El incremento de asistentes a congresos dedicados a la farmacia comunitaria ha ido aumentando año tras año, muestra clara de que la farmacia ha ido evolucionando hacia un modelo de prestación de servicio, monitorización y consejo al paciente. En esta evolución, los complementos alimenticios aunque a veces ignorados, cobran especial importancia porque en muchos casos son los acompañantes ideales en este proceso.
En un periodo relativamente corto la farmacia ha experimentado un cambio más que evidente, hemos visto cómo el mostrador ha abandonado la primera línea al frente de la farmacia para dejar espacio a estanterías donde mostrar productos de libre recomendación de todo tipo. Esto a su vez ha obligado al personal de farmacia a abandonar el modelo de prescripción reactiva a favor de una recomendación proactiva y un contacto cercano con el paciente. La farmacia comunitaria es quizás el mejor ejemplo de este cambio de paradigma, puesto que este tipo de farmacias ha sabido abrazar el cambio. Gracias a una orientación asistencial del personal de farmacia junto a una cartera de prestación servicios, ha sabido adaptarse a los cambios que ha sufrido el sector en los últimos años. Pero no todo son buenas noticias.
Si bien el interés por tratamientos naturales y los complementos alimenticios está creciendo de forma imparable por parte del público en general, como lo demuestra un crecimiento medio del 5´7% en los últimos 5 años, en muchos casos el conocimiento acerca de éstos tanto por pacientes como en farmacia no es el apropiado y la capacidad de recomendación cruzada muchas veces no está a la par del incremento en la demanda de estos productos.
Con un ejemplo las cosas se entienden mucho mejor. Si antes de la pandemia quedaban dudas acerca de la importancia de la farmacia comunitaria como centro de atención e información cercano, estas dudas deberían haber desaparecido de golpe, al menos eso espero. Pero si bien es cierto que cada vez más, la farmacia, ha incorporado la prestación de servicios sanitarios con protocolos e instrumentos para monitorizar, analizar y aconsejar a los pacientes en su rutina, muchas veces una vez detectado un problema, se carece del conocimiento suficiente sobre el amplio abanico de soluciones que se pueden ofrecer. Sin ir más lejos durante el confinamiento las farmacias han sufrido un auténtico aluvión de consultas acerca de qué nutrientes fortalecen el sistema inmunitario, un claro ejemplo han sido los stocks de Vitamina C que han rozado el límite durante los primeros días de la pandemia. Yo mismo debido a mi puesto, he recibido múltiples consultas de equipos farmacéuticos e impartido “webinars” acerca de este tema. Gracias a esto, he podido intuir que quizás más allá de los complementos alimenticios más comunes como la vitamina C, existe cierto desconocimiento del verdadero potencial que muchos complementos nutricionales poseen. Siguiendo con el ejemplo anterior, muchas farmacias desconocían ciertos aspectos de la función protectora frente a patógenos de nutrientes tan importantes como el Selenio y el Zinc, ambos además con un déficit claro en la dieta.
¿Es importante que el equipo de la farmacia esté correctamente formado acerca de los complementos alimenticios de que disponen? Sin duda, pero el motivo es más extenso de lo que podríamos pensar. Muchos de los complementos alimenticios presentes en la farmacia son productos ideales para añadir valor a la prestación de servicios, ya que gracias a la recomendación cruzada de complementos alimenticios podemos dar un paso más en el consejo farmacéutico, puesto que de este modo, a la prestación del servició le sumamos el valor añadido de tener la capacidad de recomendar productos que puedan prevenir la evolución de una patología e incluso prevenirla.
