Como bien sabemos todos, la pandemia de la Covid-19 está causando estragos en la economía española y, especialmente en el sector terciario. Si bien el número de turistas ha decrecido de manera significativa, también lo han hecho, proporcionalmente, los ingresos que suponían para nuestra economía, afectando a las oficinas de farmacia cuya facturación principal provenía de este público.
En el primer semestre del año España ha perdido 27 millones de turistas y, como consecuencia directa, ha dejado de ingresar 28.400 millones de euros. Hay que destacar que el gasto que realizaban en nuestro país, además de incluir alojamiento, manutención, etc., también repercutía positivamente en las oficinas de farmacia al adquirir, principalmente, productos de parafarmacia (protectores solares, repelentes de insectos, alta cosmética, etc.) así como especialidades farmacéuticas de venta libre (analgésicos, antihistamínicos, etc.).
Muchas son las farmacias situadas en las calles más emblemáticas de las grandes ciudades o en los paseos marítimos de nuestros pueblos costeros que esperan los periodos vacacionales con entusiasmo ya que saben que es la temporada del año en que su facturación se incrementa considerablemente permitiéndoles subsistir el resto del año para cerrarlo con resultados positivos. Pero este año ha sido distinto, aquellas oficinas de farmacia que viven mayoritariamente de los turistas extranjeros se han visto sorprendidas por la pandemia, y es que ya lo dice el refrán popular “no pongas todos los huevos en la misma cesta”.
Recordemos que la oficina de farmacia, aun siendo un establecimiento sanitario, no deja de ser una empresa privada que, como cualquier otra, necesita un resultado positivo en sus cuentas para que el negocio sea viable. Por lo tanto, desde el punto de vista empresarial se necesita diversificar el origen de los beneficios, es decir, no se puede correr el riesgo de que todos o la mayoría los beneficios sean aportados por un solo cliente, o en este caso por un solo colectivo. Imaginemos una cafetería que solo tiene un cliente, muy buen cliente, pero sólo uno, el negocio da resultados positivos, pero ¿qué sucedería si este único cliente dejase de consumir en la cafetería? El negocio pasaría a tener facturación nula y por tanto un resultado negativo en sus cuentas no siendo viable su continuidad.
En línea con lo anterior, en el tema que nos ocupa ha sucedido algo similar, todas aquellas oficinas de farmacias que apostaban únicamente por el turismo extranjero se han visto gravemente perjudicadas dejando de percibir la mayoría de sus ingresos. Este hecho ha llevado a situaciones poco habituales en el sector, como expedientes de regulación de empleo o farmacias cerradas por vacaciones en plena temporada. Además, destacar que todas aquellas farmacias que habían preparado su stock para cubrir el sell-out de la temporada, se encuentran sobre estocadas, lo que repercutirá negativamente en el mercado Consumer Health de cara al próximo año ya que la farmacia mantendrá las existencias de esta temporada.
Y es que para que esto no suceda tenemos que diversificar el origen de nuestra facturación. Si tenemos una oficina de farmacia en una calle concurrida por turistas o en el paseo marítimo de un bonito pueblo la lógica nos dice que debemos explotar este mercado, pero no debemos olvidarnos que existen otros muchos que nos pueden aportar una facturación extra o ayudarnos a mantener la viabilidad del negocio en situaciones inesperadas como la que nos encontramos. De esta manera si una de las patas falla, siendo en este caso el turismo extranjero, tendremos otras que nos mantendrán el resultado positivo del negocio, ya sea potenciando el público local, fomentando acuerdos con residencias o clínicas veterinarias. etc.
En conclusión, la falta de turismo extranjero nos ha hecho despertar y ver que no podemos depender únicamente o en gran parte de una sola vía de ingresos. Seguramente muchas oficinas de farmacia se han dado cuenta demasiado tarde y necesiten redirigir el rumbo de su negocio buscando otras vías de facturación alternativas de manera rápida; algo difícil y lento si lo que nos motiva a hacerlo es la situación actual derivada de una pandemia.