En los últimos años, las empresas españolas están llevando a cabo un esfuerzo humano y económico para introducir nuevas tecnologías que les permitan gestionar de forma eficiente sus recursos y posicionarse de forma competitiva en el mercado. El sector farmacéutico no ha huido de esta revolución tecnológica sino que se ha adaptado a ella, lo que ha contribuido a mejorar la atención al cliente y a ofrecer al mercado el producto deseado en el momento adecuado y con el precio justo.
Las empresas farmacéuticas exigen disponer de una herramienta que permita, en un único sistema, gestionar todas las áreas de la empresa y adoptar en cualquier momento y lugar decisiones adecuadas para su unidad de negocio.
Actualmente, esta herramienta se ha encontrado en sistemas o soluciones de fácil utilización y diseñadas, aprovechando el potencial del e-business, bajo una plataforma estándar y desarrollada a medida en función de las necesidades y características de cada empresa. Son sistemas on-line que controlan, entre otros, sus necesidades financieras y logísticas, las relaciones con clientes y provee-dores, la trazabilidad del producto y la cadena de suministro. Todo ello contemplando el exigente marco normativo del sector y, usando una tecnología abierta, flexible, escalable y personalizada.
En definitiva, estas herramientas cubren las necesidades actuales de información y de gestión integral de las empresas farmacéuticas que, con un coste reducido y una rápida recuperación de la inversión realizada, mejora sus servicios e incrementa su beneficio y crecimiento en el sector.
Para mí, y desde la visión que nos da la consultoría especializada en satisfacer las necesidades específicas de las empresas farmacéuticas en el ámbito de las nuevas tecnologías y sistemas de información, siempre se ha asociado el sector farmacéutico como pionero en la investigación y desarrollo. La creciente necesidad de ser competitivos en costes, en calidad y time to market, así como la cada vez más exigente normativa nacional e internacional, hace absolutamente necesaria la utilización de sistemas de información específicos que no se queden sólo en la capa tecnológica y de información, sino que conecten con los procesos de negocio de las compañías.
En conclusión, las empresas farmacéuticas necesitan definir una estrategia tecnológica que, estableciendo un proceso de prioridades y un nivel básico de infraestructura, convierta en prioridad la gestión y distribución del conocimiento de toda la organización así como la satisfacción de las necesidades de la propia empresa y de sus clientes.