Es una realidad ya innegable que la crisis sanitaria provocada por la Covid 19 ha tenido consecuencias que han ido más allá de las físicas.

Después de dos años desde la detección del virus, el mundo entero ha experimentado grandes cambios en sus comportamientos sociales, no sólo por las medidas legales que obligaron a cumplir restricciones de movimiento y contacto físicos, sino por la parálisis económica durante los meses de confinamiento y la posterior crisis financiera de la que aún hoy en día estamos intentando sobreponernos.

En el sector sanitario el impacto, como es obvio ha sido brutal y el esfuerzo por los profesionales de la salud ha sido inmenso dadas las circunstancias: nos encontrábamos ante un reto inusual, intentar controlar la expansión del virus y frenar el número de bajas, una misión titánica que ha requerido y sigue requiriendo un gran compromiso y entrega.

Además, vivimos en un cambio de paradigma, esta vez tecnológico, tan impactante como la revolución industrial del siglo XIX, o incluso mayor, ya las fuerzas implicadas son globales y como la misma pandemia, afectan a todas las personas del mundo.

Esta revolución llamada digital ha influido en la forma de comunicarnos, de trabajar, entender y relacionarnos con el mundo exterior. Incluso ha creado su propia generación, ya hablamos de nativos digitales, que son aquellos jóvenes que hoy tienen unos veinte años y experimentan su entorno a través de los dispositivos móviles.

La tecnología ha ayudado durante la pandemia y ha servido para que la medicina haya podido, entre otras cosas, conseguir en un plazo muy breve la primera vacuna contra el covid-19.

Estas han sido las contribuciones tecnológicas más destacadas:

- Detección y vigilancia de la enfermedad:
Uno de los problemas más importantes que causaron la propagación de los  contagios durante la primera etapa fue la escasez de pruebas diagnósticas y su lentitud  a la hora de ofrecer los resultados.

Un ejemplo interesante fue la utilidad de todos aquellos dispositivos wereables  como pulseras, “bands”, relojes inteligentes, que analizan el ritmo cardíaco, la lectura  del sueño, el número de pasos y el consumo calórico, entre otros. Esto ha permitido que  se convirtieran en instrumentos útiles para detectar y concienciar a los usuarios sobre  el cuidado de su salud y la prevención del Covid-19; y una oportunidad de aplicación  para el campo de la geriatría con dispositivos que pueden detectar el nivel de glucosa  en sangre o incluso las caídas como en el caso de Apple Watch, que, en el momento de  detectar una caída, puede avisar a emergencias e incluso realizar electrocardiograma.

- Registro y trazabilidad de la pandemia:
El uso de la Inteligencia artificial en el análisis de gran cantidad de datos procedentes de diversas fuentes ha sido de gran utilidad para la gestión clínica a nivel de diagnóstico, pronóstico y tratamiento. Con las técnicas de aprendizaje profundo, mediante el reconocimiento de imágenes para pruebas de radiodiagnóstico, los resultados se podrían obtener en tan solo unos minutos a diferencia de las pruebas estándar.

- Investigación de la vacuna:
Científicos de la Universidad de Northwestern desarrollaron algoritmos que ayudaban a predecir qué estudios tenían más probabilidades de ser replicables y agilizar la investigación.

- Comunicación con los pacientes:
No solo los que estaban internados en las salas de urgencias no podían ser visitados por sus parientes, sino que éstos, recibían escasa comunicación sobre el estado de salud, debido fundamentalmente a la saturación de los hospitales.

El personal del centro incluso prestaba a los pacientes sus propias tabletas y teléfonos móviles para que se pudiesen despedir de sus parientes en estado terminal. Redes sociales como WhatsApp y Facebook fueron de gran ayuda durante estos momentos que también contribuyó a la propagación de información sobre medidas preventivas y contagios. Algunas iniciativas privadas desarrollaron aplicaciones para mantenerse  comunicado, recibir información actualizada sobre el estado de salud del paciente.

- Bienestar psicológico:
Las consecuencias del aislamiento repercutieron notablemente en las personas de mayor edad, pero en general el incremento de cuadros depresivos y ansiedad fue considerable. Algunas empresas desarrollaron aplicaciones para aliviar el estrés con apps para la meditación como www.headspace.com o www.aurahealth.io.

La realidad virtual también desarrolló sistemas para entretenimiento para las personas mayores que habían perdido el contacto con el exterior y la movilidad con la creación de programas de ejercicios y entrenamiento¹.

