No sorprenderé al lector si digo que la palabra complemento alimenticio ha estado asociada largo tiempo, en el imaginario colectivo, a substancias que solamente son útiles en casos de alimentación poco equilibrada y que además no suelen dar grandes resultados.
Afortunadamente esta concepción de los complementos alimenticios ha ido cambiando con el tiempo.
Entre los posibles motivos que han motivado este cambio hay algunos de tanto peso como el cambio de paradigma en cuanto estamos evolucionando de un concepto pensado en tratar la enfermedad a un nuevo enfoque donde buscamos el tratamiento de la salud, resumido en una palabra, la prevención.
Otro motivo importante es el crecimiento constante de evidencia científica de primer nivel que acompaña con más frecuencia la complementación alimenticia. El incremento en el consumo de complementos alimenticios, afortunadamente ha ido acompañado, en paralelo, por un aumento de estudios científicos, lo que en la práctica se ha traducido en un volumen mucho mayor de evidencia científica, esto ha permitido ver cosas que hace apenas una década nos hubiesen parecido imposibles. Como por ejemplo hemos podido ser testigos de cómo un complemento alimenticio se ha convertido en un medicamento huérfano por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en el tratamiento de una enfermedad rara.
Ya hace tiempo que se sabe que el único tratamiento para ciertas enfermedades raras es tratar el paciente con algún tipo de complementación alimenticia, por ejemplo, el tratamiento indicado para la ataxia con deficiencia de vitamina E, es obviamente la complementación con altas dosis de vitamina E de por vida.
Pero como he escrito más arriba, existe otro caso mucho más reciente en el que se ha probado eficaz el uso de un complemento alimenticio en el tratamiento de una enfermedad rara, me refiero al tratamiento con ubiquinol en pacientes que sufren deficiencia primaria de Q10. Esta es una enfermedad rara grave que ocasiona alteraciones musculares, del sistema nervioso y renal, y que puede llegar a causar fallos de otros órganos. Es una patología causada por mutaciones en los genes encargados de la síntesis endógena de la coenzima Q10, una sustancia esencial en la producción de la energía y en el sistema de defensa antioxidante, ambos procesos claves para el correcto funcionamiento del organismo.
La coenzima Q10 por su parte existe en dos formas en nuestro organismo la forma oxidada o ubiquinona y la forma reducida o ubiquinol. En este caso los investigadores Plácido Navas y Rafael Artuch investigaron los posibles beneficios de la suministración en pacientes de la forma reducida. La parte clínica se realizó en el Hospital Sant Joan de Déu donde los resultados positivos en cuanto a la mejoría de los síntomas en los pacientes tratados, permitió que la EMA considerase el complemento alimenticio de Ubiquinol usado en el estudio como medicamento huerfano.