El envejecimiento produce un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y un aumento del riesgo de padecer enfermedades, especialmente crónicas. Para cualquier paciente crónico la salud digital es el aliado perfecto para gestionar su salud eficazmente.
Vivir y envejecer, son dos términos estrechamente relacionados y que no pueden separarse. Los cambios producidos en nuestra sociedad provocan que la esperanza de vida a nivel mun-dial esté aumentando, situándose en los 83 años en España.
Cuando envejecemos se produce un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y un aumento del riesgo de padecer enfermedades, especialmente crónicas, como la diabetes, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y las patologías cardiovasculares, entre otras.
Ser diagnosticados de una enfermedad crónica va a provocar cambios en nuestra vida diaria, laboral, familiar y social, que serán complicados de gestionar sin ayuda, información y recursos suficientes. Pero ahora, más que nunca, están surgiendo oportunidades sencillas para ayudar a estos pacientes y sus familiares, gracias a la salud digital.
La Salud digital
La Salud Digital nos permite abordar las dificultades que encontramos para gestionar nuestra salud, especialmente ante una enfermedad crónica, de una forma diferente y más sencilla.
La tecnología está facilitando la prevención de enfermedades y nuestro cuidado diario gracias a la tele-medicina, la e-Health, las Apps o los más recientes wearables (pulseras de activi-dad). Estas herramientas permiten, tanto a pacientes como a profesionales sanitarios, conocer de inmediato el impacto que nuestros hábitos diarios tienen en nuestra salud, gracias a la información que genera nuestra actividad.
Esto facilita un mejor control de las enfermedades y un mejor cumplimiento de los trata-mientos. De ahí que se afirme que la Salud Digital y la educación para la salud sean factores claves para el empoderamiento del paciente.
¿Qué beneficios aporta la Salud Digital para la medicina y los pacientes?
La Salud Digital aporta beneficios a la medicina general que terminan repercutiendo en el paciente porque:
· Posibilita la creación de planes de tratamiento individualizados adaptados a las características y necesidades del ciudadano.
· Mejora la relación médico paciente al poder compartir datos relevantes en tiempo real.
· Permite conectar los servicios sanitarios con los ciudadanos evitando desplazamientos innecesarios y facilitando la atención a personas que viven en zonas geográficas remotas.
· Involucra al paciente y/o sus familiares en el cuidado de su salud.
· Permite anticiparnos al deterioro de nuestra salud al detectar signos y síntomas indicativos de tal deterioro.
· Ayuda a identificar los grupos de riesgo que pueden padecer una determinada enfermedad.
· Facilita un uso más eficaz de los servicios sanitarios optimizando y priorizando los recursos.
Los e-pacientes, los pacientes del futuro
En lo que se refiere a su salud, el paciente ya no es un sujeto pasivo. Es un agente activo que decide sobre su tratamiento siempre en acuerdo con los profesionales sanitarios que le atienden.
Más del 65% de la población española accede a contenidos de salud en red, según un estudio del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI). Muchas de estas personas participan, además, en redes sociales o comunidades de pacientes, eligen a su médico en función de las valoraciones aportadas por otras personas, se comunican con profesionales o instituciones para realizar consultas médicas... Una tendencia que les está convirtiendo en e-pacientes, es decir, personas que integran lo digital en el cuidado de su salud o de la de otras personas de su entorno.
El control de la salud desde la perspectiva del paciente
Cada vez son más los usuarios que se preocupan de monitorizar de forma frecuente los hábitos de vida que influyen en su salud -como el peso o la actividad física- a través de dispositivos conectados a nuestros móviles o tablets. Se generan, así, una gran variedad de datos diarios que el profesional sanitario puede utilizar para hacer un completo seguimiento del estado de salud general de sus pacientes.
En el caso de los pacientes, este control les permite, además, mejorar su adherencia a los tratamientos, ajustarlos a las necesidades que sientan en cada momento, sin tener que esperar a tener una cita presencial con el especialista.
El control de la diabetes es un buen ejemplo. Existen diferentes dispositivos que permiten medir la glucemia y enviar los resultados a una aplicación móvil que controla, de forma ex-haustiva, los niveles de glucosa en sangre en varios momentos del día. Toda esta información permite ajustar el nivel de insulina a inyectar en cada toma. Además, se favorece la comunicación con profesionales sanitarios formados que atienden las consultas de forma online.
