Somos cada vez más conscientes del auge de las nuevas tecnologías, en particular de la inteligencia artificial (IA), y su rápida implementación en el sector farmacéutico, que se adapta continuamente a múltiples aspectos de la industria. En el ámbito de la dermocosmética, grandes marcas ya emplean diversos softwares avanzados para diagnosticar la piel mediante la IA, ofreciendo recomendaciones personalizadas que adaptan rutinas de cuidado a productos ya existentes. Hasta ahora, este proceso se ha llevado a cabo principalmente en Oficinas de Farmacias. Sin embargo, el verdadero reto está en avanzar aún más: combinar el poder de la IA con la formulación de productos verdaderamente únicos y adaptados al consumidor.
En este contexto, algunas empresas pioneras están dando pasos decisivos hacia el futuro de la dermocosmética, explorando soluciones personalizadas respaldadas por diagnósticos minuciosos y formulas únicas. Este modelo nos plantea una pregunta crucial: ¿estamos ante el futuro —o ya el presente— de la dermocosmética?
Las ventajas de la IA
La inteligencia artificial permite evaluar de forma automática parámetros específicos de cada cliente, a partir de millones de imágenes de rostros y piel, identificando con precisión características como hidratación, enrojecimiento y textura, entre otros. Este diagnóstico ofrece precisión objetiva, complementada con la información subjetiva. A esta rapidez se le suma la comodidad de que el consumidor puede obtener el diagnóstico desde casa, simplemente usando su dispositivo móvil. Esto permite a los consumidores conocer las necesidades reales de su piel, en ocasiones distintas a lo que creían, evitando así el uso de productos cosméticos inadecuados.
Sin embargo, como cualquier herramienta, la IA presenta algunas limitaciones: la precisión depende de la calidad de las imágenes y del entrenamiento del algoritmo. Por ejemplo, condiciones inadecuadas de luz o la presencia de maquillaje pueden comprometer la fiabilidad de los resultados, lo que subraya la necesidad de mejorar constantemente estas tecnologías para asegurar diagnósticos más conscientes y fiables, especialmente cuando se trata de personalización extrema.
Microencapsulación de activos
La innovación tecnológica también se extiende al proceso de formulación: la tecnología de microencapsulación permite una liberación gradual y controlada, optimizando la entrega de ingredientes activos en la piel. Esta técnica nos permite que ingredientes como el ácido hialurónico o la vitamina C lleguen de forma eficiente y prolongada a las copas más profundas, maximizando su absorción y eficacia. Además, al reducir la posibilidad de irritación, estas innovaciones pueden ser especialmente beneficiosas para quienes tienen piel sensible, mejorando la tolerancia de los tratamientos.
Más allá de los beneficios funcionales, promueve el uso eficiente de los recursos, alineándose con el creciente movimiento hacia la sostenibilidad. Un enfoque cada vez más valorado por los consumidores, quienes buscan marcas con responsabilidad ambiental.
La personalización como tendencia
De acuerdo con el Informe Global de Innovación en Belleza de NielsenIQ, la personalización es una de las principales tendencias en el sector. Los consumidores actuales demandan productos adaptados a sus necesidades específicas, dejando atrás las fórmulas universales y optando por soluciones más precisas y personalizadas. Este nuevo enfoque mejora no solo la experiencia del consumidor, sino que también fortalece la fidelidad.
En Ki Labs® esta personalización se logra mediante un diagnóstico complementado por un cuestionario, además de tener en cuenta factores relacionados con el clima de la ciudad en la que vive (radiación solar, contaminación, etc.), que permite seleccionar los cuatro activos más adecuados para cada caso. De este modo, los consumidores reciben un producto optimizado para sus necesidades, evitando los riesgos de incompatibilidad o eficacia.
La automatización de la formulación individualizada
Históricamente, el proceso de individualización ha sido una tarea manual en el mundo de la cosmética - ya bien conocemos el proceso de la realización de fórmulas magistrales desde las farmacias con la correspondiente prescripción médica-. Sin embargo, la evolución tecnológica ha transformado este escenario. Hoy, sistemas automatizados permiten ajustar formulaciones de manera eficiente, conectando el diagnóstico personalizado con la fabricación de productos únicos. Este avance no solo reduce los tiempos de desarrollo, sino que también optimiza recursos y mejora la accesibilidad de estos productos a una mayor población.
Estamos, sin duda, a las pertas de una nueva era en la fabricación cosmética, donde la personalización se combina con la automatización para ofrecer soluciones más precisas y efectivas.