Un ejemplo perfecto para ilustrar lo comentado hasta ahora es el del consejo farmacéutico del paciente diabético. En un día el número de pacientes con esta patología que pasan por la farmacia es elevado, puesto que por desgracia la tendencia en esta enfermedad es alcista. El consejo farmacéutico típico con este tipo de pacientes abarca la concienciación de la propia enfermedad, consejos nutricionales como sustituir el azúcar por otro tipo de edulcorantes naturales, cuidado de la piel y boca así como consejo acerca del control de la medicación y los niveles de azúcar. Lo que muchas veces pasa desapercibido es que junto a los diferentes tipos de consejo farmacéutico que se puede brindar al paciente diabético, existe una amplia gama de complementos nutricionales que puede ayudar de forma significativa a reducir el riesgo inherente de esta enfermedad a padecer complicaciones y por ende a mejorar la calidad de vida del paciente. El pie diabético es una manifestación muy común de la diabetes que suele pasar desapercibida, en especial en pacientes de edad avanzada. Afortunadamente cada vez más farmacias abordan este problema, no en vano existen protocolos de actuación frente a estos casos, instaurados en varias farmacias. Algunos de los cuales yo mismo he tenido el placer de ver funcionar en persona. Es obvio que lo primero que se debe hacer es explicar a nuestros pacientes la posibilidad de padecer esta complicación y dar instrucciones claras de cómo prevenir y tratar su aparición. Lo que no es tan obvio es que en la propia farmacia se tienen otras herramientas que pueden ser realmente útiles en el tratamiento de úlceras y que o bien por descuido o bien por desconocimiento no se incluyen en el consejo al paciente. De hecho, una de las causas del pie diabético junto a la perdida de sensibilidad es la mala circulación y es muy probable que en la farmacia existan complementos alimenticios que muestran gran eficacia mejorando la circulación sanguínea en pacientes diabéticos, como por ejemplo el ginkgo biloba con sus flavonas y lactonas de terpeno o bien el extracto de corteza de pino rico en procianidinas, que gracias a su efecto en la circulación favorecen la curación del tejido dañado. Tampoco hay que olvidar que el paciente diabético tiene un alto riesgo cardiovascular debido a la tendencia de padecer hipercolesterolemia. En una farmacia media encontramos una gran variedad de productos que pueden ayudar a estos pacientes a mantener una correcta salud cardiovascular, como bien pueden ser los aceites de pescado rico en omega 3 o la levadura de arroz rojo. En caso de ya estén en tratamiento con estatinas, una recomendación importante es la coenzima Q10 que entre muchas de sus funciones está la de evitar el daño muscular derivado de la toma de esta medicación. Sin olvidar que es un potente cardioprotector.
Es importante también recordar que aparte de tratar, los complementos alimenticios pueden ayudar a prevenir enfermedades, como es el caso del paciente prediabético. En campañas de control de azúcar, es rara la vez que no se detecta un paciente con unos niveles de azúcar sanguíneo que concuerdan con un claro caso de prediabetes, no es casualidad que uno de cada dos diabéticos no sepa que lo es. El problema aparece cuando una vez detectado el problema nos damos cuenta de que las herramientas de las que disponemos para ayudar son escasas. Por supuesto, podemos aconsejar nutricionalmente al paciente y advertirle sobre los peligros del sedentarismo, pero si se quiere complementar el consejo clásico con alguna ayuda extra para mantener los niveles de azúcar dentro de un rango aceptable podríamos llegar a pensar que tenemos poco que ofrecer. Afortunadamente no es así, si bien las opciones siguen siendo escasas tenemos a nuestro disposición complementos ricos en cromo orgánico que favorecen la sensibilización celular a la insulina, ayudando al paciente a mantener unos correctos niveles de azúcar previniendo o bien retrasando el debut de la enfermedad. En este caso concreto, el complemento y el servicio de control de azúcar trabajan juntos favoreciéndose el uno al otro formando una sinergia muy interesante.
En no pocas farmacias he observado que muchas veces instrumentos para el control de azúcar así como de colesterol y otros parámetros están infrautilizados. Los motivos pueden ser muchos pero si empezamos a relacionar la realización de controles con la opción de ayudar activamente con la prescripción de un complemento, la mentalidad del propio equipo de farmacia experimenta un cambio considerable. Puesto que de esta forma no serán simplemente meros informadores sino que tendrán la capacidad de actuar de inmediato y ayudar al paciente con el problema que tenga. Así se crea una relación recíproca entre la prestación de servicio y la recomendación cruzada que favorece que el equipo ofrezca más al paciente la posibilidad de realizar controles de azúcar, colesterol, etc. Además, por otro lado se incrementará el interés por conocer las diferentes opciones de recomendación cruzada de los productos disponibles en la farmacia por parte del equipo de farmacéutico.