- Robótica:
Algunos países, Japón principalmente, utilizaron los servicios de los robots en la asistencia sanitaria. Aunque es una tecnología que en muchos aspectos aún se está probando y requiere una inversión considerable, durante esta crisis sanitaria se ha podido comprobar sus ventajas en:

o Rehabilitación y cirugía: el ejemplo del robot quirúrgico Da Vinci²
o Almacenamiento y distribución de medicamentos, el uso de robots para transporte permite que puedan dispensar y transportar los medicamentos evitando así el contacto directo con el personal sanitario.
 TUG³
Intellifill IV⁴ dispensador de medicamentos que evita los errores humanos en la inyección de medicamentos con jeringuillas.
Relay Robot⁵ para el transporte de medicamentos, suministros y muestras
o Asistentes robots:
 Riba⁶: colocación y desplazamiento de pacientes.
 Jibo⁷: para el entretenimiento para los niños en los hospitales evitando el contagio por contacto.
 Robot móvil MiR250⁸, para mejorar la logística interna.

- Teleasistencia:
Durante la pandemia se ha incrementado el uso de servicios de teleasistencia para mayores en los hogares, lo que ha servido para prevenir y mantener el contacto con personas que viven solas y continuar con las prestaciones de los servicios de salud.

Las empresas de teleasistencia privada pueden ofrecer más servicios: cámaras  de vigilancia, geolocalización, sistemas de seguridad y alarma, sistema de alertas para   emergencias, web de información de seguimiento para los familiares, custodia de llaves, etc.

- Domótica e inmótica:
El uso de dispositivos inteligentes que permitían abrir y cerrar puertas sin contacto humano, regular de forma automática los sistemas de calefacción y ventilación del aire han permitido no solo ahorrar energía sino garantizar la distancia física para evitar la propagación del virus.

- Telemedicina:
En la actualidad, muchos médicos de familia y especialistas pueden utilizar la telemedicina para atender a sus pacientes, sin embargo, los avances de la telemedicina permiten la monitorización de pacientes a distancia, tecnologías de envío de pruebas e informes y evitar el desplazamiento de pacientes, como en el caso del rural.

Para la atención y seguimiento no presencial de un enfermo de COVID, Integrated Care Platform creó una aplicación móvil mediante la cual los pacientes pueden informar de sus síntomas a los profesionales que reciben la información a través de un software de “triage” médico que está incluido en una plataforma colaborativa que consta además de video conferencias, servicio de mensajería y planificación conjunta con el paciente.

- Protección:
Nadie duda que las mascarillas han sido los protagonistas de la pandemia y unidas al desarrollo de tecnologías de bluetooth que analizaban el aire o “autodesinfectaban” las mascarillas.

Dos años después, el sector de la salud es consciente de los pasos que debe dar hacia el futuro.

Según el informe de CapGemini sobre las Tendencias en “healthcare” para 2022⁹, la pandemia ha cambiado las reglas del juego en la atención y la relación con el paciente. Lo que supone el reto de una nueva forma de dirección médica.

En este informe la visión  que marcará el futuro del sector se focaliza en:

1. El cliente en el centro.
 El seguimiento digital de la salud para una mejor experiencia del paciente.
 El cuidado personalizado que mejorará la relación con el paciente.
 La salud integrada que toma en consideración los factores sociales determinantes (SDoH).

2. Empresas inteligentes.
 El análisis de datos de salud en tiempo real y el internet de las cosas médicas (IOMT).
 Los nuevos jugadores externos introducen BigTech en el ecosistema del cuidado de la salud.
 La modernización del sistema y la adopción de los sistemas en la “nube”.

3. Resiliencia del negocio.
 La prioridad en la transparencia de precios tanto por proveedores como pagadores para adquirir confianza en la adquisición de servicios médicos.
 La preservación de la privacidad y los riesgos de seguridad.
 Las presiones sobre los márgenes y los cambios de modelos de prestación.

4. Colaboración a escala.
 La interoperabilidad como un requisito para la innovación.

El panorama tecnológico en el 2022 supone un reto constante que asumir y afrontar porque la velocidad a la que está creciendo es exponencial.

^{1  https://www.oroi.info/
2  https://youtu.be/CdXp7eomEJQ
3  https://youtu.be/MLZMAW9lqXE
4  https://youtu.be/gw0PkHhd4Ms
5  https://youtu.be/uWHdMoSmrKk
6  https://youtu.be/wOzw71j4b78
7  https://youtu.be/H0h20jRA5M0
8  https://youtu.be/grGWLKxZH9o
9  https://www.capgemini.com/es-es/resources/top-trends-in-healthcare-2022/}