La respuesta la intentaré ir explicando en este artículo, ya que no solo depende de un factor sino de varios factores. Lo primero es como lo define que es un investigador según el Real Decreto de Ensayos Clínicos del 2015: “Persona encargada de la realización del ensayo clínico en un centro de ensayos clínicos”. Puede ser Investigador principal, Investigador coordinador o Investigador colaborador.
Una de las actividades más importantes de un ensayo clínico es la selección del Investigador/res. La buena o mala selección de él/ellos repercutirá de una forma notoria en el éxito o no de la gestión del ensayo clínico. Hay una serie de puntos que voy a describir a continuación que deben intervenir en la selección:
1.- En primer lugar hay que hacer la lista preliminar de investigadores. Si la indicación está clara y concisa, es decir la enfermedad, se puede iniciar la búsqueda de los investigadores si no ha habido una experiencia previa con ellos de la misma área terapéutica. Para ello, se dispone de las siguientes fuentes de información:
1.1 Contactología – Networking. Utilizar los contactos, es muy útil para conocer los primeros nombres y a partir de éstos te indican de nuevos y vas ampliando progresivamente la lista.
1.2 Publicaciones. Lo ideal que los investigadores hayan publicados los ensayos clínicos en revistas con un factor alto de impacto y recientes. Pero no esto no siempre es así y en ocasiones, por ejemplo investigadores de países del Este o del Pacífico publican en revistas locales que no están indexadas y con el idioma del país.
1.3 La web Clinicaltrial.gov tiene al mes 3.5 millones de visitantes y están registrados la mayoría de estudios clínicos a fecha de 19 de Abril 2020, se han registrado 336.578 estudios clínicos. De ellos 264.769 (79%) son de tipo intervencionista y 70.311 (21%) son de tipo observacional. Solo 42.613 (12.6%) de los estudios han sido registrados los resultados. No se sabe cuántos del total de los estudios se han publicado. Cuando se registra un estudio hay un apartado para indicar el nombre del investigador y del centro sanitario, pero hay muchos promotores que no lo especifican.
1.4 Productos similares en la misma indicación. Revisar webs del promotor, noticias, informes Agencias Regulatorias, especialmente FDA y EMA.
1.5 Internet en general en webs del sector farmacéutico sobre todo de investigación clínica.
1.6 Congresos del área terapéutica de la indicación, es donde se comunican los primeros resultados de los ensayos clínicos en forma de comunicación oral o póster. También en Jornadas o Conferencias. Para conseguir nombres de investigadores, el promotor o la CRO colocan un stand en el congreso con la publicidad del ensayo clínico y que se necesitan investigadores, los participantes se acercan el stand y si están interesados, se apuntan.
LA CRO es una Organización de Investigación por Contracto (Contract Research Organization por sus siglas en inglés), la cual es una empresa que actúa de puente entre el promotor, el que contrata sus servicios, y el resto de actores que intervienen en la realización del estudio clínico, asumiendo varias responsabilidades técnicas y administrativas en nombre del promotor. Las CROs se han hecho imprescindibles porque tienen el “Know-How” de todas las actividades para la realización de un ensayo clínico.
Estos seis puntos son los que se tienen que considerar para tener la lista preliminar de investigadores. Hay una forma más sencilla de obtener esta lista que es a través de las CROs. Para asegurar que la lista es correcta puedes revisar a los investigadores con los seis puntos o confiar en la CRO. Mi recomendación es comprobar la información que sea actual y verdadera. Si es posible hablar con la persona que ha tenido la relación directa con los investigadores ya que los conoce personalmente y a su hospital. En una ocasión, había un investigador que estaba en la mayoría de ensayos y en las publicaciones, gracias a esta persona que me informó que la razón era que tenía mucha influencia política y como me dijo que era muy mal investigador, se decidió no seleccionarlo. Tuve muchos problemas con esta decisión, pero al final tienes que pensar cuál es el mejor investigador para el ensayo y decidir.
Para los promotores y CROs es muy útil la información pública que la FDA tiene en su web, una lista de investigadores descalificados y que están prohibidos o restringidos para realizar ensayos clínicos. Esta lista no la tiene la EMA ni otras Autoridades Regulatorias.
