En la actualidad dos grandes industrias de la salud conviven en el mercado. La medicina tradicional de las grandes farmacéuticas, junto con los herbolarios que ofrecen remedios más naturales. Los dos sectores suelen tener un público fiel el uno o al otro, sin embargo, cada vez más, se incrementan los usos complementarios, entre estos dos sectores, con todos los pros y contras que ello conlleva.
Cuando me ofrecieron escribir un artículo, tenía varios temas que quería tocar, pero para el mismo, no tenía la opinión que ahora tengo sobre la medicación y todo lo que conlleva lo químico de los laboratorios farmacéuticos tradicionales, cuando interactúan con otros tratamientos naturales. Soy muy partidaria de lo natural, de lo ecológico,
Mi opinión será lo más objetiva posible, pues si bien es cierto que la industria farmacéutica actual, es un gran lobby que pretende eclipsar todo tipo de alternativas naturales, no hay que olvidar, que ha salvado miles de millones de vidas, especialmente a partir del año 1928, donde la población mundial era de 2000 millones, es decir, una cuarta parte de la cantidad actual en 2021, donde superamos los 8000 millones de habitantes.
Con el descubrimiento de la penicilina a través del premio nobel Alexander Fleming, se inició con ello, la fabricación masiva de antibióticos, que han permitido tratar la mayor parte de las infecciones, y que muchas de estas, antes de la existencia de la penicilina, acaban con la vida de muchas personas y reducían en décadas la esperanza de vida de las mismas.
Pero ya que creo que tengo ser honesta conmigo misma, y hablar de lo que realmente estamos viviendo en la actualidad, me doy cuenta de que se están fraguando a gran velocidad grandes cambios en el mundo, podría ahondar mucho en este punto, pero mejor vamos directo al tema.
El uso de remedios naturales y sus interacciones con la medicina tradicional, sus efectos secundarios, a pesar de todo, yo me decanto en mi vida personal y profesional, por las opciones más naturales y sanas. Pero soy consciente de que lo natural también puede ser tóxico y no inocuo.
¿Pero es consciente la población, de cómo hacer uso de las medicaciones naturales?
Pretendo aportar mi opinión y reflexión, siendo lo más objetiva posible, y sin caer en ningún tipo de dogma, bajo mi experiencia personal.
Uno de los grandes cambios que estamos viviendo en el mundo actual es la alimentación, las personas se están concienciando, y optando por opciones más naturales, sanas y ecológicas. Este tipo de cambio, aparte de beneficiar a la salud, lo hace también, con el medio ambiente, y los productos de proximidad. Desde mi punto de vista esto es maravilloso, ya que de este modo, adoptan un estilo de vida más saludable. Con ello podemos combatir un sinfín de enfermedades como; enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, sobrepeso.
Asimismo hay personas que están implantando más en sus dietas, complementos naturales, a la vez que hacen uso de la medicina tradicional. Hay cada vez más productos naturales en el mercado, porque cada vez más, la gente opta por ellos.
Sé que es un cambio lento e incipiente, y que hay principios activos más elaborados, pero hay avances en el día a día para conseguir llevarlos de forma natural al gran público.
No obstante las personas, no están informadas y no son conscientes de los efectos secundarios, cuando se mezcla lo que es la medicina natural con la tradicional.
Del mismo modo que no son informadas, que hay un sinfín de alternativas naturales.
Desde mi perspectiva, en las consultas con mis pacientes, la mayoría de ellos venían ansiosos para perder peso, independientemente del método empleado, buscando la inmediatez en los resultados.
A raíz de ello, pude observar, que los que tomaban complementos naturales, no bajaban de peso tan rápido como los que tomaban el Picolinato de Cromo, por ejemplo, pero por otro lado las personas que complementaban su dieta con lo natural, y con el menú saludable, se sentían más sanos y con menos patologías.
Asimismo, los pacientes que utilizaban métodos de adelgazamiento tradicionales, con principios activos químicos, buena parte de ellos, llegaban a la consulta, dos semanas después, aquejados por efectos secundarios como: Ansiedad, insomnio, estreñimiento, dolor de cabeza, añadiendo además, anemia, fallo renal, hemólisis y problemas hepáticos cuando el uso era prolongado y no se administraban las dosis recomendadas.
