplemente un espejismo, asumir que el médico ha aprendido con la falsa prueba de haber superado un examen final de acreditación. En cambio, el aprendizaje experiencial obliga a tomar decisiones permanentemente, siendo una fórmula muy activa de procesar mentalmente los nuevos conocimientos, y generar con ello un buen recordatorio. Al resolver preguntas de autoevaluación, el médico reflexionará cada concepto, y con las correcciones aprenderá de sus errores, identificando lo que ya se domina, y lo que requiere aún esforzarse por retener en su memoria. Por otro lado, la facilidad de consulta rápida de la información que nos transmiten hoy en día los dispositivos móviles inhibe a la memoria de hacer el esfuerzo que requiere mantener juntas las conexiones neuronales que conducen hacia recordar un concepto; para paliar este efecto y mejorar la retención, proponemos un temario fugaz, que deba ser bien aprovechado para mejorar la autoevaluación mientras está activo.
3. GAMIFICAR ¡SIN ESTRESAR!
Sin motivación no hay aprendizaje, pero para aprender de verdad esta motivación debe ser más intrínseca por autosuperarse, que extrínseca por aspirar a un premio físico, hecho que facilitan los juegos con buenas dinámicas. Un metaanálisis (6) demostró que los videojuegos mejoran la retención (9%), los conocimientos (14%) y permiten sentirse 20% más capacitado que la formación tradicional. Son 17% más efectivos que una clase presencial, y 5% más que un debate. El ciclo adictivo reto-dopamina-logro, evita que se haga aburrido repetir impactos de los mismos mensajes hasta que se consoliden en la memoria y así se recuerden incluso 2 años después (7). Pero en caso que el juego genere al médico situaciones estresantes (ej: responder el máximo número de preguntas en 1 sólo minuto), no existirá un procesamiento reflexivo adecuado de los conceptos, y se segregarán hormonas y neurotransmisores contraproducentes para la adecuada codificación de los nuevos recuerdos en la memoria (8).
4. ACCESIBILIDAD MULTIENTORNO
Es fácil encontrar 15 min/día para interaccionar con una app de microsesiones formativas voluntarias, y es un intervalo eficiente para mantener una atención profunda que permita aprender mucho dedicando el mínimo tiempo. Si se dispone de un margen de tiempo amplio para encontrar la conveniencia de estos momentos, cada persona tendrá oportunidad de estar realmente concentrada, sin presiones exteriores o malestar, que en ocasiones puede encontrarse en un desplazamiento en metro o tomando de un café. Aprender en distintos entornos enriquece con múltiples matices inspiradores a los recuerdos generados, aumentando la probabilidad de su posterior recuperado, siendo de especial interés revisar los conceptos en los lugares similares al entorno real donde será aplicado el concepto aprendido. El conjunto de microsesiones no intrusivas en la vida cotidiana, aun cuando acumula más tiempo lectivo total que un curso tradicional, brinda la sensación de que la dedicación ha sido poca.
5. COMUNIDAD COLABORATIVA
No sólo los médicos que publican estudios tienen conocimientos interesantes a compartir con el resto. Pertenecer a una comunidad de aprendizaje donde intercambiar contenidos médicos de calidad, resulta una experiencia motivadora y disruptiva. Todo aquel que ha preparado una charla, sabe perfectamente que por más tiempo que pase difícilmente se le olvida lo que ha trabajado en profundidad, ya que requiere un ejercicio muy activo para analizar bien lo esencial del tema, y reflexionar detenidamente como exponerlo a fin de facilitar la comprensión a los compañeros. Es por este motivo que enseñar a otros constituye la base inferior de la famosa pirámide del aprendizaje de Dale a la que se atribuye un 90% de retención a largo plazo.
Cuando una sociedad médica, una universidad o un laboratorio farmacéutico diseña un curso de FMC, si realmente pretende que repercuta en la mejora de la práctica clínica de quienes lo realicen, no basta con que un experto elabore su contenido. Aprender de verdad requiere saber hacer digerible y aplicable toda la información expuesta, y los formadores de los profesionales del siglo XXI no es necesario que sean los más expertos, sino quienes mejor dominen como adaptar un temario a las estrategias que utiliza nuestro cerebro para aprender.
Bibliografía:
1. I Estudio iDoctus – SEMG “Hábitos digitales del médico general y de familia español” (N=450)
2. Actas Urol Esp. 2007;31(10):1148-1160
3. Emergencias 2010; 22: 331-337
4. J. Dunlosky et al. “Improving Students' Learning With Effective Learning Techniques” Psychol Sci Public Interest. 2013 Jan;14(1):4-58
5. Kerfoot “Durable improvements in prostate cancer screening from online spaced education a randomized controlled trial.” Am J Prev Med. 2010 Nov;39(5):472-8.
6. T. Sitzmann “A meta-analytic examination of the instructional effectiveness of computer-based simulation games.” Volume 64, Issue 2 2011 Pages 489–528.
7. B. Price Kerfoot “Learning Benefits of On-Line Spaced Education Persist for 2 Years”, The Journal of Urology, Vol. 181, 2671-2673, June 2009
8. npj Science of Learning (2016) 1, 16011;