2.- Comprobar la lista preliminar de investigadores, ahora falta asegurar su idoneidad en su participación en el ensayo clínico mediante los siguientes puntos:
2.1 Revisar su CV y los CV de su equipo
2.2 Experiencia en investigación clínica (Certificado de Buenas Prácticas Clínicas)
2.3 Número e información de ensayos clínicos que ha participado y ha finalizado
2.4 Experiencia clínica de productos similares y en la indicación del ensayo
2.5 Lista de sus publicaciones
2.6 Centro de investigación hospitalario o atención primaria acreditado tanto las instalaciones como los servicios de otros departamentos
2.7 Datos epidemiológicos de la indicación documentados y contrastados
2.8 Si ha tenido una inspección y/o auditoria con sus informes
2.9 Información no confidencial de los ensayos en curso
2.10 Remuneración económica
Parte de esta información, se puede conseguir con recursos internos de la compañía o te la proporciona las CROs en sus estudios de viabilidad (feaseability) que la consigue contactando con el investigador mediante una llamada telefónica o videollamada, habitualmente son sin coste. Los objetivos son conseguir la máxima información del investigador y su centro de investigación y convencer al promotor de que la CRO es óptima para el proyecto y pueda presentar una propuesta. Como he comentado anteriormente, siempre hay que comprobar la información presentada por la CRO. Al final se tiene una lista de investigadores e información comprobada de los mismos, por lo tanto hay que hacer la selección definitiva de los investigadores.
Una vez se ha decidido que CRO va a gestionar el ensayo clínico, una de sus prioridades es tener la lista de investigadores definitiva, la única vía de comprobar la información por parte del promotor es participar activamente en las visitas in situ de pre cualificación a los investigadores y a los centros de investigación con la CRO. Se reúnen con el investigador y se utiliza un cuestionario específico para recabar toda la información de él y de su centro de investigación.
Hay que ser muy cauteloso y conservador con los datos epidemiológicos. El investigador deberá ser capaz de demostrar (p.e. basándose en datos retrospectivos) su capacidad para reclutar el número requerido de sujetos adecuados, dentro del periodo de reclutamiento establecido. Voy a explicar un caso práctico de un ensayo en 7 unidades de quemados en España acreditadas por el Ministerio de Sanidad. Hay 120.000 pacientes con quemaduras al año, de éstos 5.500 precisan ingreso hospitalario. Los 7 investigadores afirman que de éstos tienen 1600 pacientes al año.
Hay que restar los que tienen > 30% de superficie quemada un 30% (480), los que no cumplen los criterios de inclusión/exclusión un 30% (480) y los que no quieren participar un 20% (320), por lo tanto quedan 320 pacientes para ser reclutados al año o sea 26 por mes y como se necesitan 78 pacientes, la inclusión se podrá finalizar en 3-4 meses. La realidad fue que se necesitaron 11 meses y aumentó el coste total un 20%. Para conseguir el ensayo a su servicio, los investigadores hacían muy atractivos los datos del posible número de pacientes/mes que se podían incluir 26 pacientes/mes, pero la realidad fue otra 7 pacientes/mes.
A tenor de mi experiencia con muchos investigadores de diferentes especialidades médicas nacionales e internacionales, los he dividido en tres tipos:
1. Investigadores científicos: son aquellos a los que les interesa el beneficio a los pacientes, la publicación, el prestigio y la relevancia científica, el producto, la innovación y no es importante la parte de la remuneración económica.
2. Investigadores “scientific business oriented”: son aquellos que le dan más importancia a la parte de la remuneración económica que a lo científico
3. Investigadores científicos “scientific business oriented”: son aquellos que le dan la misma importancia a lo científico como a lo “scientific business oriented
Se ha de intentar averiguar qué tipo de investigador es, ya que la relación profesional que se establezca y la motivación de participar en el estudio puede ser muy diferente.
También he clasificado a los investigadores según su especialidad mèdica. Esto puede servir para estar más alerta cuando la especialidad médica de la indicación del producto que se va realizar el ensayo clínico, los investigadores son muy malos. En el colectivo médico se comenta que hay especialidades médicas que “les quema el lápiz”, en el argot médico significa que escriben poco en la historia clínica del paciente, siendo los cirujanos los que escriben menos. Esta característica puede tener su importancia cuando el monitor quiere contrastar la integridad de los datos del cuaderno de recogida de datos con los de la historia clínica. Según mi experiencia los investigadores son:
Muy malos: Cirugía General, en especial Traumatología y Cirugía Plástica
Malos: las Médico-Quirúrgicas como la Urología, Ginecología y ORL
Normal: Dermatología y Medicina Familiar
Buenos: Medicina Interna
Muy buenos: Cardiología, Oncología y Reumatología
Es importante asegurar y comprobar que el investigador va a cumplir con sus responsabilidades según la normativa de Buena Práctica Clínica (BPC) de obligado cumplimiento. La AEMPS, en el “Documento idoneidad del investigador” (Versión 10, de 17 de diciembre de 2018), solicita que se adjunte un currículum vitae actualizado que acredita su formación en los principios de buena práctica clínica, su experiencia profesional en ensayos clínicos y atención al paciente.
Finalmente, como conclusión se ha de buscar, encontrar y evaluar toda la información del investigador, averiguar la motivación de su participación y seleccionar a los mejores investigadores. En el caso de que aparezca un dato o señal de alarma de algún investigador es mejor no seleccionarlo, ya que un factor muy importante que va a influir en el éxito del ensayo clínico va a ser una buena selección de los investigadores.