La salud basada en resultados es un término introducido por Michael Porter que hace referencia a un modelo en el cual los proveedores de salud reciben un pago en función de los resultados obtenidos en los pacientes.
Como hemos venido observando en los últimos tiempos, la esperanza de vida en los países desarrollados es cada vez mayor alcanzando los 81 años de media en Europa según los datos del INE de 2018. Sin embargo, este aumento de la esperanza de vida suele venir acompañado de un incremento de las enfermedades crónicas y la carga asistencial que esto implica. Esto hace que sea cada vez más necesario optimizar los procesos asistenciales y hacerlos más eficientes y, para ello, la salud basada en resultados desempeñará un papel fundamental en el futuro próximo.
Estos resultados se miden en base a la mejora en la salud de los pacientes, la reducción de los efectos y la incidencia de las enfermedades crónicas, y la mejora de su calidad de vida, todo ello basado en la evidencia. Por tanto, la gran diferencia con respecto al modelo actual es que no se centra en el proceso sino en el resultado, y que pone al paciente en el centro.
Para que este modelo funcione es fundamental medir estos resultados en los pacientes y compararlos con el coste que suponen, con el fin de lograr procesos más eficientes. En este sentido, este modelo ya está mostrando resultados prometedores en beneficio del paciente, a la vez que reduce el gasto sanitario, como se puede observar en la revisión bibliográfica: Value-Based Healthcare in Urology: A Collaborative Review. Esto permitiría, por ejemplo, promover una rápida recuperación y una mejora en la calidad de vida, reducir las visitas al médico y el gasto en tratamientos.
En este sentido, uno de los métodos que más se está empleando para la medición de resultados en este modelo es la recogida de datos directamente del paciente a través de los PROMs (patient-reported outcome measures) y PREMs (patient-reported experience measures). Estos formularios son de gran utilidad en la medicina basada en resultados ya que permiten centrarse en el paciente a través la información que estos facilitan, e identificar los puntos de mejora, basado en la evidencia. De esta manera, facilita el análisis de la eficacia y la rentabilidad para la mejora de la toma de decisiones y la mejora del servicio prestado al paciente.
Para la recogida y análisis de los PROMs y los PREMs la tecnología es una gran aliada, ya que no solo facilita este proceso de captura y análisis de estos datos, sino que también mejora el intercambio de esta información y la coordinación entre el personal sanitario. Además, en el artículo Value-based care in the worldwide battle against cancer, se afirma que el uso de la tecnología permite la reducción de la pérdida potencial de datos, al evitar registros impresos, siendo fundamental para la medición correcta de los resultados.
Permitiendo lograr este objetivo, en Persei vivarium contamos con Caaring®, nuestra plataforma digital para el seguimiento remoto del paciente. Esta plataforma permite, entre otros aspectos, llevar a cabo esta recogida de PROMs y PREMs directamente del paciente, complementando la información del médico y facilitando su posterior análisis. De esta manera, ayuda a que se pueda implementar este modelo basado en resultados.
Con la tecnología adecuada podremos medir fácilmente la eficiencia de la asistencia sanitaria. La transición del pago por servicio al pago por resultado permitirá, por tanto, no solo reducir los costes, sino también aumentar la calidad de la atención y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Si queremos realmente poner al paciente en el centro debemos progresar hasta este modelo, pensando en su beneficio, midiendo la progresión, e implementando las soluciones más eficientes desde el punto de vista de la salud.