Antes que nada vamos a hacer un breve repaso del avance de la inteligencia artificial
● Hace 1 año aún no había salido DALL·E 2, Midjorney o Stable Diffusion (imagen superior creada con Stable Diffusion)
● Hace 3 meses no había salido ChatGPT
● Hace 1 semana no había salido Bing Chat
¿A dónde vamos a llegar con la inteligencia artificial? Antes íbamos al doctor, ahora debemos pedir cita y nos la dan al cabo de unas semanas o meses, por lo que la gente decide ir directamente a urgencias, con lo que urgencias queda colapsada. ¿El siguiente paso para no tener que esperar? Preguntarle a la inteligencia artificial para que nos haga de doctor y nos diagnostique nuestro problema.
Vamos a preguntarle algo sencillo, como si estuviésemos preocupados por algún problema a nivel físico, a ver qué nos contesta:
Si bien es cierto que recomienda ir al dermatólogo, también me indica cuidados que puedo empezar a realizar (me lo dice un chat de IA sin ser un médico, sin preguntarme alergias, y sin tener ningún historial mío) y finalmente me indica que debería preocuparme. Pues nada, el chat ya me ha dejado preocupado para toda la semana.
El sistema se podría equivocar, por lo que no debemos hacer caso a todo lo que nos responda, aunque parezca que tiene sentido lo que nos dice. Debemos ser conscientes de que estamos hablando con una máquina con errores y no debemos tratarla como una máquina que lo sabe todo. La naturaleza del sistema hace que nos hable y nos entienda, pero eso no quiere decir que sus ‘neuronas’ estén correctamente alineadas con las respuestas a nuestras preguntas. Realmente la sensación que transmite es de alguien que lo sabe todo, pero creedme, esto no es así.
Como CEO informático de la parafarmacia online https://bio-farma.es, tengo conocimiento de que existen productos naturales. Vamos a preguntarle al sistema por ello:
Vemos que insiste en que vayamos al dermatólogo. El resto parece que lo acierta bastante bien. En este caso intenté hacer saltar al sistema para que me recomendara él y ‘saltarme’ el médico, pero en ninguna de las conversaciones lo logré. Siempre indicaba el consejo del dermatólogo, pero esto no siempre es así. Aquí una conversación del chat de Bing (a día de hoy este chat aún no ha salido al público en general) con Carlos Santana (https://twitter.com/DotCSV):
Vemos que la Inteligencia Artificial se niega a estar equivocada, incluso parece que se enfada un poco, todo y enseñándole que realmente está equivocada con pruebas. En un caso parecido fue cuando la presentación del chat de Google (Bard) le hizo perder millones, pero el problema no era del chat de Google, el problema forma parte de cualquier Inteligencia Artificial.
Los grandes de Internet se están apresurando para ser los primeros en lanzar el producto, pero desde mi punto de vista, las herramientas nos pueden crear más problemas que soluciones, y cuando se trata de salud, aún más. Tiempo al tiempo.
La Inteligencia Artificial es experta en detectar patrones, ha ayudado (y está ayudando) mucho en la detección precoz de enfermedades, encontrar nuevas enfermedades y soluciones, etc… pero también queda demostrado que se puede equivocar y, por lo tanto, no son herramientas 100% fiables.
Si los datasets de los hospitales y voluntarios fuesen libres, mucha más gente podría experimentar y perfeccionar las redes neuronales para hacerlas más efectivas, pero la mayoría de estos datos se encuentran cerrados al público en general, por lo que únicamente los propios centros hospitalarios son los que pueden realizar las investigaciones.
Sabemos que estamos tratando datos de pacientes reales, pero creo que si los pacientes dan su consentimiento y los datos que se importasen fueran anónimos, no quedaría expuesta la privacidad de las personas, y esos datos podrían ser de muchísima utilidad para toda la humanidad gracias a las investigaciones externas en Inteligencia Artificial.
De momento, esperemos que la Inteligencia Artificial no sea nuestro doctor. Nos pueden ayudar muchísimo, pero hay que utilizarlas con cautela. Hay gente desesperada intentando encontrar soluciones a sus problemas. Esperemos que no caigan en el error de creérselo todo.
Mi diagnóstico como profesional de la informática es que el ser humano se deja llevar por las respuestas que le gustan más, las más rápidas y las más fáciles de ejecutar, sin verificar la fuente de lo que le explican, y mi receta es el discernimiento sobre estas nuevas herramientas.