Como recientemente escuchábamos en la interesante mesa redonda sobre Acceso al Mercado que se celebró en el III Simposio de la Sociedad Española de Oncología Médica realizado el pasado mes de octubre en Madrid, la problemática actual en torno al acceso al mercado de fármacos debe ser un tema a abordar de manera urgente por todos los implicados.

Son muchos los “jugadores” que intervienen en el proceso de acceso al mercado: administraciones, gerencias, farmacéuticos hospitalarios, profesionales sanitarios, compañías farmacéuticas… Desbordados por el nuevo escenario generalizado de contención del gasto farmacéutico, éstos deben canalizar sus fuerzas y recursos en el foco principal del beneficio del sistema sanitario: el paciente.

Y “el paciente” somos todos. A cualquiera de nosotros, de una u otra manera, más tarde o más temprano, esta problemática nos afectará de cerca: bien porque en algún momento nosotros, o un familiar próximo, seremos pacientes que requieran un tratamiento mejor que será necesario que nuestro sistema sanitario consiga hacer accesible.

Está claro que los recortes al gasto sanitario no pueden hacer que los pacientes se vean privados de una mejor opción terapéutica. Entre todos los implicados tenemos que buscar alternativas para lograr que cualquier paciente pueda acceder a un fármaco con mejores resultados terapéuticos. Debemos ir más allá, no solo en lo que a la eficacia y seguridad del fármaco se refiere, sino buscando alternativas que trabajen también en beneficio del paciente y del sistema sanitario.

En España aproximadamente la mitad de la población tiene alguna enfermedad crónica (cifra que alcanza casi el 72% en los mayores de 65 años), lo que supone el 80% del gasto farmacéutico. Por tanto, este foco en el paciente es especialmente importante cuando hablamos de fármacos para tratar enfermedades crónicas. A nivel de CCAA ya existen diferentes programas con el fin de mejorar la atención de este tipo de pacientes, pero es necesario seguir trabajando en ello y es un buen punto donde todos los implicados en el acceso al mercado deben centrar sus recursos.

Disponer de diferentes herramientas que mejoren la gestión de estos pacientes, soluciones que ayuden y formen al paciente/familiar para tener mejor controlada la enfermedad y prevenir complicaciones, así como programas que optimicen la comunicación entre los diferentes profesionales implicados (farmacia, atención primaria y especializada, gerencia…), consiguen no sólo una mejora de la calidad de vida de los pacientes y del estado de la salud en general, sino también una colaboración fundamental para una gestión sanitaria eficiente. Y la puesta en marcha de estas iniciativas es hoy en una estrategia fundamental para conseguir una penetración exitosa en el mercado.

Con el foco en el paciente y la sostenibilidad del sistema bien presentes, entra también en juego la creatividad como componente fundamental para diseñar o poner en marcha programas e iniciativas innovadoras capaces de garantizar el correcto control de las enfermedades por parte del propio paciente, o que garanticen a los profesionales sanitarios una gestión eficaz de los éstos pacientes.

Programas diseñados con foco en el paciente que impactan en una gestión sanitaria más eficiente
En Saatchi & Saatchi Health creemos firmemente en la necesidad de una colaboración estrecha con la Industria Farmacéutica para detectar, con ayuda de agentes socio-sanitarios expertos en cada materia, las necesidades particulares de cada área terapéutica y encontrar la estrategia de apoyo más adecuada, en el objetivo común de encontrar en el mercado el mejor lugar posible para una novedad terapéutica.

Entre los diversos programas que en los últimos años se han puesto en marcha y que añaden dosis de creatividad al control de enfermedades crónicas o a la gestión de los pacientes, citamos a continuación algunos que nos parecen de gran interés por sus resultados en beneficio tanto en la salud del paciente como en una gestión mucho más eficiente de la salud de la población:

* Programas que aprovechan el conocimiento obtenido por aquellos pacientes que han adquirido la formación necesaria para controlar su enfermedad y sacar el máximo provecho a las visitas al médico. Se trata de los programas de paciente experto que se ponen en marcha en colaboración con asociaciones de pacientes y donde la figura de dicho paciente experto va adquiriendo cada vez más fuerza como beneficio en salud, tanto la suya propia como en la de aquellos pacientes que están pasando por la misma enfermedad. El paciente experto es una persona capaz de trabajar por su calidad de vida y que puede ayudar a otros pacientes en su misma situación. Tiene el rol de promover la información a otros pacientes que padecen la misma enfermedad crónica, para comprometerlos en los autocuidados. De hecho, ha quedado demostrado que formar a los pacientes en su enfermedad impacta directamente sobre la autoestima, mejora la adherencia al tratamiento, reduce los gastos sanitarios, mejora la utilización de los recursos sanitarios (reducen las visitas a las consultas médicas y a las urgencias) y, sobre todo, incide positivamente en la salud de la población. Es el caso del programa de paciente experto puesto en marcha por la Federación Española de pacientes anticoagulados (FEASAN) cuyo objetivo es prevenir el ictus en la fibrilación auricular en pacientes en terapia anticoagulante a través de su educación en salud.