Simplificación de la “skincare routine”
El “todo en uno” es lo que buscan las marcas de dermocosmética personalizada: simplificar al máximo el uso de cosméticos. En Ki Labs®, los usuarios pueden disponer en la misma formulación vitamina C, retinal, niacinamida y enoxolona. La realización de fórmulas únicas, con hasta 4 principios activos específicos para tratar los parámetros de la piel y en proporciones concretas, permiten al usuario tener su crema- o gel-crema- ideal. Esto no solo reduce el tiempo en el cuidado diario, sino también el coste económico.
Humanización de la cosmética
En el mercado de la innovación, cada vez más competitivo, la humanización de la cosmética se posiciona como un elemento diferenciador clave. Mas allá de la tecnología, los consumidores valoran la cercanía, honestidad y transparencia en cada interacción con la marca. Esto ha llevado a que muchas empresas reconsideren su enfoque, integrando prácticas que ponen a la persona en el centro de la experiencia.
Este enfoque comienza con la personalización total, no limitándose a parámetros objetivos como la hidratación o la textura de la piel: cada diagnóstico está respaldado por una atención al detalle que considera también el estilo de vida, las preferencias y las inquietudes de cada usuario. En este sentido, algunas iniciativas están demostrando que es posible combinar el rigor tecnológico con un enfoque humano, asegurando que los clientes no se sientan como usuarios anónimos de sistemas automatizados, sino como individuos únicos con necesidades particulares.
Las marcas debemos entender la tecnología solo como una herramienta. Lo verdaderamente importante es cómo la utilizamos para mejorar la vida de las personas. Nuestra misión es ofrecer una cosmética que no solo sea efectiva y avanzada, sino también profundamente conectada con las emociones y expectativas de quienes confían en nosotros. Porque, al final, no se trata únicamente de cuidar la piel, sino de cuidar a las personas que están detrás de cada diagnóstico, fórmula y experiencia.
El valor de la inversión en tecnología
El uso de la IA y sistemas de formulación automatizados representa un motor de crecimiento. Según NielsenIQ, las marcas que invierten en innovación tienen un 2,5% más de posibilidades de experimentar un aumento en las ventas. Este hallazgo refuerza la importancia de la inversión en tecnología para aquellas empresas que desean diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo y en constante evolución.
Pero más allá de los resultados económicos, esta evolución tecnológica ofrece una oportunidad única para mejorar la relación entre farmacéuticos y consumidores. La posibilidad de ofrecer productos que respondan de forma precisa a las necesidades individuales de cada cliente enriquece la labor del farmacéutico, dotándolo de herramientas avanzadas para personalizar aún más su atención profesional.
Futuro de Ki Labs® se vislumbra como una oportunidad para seguir evolucionando.
Expandirse hacia nuevos mercados, también internacionales, abriría puertas para atender diferentes tipos de piel y condiciones climáticas, creando soluciones específicas de cada región. Lo cual no solo contribuiría a posicionar la marca como pionera en innovación y sostenibilidad, sino que también reforzaría su compromiso con la personalización a nivel global.
Además, explorar un modelo de suscripción podría transformar la experiencia del consumidor, ofreciendo un cuidado continuo y dinámico de la piel. Este servicio permitiría ajustes periódicos en las formulaciones, teniendo en cuenta factores como los cambios estacionales, las condiciones ambientales o el estilo de vida de cada cliente. Más allá de la conveniencia, este enfoque educativo promovería un acompañamiento integral a largo plazo, centrado en resultados visibles y una relación de confianza con cada usuario.
Estas estrategias reflejan el compromiso de Ki Labs® con un enfoque holístico hacia el cuidado de la piel: tecnología de vanguardia al servicio de una cosmética más humana, adaptable y cercana, que acompaña las necesidades cambiantes de cada individuo.
En conclusión, se está viviendo una transformación en el mundo de la dermocosmética gracias a la integración de la inteligencia artificial y la personalización de productos. Estas innovaciones no solo responden a las demandas actuales del mercado, sino que también abren nuevas oportunidades para los farmacéuticos, quienes juegan un papel crucial en el proceso de asesoramiento y personalización. A medida que la tecnología se convierte en una herramienta más accesible, la verdadera diferencia estará en cómo las marcas y los profesionales de la salud logran conectar emocionalmente con los consumidores, adaptándose a sus necesidades individuales. Este es el desafío y la oportunidad para el futuro del cuidado de la piel.