Ya han llegado a España los primeros ensayos con biosimilares. Representan una oportunidad para la investigación clínica a la vez que dificultarán la realización de ensayos en las indicaciones en las que se realizan.
¿Qué es un Medicamento biosimilar?
Un medicamento biosimilar es una versión genérica de un medicamento biológico, es decir un medicamento producido, no por procesos químicos convencionales, si no por organismos vivos. Por ejemplo, EPO, hormonas como el G-CSF (los cuales ya tienen biosimilares en el mercado) o anticuerpos monoclonales como el Rituximab o el Natalizumab.
¿Por qué se hacen ensayos con biosimilares?
A diferencia de los medicamentos genéricos, para los cuales lo único que requieren la autoridades para autorizar su comercialización es demostrar la bioequivalencia del producto, la complejidad de los medicamentos biológicos hace que su caracterización es incompleta. Demostrar, por ejemplo, la identidad de la secuencia de aminoácidos de una proteína con el medicamento original, la identidad de la estructura tridimensional e incluso su biodisponibilidad, no permite garantizar que los efectos clínicos vayan a ser idénticos a los del medicamento original. Por ello, las autoridades regulatorias exigen que se demuestre la similaridad del efecto clínico del biosimilar con el medicamento original, lo cual sólo se puede hacer mediante ensayos clínicos en pacientes.
¿Cuáles son las exigencias actuales para poder registrar un biosimilar?
Dada otra vez la complejidad del asunto, no hay consenso sobre lo que se tiene que demostrar para registrar un biosimilar en todos los territorios. En EE.UU., están todavía pendientes de una legislación específica, la cual es sujeto de muchos intereses contrapuestos, los de la industria de genéricos como los de las compañías innovadoras, y por ahora, no existe camino específico para el registro de estos fármacos.
Europa está siendo pionera en este terreno, con la publicación de unas guías generales sobre medicamentos biosimilares, de guías especificas sobre las primeras moléculas cuya patente ha expirado, y de una guía sobre biosimilares de los anticuerpos monoclonales. Otros países como Japón y Canadá están también desarrollando su legislación específica, mientras países como la India o Argentina ya autorizan medicamentos biosimilares con muy pocos datos clínicos.
A fecha de hoy, se pueden resumir así las exigencias de las autoridades en Europa. Para cada biosimilar, además de demostrar la identidad de todas las características medibles de la molécula (secuencia, estructura, glicosilación, y un largo etc.) con el original, se deberán hacer ensayos comparativos para demostrar que los efectos clínicos son similares. Como mínimo, serían un estudio de fase I para mostrar bioequivalencia y algo parecido a un estudio de fase III, con dos ramas, una con el medicamento original y otra con el biosimilar, para demostrar similaridad en cuanto a eficacia y seguridad.
¿Quién estará haciendo ensayos con biosimilares?
Al contrario de los genéricos, donde hay centenares de compañías capaces de desarrollar y comercializar su versión del innovador, para desarrollar un biosimilar, las compañías deberán contar con 3 características esenciales: solidez financiera ya que se estima que el coste de desarrollo serán de 10 veces el de un genérico, entre 70-150 millones de dólares; capacidad de producción: la fabricación de medicamentos biológicos es mucho más compleja y costosa que la de medicamentos tradicionales, ya que están producidos por organismos vivos (en general células en cultivo a gran escala); y finalmente conocimientos científicos que permitan el desarrollo del organismo que producirá la molécula y efectuar todas las pruebas de equivalencia. Muy pocas compañías de genéricos tienen estas capacidades y se está viendo acuerdos estratégicos, compras de pequeñas compañías, etc., con el fin de adquirirlas. A fecha de hoy, probablemente no haya más que media docena de compañías que tengan la capacidad de lanzarse a este mercado y, si bien crecerá este número, no llegará ni mucho menos al número de fabricantes de genéricos que tenemos hoy.
¿Dónde se harán los ensayos con biosimilares?
Actualmente, se juntan varios factores que dificultan la ejecución de ensayos con biosimilares en países de Europa Occidental y EE.UU. Además de las dificultades habituales como la saturación del sector, el coste más elevado en comparación con los países de Europa del Este y el reclutamiento más lento, existen dificultades específicas para los ensayos con biosimilares: no presentan mucho interés científico ya que el objetivo es demostrar similaridad con un producto existente y los propietarios de las moléculas originales están presionando para que no se hagan ensayos con medicamentos que serán sus competidores en algunos años. No obstante, los ensayos con biosimilares representan una oportunidad histórica para la investigación clínica en países de Europa Occidental como España:
• Cada uno de los medicamentos biológicos actuales es un candidato para desarrollar un biosimilar del mismo. Basta con mirar un vademécum actualizado para ver que hay docenas de anticuerpos que cada año factura varios miles de millones.
• Cada uno de estos medicamentos dará lugar a varios biosimilares: uno por cada una de las compañías que está interesada en este mercado. Si decíamos antes que sólo hay por ahora unas 6 compañías capaces de desarrollar un biosimilar, es de esperar que dentro de pocos años serán diez o veinte.
• Los programas de desarrollo serán por fuerza similares, ya que corresponderán a las mismas exigencias.
• Los estudios serán por la mayoría relativamente fáciles de realizar, ya que deberían usar los patrones de tratamiento habituales y no tendrán rama de placebo.
Por todas estas razones, el país, y los hospitales, que sabrán demostrar desde el principio que son capaces de realizar ensayos de calidad adecuada, con buena tasa de reclutamiento y tiempo de arranque razonable verán llegar a todas estas compañías deseosas de desarrollar su versión del fármaco. Estos ensayos, que representarán una carga de trabajo importante y – lo más importante – fácilmente previsible, permitirán establecer una estructura sólida de investigación en los hospitales que decidan realizarlos, la cual facilitará la realización de otros ensayos.
¿Qué impacto tendrán los ensayos con biosimilares?
Además de permitir establecer y financiar estructuras de investigación en los hospitales donde se realizan, otro efecto que tendrán estos ensayos es incrementar, de forma muy significativa, el número de pacientes incluidos en ensayos clínicos en cada indicación donde se realice. En las indicaciones con prevalencia/incidencia alta, esto tendrá poco efecto, pero en las de prevalencia/incidencia baja, podría verse en un periodo de tiempo corto, una docena de ensayos similares arrancar, cada uno con varios centenares de pacientes, lo cual afectará, no sólo al ritmo de inclusión en dichos ensayos, pero también a los ensayos con nuevas moléculas que se estén realizando en la misma indicación.
Dentro de la incertidumbre actual, lo que queda claro es que las autoridades quieren ver, al igual que para los genéricos en su tiempo, una bajada considerable del coste de los medicamentos biológicos, una vez caducada la patente, y que para ello se tendrán que desarrollar biosimilares. Para los próximos 5-10 años, veremos llegar un gran número de ensayos clínicos con biosimilares a nuestro país. Cómo aprovechamos esta oportunidad o la dejamos pasar definirá en parte el panorama futuro de la investigación clínica en España.