Como ya hemos comentado en artículos como “Value-Based Healthcare: What is it and how do we implement it?”, la esperanza de vida en los países desarrollados es cada vez mayor, alcanzando los 81 años de media en Europa según los datos del INE de 2019. Sin embargo, este aumento de la esperanza de vida suele venir acompañado de un incremento de las enfermedades crónicas, con la carga asistencial que ello implica. Esto hace que sea cada vez más necesario optimizar la gestión de los crecientes volúmenes de pacientes en los centros y hospitales, con el objetivo de ofrecer una atención eficiente y de calidad.
Para esta optimización, se utiliza la clasificación de pacientes en función del riesgo clínico, lo cual permite manejar adecuadamente y con seguridad los flujos de pacientes cuando la demanda y las necesidades clínicas superan a los recursos.
El uso de este sistema en el manejo de las enfermedades crónicas puede aportar un gran valor cuando se acompaña de la tecnología. Esto ya se ha empezado a implementar en diferentes centros, principalmente impulsado por la pandemia de la COVID-19, con el objetivo de asegurar la asistencia a los pacientes crónicos, evitando los desplazamientos innecesarios y priorizando a aquellas personas que más lo necesitan. La telemedicina podría considerarse un método para esta priorización de pacientes, pero también el uso de plataformas digitales o aplicaciones móviles para el seguimiento remoto del paciente.
La tecnología recoge información de salud del paciente, la procesa y la ordena para facilitar su interpretación, estableciendo el grado de atención que requieren según criterios previamente establecidos. Esta información es enviada, directa o indirectamente, al profesional sanitario, quien en última instancia decide si hay que intervenir o no. Esta intervención puede ir desde el envío de educación sanitaria, una llamada telefónica, hasta la programación de una consulta presencial en el hospital.
Adicionalmente, el uso de la tecnología en la clasificación de pacientes puede mejorar la eficiencia del sistema sanitario. Según el artículo “Digital health and primary care: Past, pandemic and prospects”, los centros podrían apoyarse en la tecnología para dirigir a los pacientes al servicio más apropiado, mejorando la eficiencia de sus servicios. Y eso solo sería el comienzo ya que, según un estudio de Deloitte, se espera que para 2025 los hospitales empiecen a estar reservados para el tratamiento especializado, traumatología y urgencias, siendo el hogar el lugar habitual para el seguimiento rutinario de la salud.
Contribuyendo a esta labor, en Persei vivarium contamos con nuestra plataforma digital para pacientes, Caaring®, la cual permite adaptarse a cualquier patología y facilitar esta clasificación de pacientes mencionada en función de parámetros establecidos, mostrando esta información al profesional sanitario de manera categorizada para facilitar su toma de decisiones.
En definitiva, el uso cada vez más extendido de la tecnología en la monitorización y clasificación de pacientes crónicos trae consigo beneficios para profesionales y pacientes. Por un lado, ayudan al seguimiento remoto, evitando que estos pacientes tengan que desplazarse innecesariamente y priorizando a aquellas personas que lo necesiten. Por otro lado, supone una optimización de la gestión y de los recursos asistenciales.
Todo esto se relaciona con la medicina centrada en el paciente, en la que los centros sanitarios usan la tecnología para romper sus barreras físicas, logrando monitorizar, acompañar y asistir al paciente desde su propia casa.