Según mi experiencia, el Picolinato de Cromo en la dieta de adelgazamiento, hacía el mismo efecto que la levadura de cerveza o un buen plato de brócoli, aliñado con tomillo y pimienta negra, ya que con esto ya tienen las dosis necesarias de Cromo para su dieta, eso según la elección de cada paciente. Dada mi relación profesional, tanto en el sector natural como el tradicional, he podido observar que las personas no están informadas. Es bastante común, entre la población, creer que las plantas medicinales no pueden tener efectos secundarios o perjudiciales.
A pesar de todo, actualmente está siendo cada vez más amplio el uso de alternativas naturales en diversos países, conduciendo ello, a un incremento de casos mortales.
Ante estas circunstancias surge la pregunta. ¿Cuál debe ser la estrategia sanitaria, para lograr una adecuada implementación de la medicina tradicional, sin incrementar problemas a los pacientes, entre ellos, la muerte?
Es cierto que informamos al cliente sobre como tomarlo, pero una vez, que están en su casa, buena parte de ellos, no siguen el programa redactado por el profesional. Causando con ello, el tener una falsa percepción de saber las dosis que le ayudarán a adelgazar de forma rápida, cometiendo así, la imprudencia de automedicarse, un hábito muy peligroso, que asciende año tras año, actualmente vemos una inmensidad de este ejemplo en las redes sociales, y con todo el peligro que ello conlleva.
Estos malos hábitos, relacionados con la inmediatez de los resultados, las informaciones falsas que hay circulando en las redes, empresas de complementos alimenticios piramidales, que no hacen otra cosa que vender al cliente lo que quiere escuchar, sin saber que patología tiene, o si se medica de forma habitual por cualquier tipo de tratamiento que pueda interactuar negativamente con el consumo de dichos productos. Prefiriendo buena parte de ellos, por tanto, la inmediatez de los resultados, así como todos los riesgos que ello conlleva, en lugar de hacer las cosas de forma correcta, asegurándose por un profesional.
¿Y las interacciones que puede sufrir un paciente si mezcla, estos tipos de complementos naturales, con los medicamentos tradicionales?
¿Quién estudia estas interacciones de los productos naturales? ¿Los herbolarios?
Hay casos documentados, donde han fallecido personas, debido a que los suplementos de ginkgo biloba, que tomaba para mejorar la función cognitiva, inhibieron el efecto de los anticonvulsivos que tomaba. Otra mujer de 70 sufrió un infarto. El té verde que tomaba cada día, le afectó a la función de las estatinas, provocándole la muerte.
Se desconocen muchas de las alteraciones que puede provocar. Hay evidencias, de afectaciones cardiovasculares, al igual que las interacciones que de los tratamientos en pacientes psiquiátricos provocan, ya que en muchos casos, lo complementan con tratamientos naturales, y ello puede conllevar efectos importantes en los antidepresivos, los antirretrovirales, los antiepilépticos o los tratamientos para enfermedades cardiacas. Hay conocidos remedios naturales, como la hierba de san Juan, que han sido utilizadas para combatir estados depresivos. En cambio se han documentado interacciones peligrosas reduciendo la eficacia de fármacos anticoagulantes como la warfarina, y muchos otros como los anticonceptivos, las estatinas, antihistamínicos, retrovirales contra el VIH, y un largo etcetera de posibles interacciones negativas con otros fármacos.
En definitiva, sabemos que los medicamentos naturales tienen una eficacia más lenta y son menos eficientes en algunas dolencias, como infecciones más avanzadas, y también sabemos que mezclar medicina natural, con fármacos tradicionales, es una temeridad.
Lo que está claro, en mi opinión es, que las evidencias científicas no llegan a la población.
Actualmente, nuestra sociedad, está sumida en un mar de dudas, antes de internet debido a la falta de información, y con la aparición de las redes sociales, hemos pasado al extremo contrario, la infoxicación, afectando dicho problema a multitud de campos, y con ello, evidentemente, el de la salud.
El mundo necesita una corrección, aumentando los fondos en la investigación, y paralelamente, haciendo pedagogía de los resultados, al consumidor final.
Para concluir, hay que elaborar, y trazar nuevas estratégicas y vías en el sector sanitario, establecer una metodología sanitaria, ampliando el punto de vista, respecto de la medicina alternativa, así como la medicina natural complementaria.