De ahí que, hoy en día, la alfabetización digital sea imprescindible para quienes desean entender cómo cuidar mejor su salud, prevenir o conseguir un diagnóstico más rápido. Pero se necesita ayuda para ello.
Esta información unida al acompañamiento de personas profesionalmente formadas para guiarnos en nuestro cuidado y el uso de los recursos digitales, nos prepara para ser ciudadanos activos en materia de salud, comprometidos con nuestro bienestar y el de nuestros familiares.
Su utilización permite mejorar la relación médico-paciente. Al disponer éste de mayor infor-mación sobre su estado de salud, se agilizan el diálogo y los encuentros presenciales, al quedar toda la información recogida de manera sucinta y concreta a través de un dispositivo. Esto permite, además, la toma de decisiones conjunta sobre la enfermedad y todo lo relacionado con ella.
El papel de la farmacia en Salud Digital desde la perspectiva del paciente
Las farmacias son un espacio privilegiado ubicado en los barrios de las ciudades, donde se facilitan las consultas sobre salud, lo que convierte al farmacéutico en el profesional sanitario más cercano a la población general y a los pacientes en particular. Las oficinas de farmacia están, además, ofreciendo con mayor frecuencia recursos y mini-servicios que permiten chequear nuestra salud de manera sencilla, aprender sobre autocuidado y comprobar la adherencia al tratamiento del paciente por parte del farmacéutico.
En este sentido, la Salud Digital ha facilitado enormemente la relación entre ambos. El proceso de deshabituación tabáquica es un buen ejemplo de ello. Dejar de fumar es uno de los procesos más complicados a los que puede enfrentarse una persona y en los que suele precisar mayor apoyo. En ocasiones es preciso realizar un seguimiento continuado de este proceso para controlar la evolución, lo que obliga al paciente a adaptar su vida a estas consultas. En estos casos, el farmacéutico puede convertirse en un apoyo clave, tanto por su cercanía al domicilio como por su cobertura horaria. Pero la Salud Digital va aún más allá, facilitando un contacto aún más directo entre ambos, y sobre todo, una monitorización diaria de la evolución del paciente.
De ahí que la unión entre farmacia y Salud Digital pueda ayudar enormemente en la gestión y seguimiento de cualquier patología crónica.
Las farmacias tienen, además, un papel fundamental a la hora de educar y formar en Salud Digital tanto a la población general como a los pacientes en particular. Cada vez con más fre-cuencia, se están creando en las farmacias espacios en los que se hacen pruebas de cribado para ayudar al diagnóstico precoz de ciertas patologías (por ejemplo, espirometrías para eva-luar la salud pulmonar), se educa al paciente sobre aspectos claves de su enfermedad y sus comorbilidades, se ofrece formación sobre la correcta toma de medicación o se resuelven dudas sobre patologías determinadas.
Si a todo ello, se le unen todas las posibilidades que ofrece la Salud Digital, la atención al pa-ciente será cada vez más efectiva y completa porque el paciente podrá recibir consejos específicos para mejorar su estado de salud y calidad de vida, aprender más sobre su enfermedad y conseguir un mayor empoderamiento.
En este sentido, la Fundación Lovexair, dedicada a la atención de pacientes respiratorios, ha experimentado en numerosas ocasiones la idoneidad de la farmacia como espacio para el empoderamiento del paciente, sus familiares y cuidadores y el seguimiento por parte del farmacéutico/a y auxiliares.
Gracias a la labor que la Fundación ha desarrollado junto a las farmacias, y al uso de nuestra plataforma digital de cuidados integrales HappyAir, hemos logrado impulsar la educación y formación sobre el manejo de inhaladores, hemos fomentado la vida activa incluso en pacientes usuarios de oxígeno, nos hemos anticipado a síntomas y hemos conectado con personas expertas en estos temas o con otros pacientes afectados.
Por todo ello, no podemos más que apostar por el éxito del binomio 'farmacia y Salud Digital', como un tándem altamente beneficioso para todos los pacientes.