* Herramientas que ayudan a controlar la enfermedad y a mejorar la adherencia mediante aplicaciones para dispositivos móviles. Incluyen tanto información educativa como diferentes herramientas para facilitar un correcto control de su situación, a través de la recopilación de diferentes parámetros. Es el caso de la aplicación que ha desarrollado Sanofi junto con su nuevo dispositivo de medición de glucosa en sangre (iBGStar) que permite a los usuarios introducir sus propios datos y notas para un mejor control de la enfermedad. O la que ha lanzado Novartis para que los pacientes con esclerosis múltiple puedan tener un mejor seguimiento de sus síntomas y del impacto de éstos en su vida diaria. La información recogida en estas aplicaciones ayuda al paciente a hacer un seguimiento más detallado de la enfermedad, a mejorar la adherencia. Esta información además puede ser compartida con los profesionales de una manera ágil y rápida para mejorar la toma de decisiones en la consulta. En estos casos, es importante tener en cuenta las características de cada paciente para ser capaces de adaptar las aplicaciones a aquellos usuarios ajenos al uso de tecnología móvil, como es el caso de los pacientes de mayor edad.

* Programas que impulsen el desarrollo de sistemas asistenciales que mejoran la eficiencia en la gestión de la salud. Se trata de programas que integran la información de casos hospitalarios teniendo en cuenta a todos los agentes que forman parte del proceso, desde el propio clínico hasta la farmacia hospitalaria, la dirección del centro o el propio paciente (Figura 3). Mediante este tipo de programas se mejoran procesos, se optimiza la toma de decisiones, se ahorran recursos… en definitiva, se mejora la asistencia sanitaria y se trabaja de manera conjunta y eficaz por la salud del paciente. Es el caso de la herramienta que ha desarrollado MSD, “AGEP. Acuerdos de gestión eficiente de patologías”, que se ha puesto en marcha inicialmente en áreas como Reumatología, Gastroenterología y Farmacia, recogiendo información sobre analíticas, cuestionarios de funcionalidad, calidad de vida y adherencia que ayudan a una mejor gestión de pacientes con artritis reumatoide, espondilitis y enfermedad inflamatoria intestinal. Otro ejemplo es el programa “Ictus: Prevenirlo está en tus manos” donde a través de un código QR el paciente con fibrilación auricular no valvular (FANV) puede compartir todos sus datos de INR (Razón Normalizada Internacional) con los profesionales sanitarios que la atienden (médicos, farmacéuticos, familiares) y así evitar el riesgo de ictus asociado al mal control de la coagulación.

Implementación de programas de gestión eficiente: de la teoría a los resultados
Ahora bien, tan importante como la iniciativa es la posibilidad de medir su eficacia. Una prueba clara de que este tipo de programas ayudan a una gestión más eficiente del paciente y por tanto a un mayor control del gasto la encontramos en dos recientes estudios. En un ensayo realizado en “La Fe” de Valencia con casi 500 pacientes, se observó que aquellos pacientes asistidos por telemedicina han demostrado mejor respuesta a consumo de recursos, satisfacción, seguridad, análisis del proceso, mortalidad y coste de la intervención que aquéllos que fueron asistidos por seguimiento tradicional en consulta o por teléfono. En otro reciente estudio sobre ‘Evaluación de formación de pacientes con diabetes’, elaborado por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), se ha observado que los participantes en este programa formativo de pacientes activos han reducido en un 33% sus visitas a Atención Primaria y no han tenido que ir a Urgencias en los últimos 6 meses. Además, conocen mejor su enfermedad y tienen mayores índices de calidad de vida y mejores niveles de actividad física.

Por tanto, sigamos Industria y colaboradores pensando “fuera de la caja”, aportando ideas, buscando soluciones creativas que permitan justificar, a través de una mejor gestión del paciente, la introducción y la supervivencia de nuevos fármacos en un mercado cada vez más complicado. Contribuyamos desde una visión inspiradora al impacto económico positivo para los escasos recursos financieros disponibles.