A día de hoy todos conocemos los síntomas de la covid-19. Quien presente fiebre, tos o cansancio corporal, debe consultar a su centro sanitario respecto a cómo proceder. Pero ¿qué otros efectos hay detrás de esta pandemia? Y, ¿cómo pueden estos afectar al entorno de trabajo?
Nos encontramos transitando una nueva normalidad, en donde las pautas están en continuo cambio, no son estáticas. A su vez, en la industria farmacéutica el miramiento es aún mayor, las expectativas ante una nueva vacuna, la constante producción de fármacos para alcanzar la cura, ponen bajo tela de juicio el trabajo del sector.
El miedo al contagio, el aislamiento por un caso cercano que resultó positivo, el estrés causado por la incertidumbre, entre otros, son efectos con los que lidiamos diariamente, aún sin habernos contagiado.
Estas cuestiones nos atraviesan transversalmente, y el foco con respecto al trabajo es de gran importancia, ya que nos situamos frente a muchos cambios.
La primera cuestión a tener en cuenta es lograr mantener un espacio laboral que cumpla todas las normas de distancia e higiene. De ser posible, lograr una rotación de la plantilla entre teletrabajo y trabajo presencial, fomenta la seguridad dentro de la empresa.
Extenuar las medidas de seguridad es la base para reducir los efectos no deseados, y entre ellos el miedo al contagio. El problema es que, a pesar de todas las medidas, en muchos casos no es suficiente.
La clave para poder sobrellevar el trabajo en este tiempo es la plasticidad y la resiliencia.
Debemos lograr estar abiertos a adaptarnos a nuevas formas de trabajar y al continuo cambio, como receta para reducir la incertidumbre y estar siempre en la cresta de la ola.
Lo que en su momento fue una reunión con un cliente, hoy puede ser un café virtual. La visita a la empresa hoy es un vídeo desde nuestras casas. El uso de videoconferencias y diversas aplicaciones para tener reuniones online son ahora parte de nuestro día a día. Lograr adaptar estructuras de eventos presenciales de meses de planeamiento a eventos virtuales es de lo más habitual hoy en día. Incluso la forma que tenemos de saludar ha cambiado radicalmente; los hay que prefieren chocar con el codo, otros simplemente hacen un gesto con la cabeza, mientras los más cariñosos se llevan la mano al corazón en señal de aprecio. Lograr explotar las nuevas metodologías nos permite afrontar la nueva normalidad de la manera más exitosa.
A su vez, tener la capacidad de salir fortalecido de distintos escenarios resulta también una demostración de éxito frente a las adversidades. La capacidad de resiliencia es de suma importancia en el presente fluctuante que nos encontramos, ya que la industria y la economía tal como las conocíamos, no existen más. La atención debe ser puesta en la construcción del futuro y de qué manera podemos tomar ventajas ante una situación inevitable y generalizada.
De esta forma, el foco se deposita en el éxito del trabajo y la superación frente a las distintas situaciones. Quien logre ser asertivo será el vencedor de los efectos de la covid-19, aun no habiendo contraído la enfermedad.